Land Rover 129, el primero de la familia en pasar la prueba de Eastnor Castle

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Gustavo López Sirvent

Este espectacular pick up se fabricó en 1960 y tenía varias motorizaciones

A lo largo de su dilatada historia, Land Rover ha fabricado numerosos vehículos 4x4 con diferentes formatos y medidas. Como suele ser habitual en la marca británica, el que ahora nos ocupa también tiene su peculiaridad. Se trata del Land Rover 129, un pick up fabricado en 1960 con una espectacular imagen para la época en la que se construyó.

Sólo verlo destaca la enorme batalla entre ejes (129 pulgadas -de ahí su nomenclatura-). Su cabina derivaba principalmente del Land Rover original y montaba ruedas grandes (en medida 9×16). 

Los Land Rover de la serie II, como es el caso del 129, funcionaban con motores de gasolina de 2,25 o 2,6 litros o con un motor diésel 2.0. Esos motores producían entre 69 y 73 CV y hacían que el vehículo alcanzara una velocidad máxima de 115 km/h. 

Tenía tracción a las cuatro ruedas, como es normal, y la idea era que fuera a competir con el Dodge Power Wagon en los mercados petroleros de Oriente Medio. 

También denominado 'rosa del desierto', el Land Rover 129 fue el primer vehículo probado en la finca Eastnor Castle en Herefordshire. El que abrió al que camino al resto de la familia fue un modelo gris con volante a la derecha que se parecía mucho a un gran Land Rover. 

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A principios de 1960, Bill Harper dejó la empresa y fue reemplazado como Ingeniero de Proyectos 129 por Alan Jackson Mee, un 'cerebro' del Departamento de Investigación de Solihull

Con él llegó un tercer miembro del proyecto 129, un ex ingeniero aeronáutico de De Havilland llamado Bill Morris. Morris se convertiría en jefe de ingeniería de Land Rover en la década de 1980, pero en aquellos tiempos era un asistente técnico muy joven.

A mitad de los años 60 se retocaron dos prototipos. En ellos montaron los muelles sobre los ejes. La consecuencia de esta reubicación del muelle fue que hubo diferentes ángulos del eje de transmisión para que todo funcionara correctamente. 

El segundo prototipo se construyó en Limestone y tenía volante a la derecha y el típico techo doble (o Tropical Roof); mientras que el tercero era una versión con volante a la izquierda y estaba pintado en color arena. El segundo salió a la venta en febrero y el tercero a principios de agosto. 

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Ambos tenían faros delanteros montados en las alas (la primera generación los tenía en el panel de la parrilla), como en los Serie I, un cabrestante montado en la parte delantera y un panel extraíble alrededor del arco de la rueda trasera. 

Pero lamentablemente para este modelo hubo varios problemas. En 1961, Land Rover descartó llevar dos o tres 129 al norte de África para realizar un test para probar los motores en un clima cálido. 

Pero al final los Land Rover 129 no terminaban de estar preparados para este tipo de pruebas. El mayor problema era el motor: aunque era un excelente para los climas no muy cálidos, se recalentaba mucho, por lo que al final se paró todo el desarrollo. Y eso es una pena...