Un ciudadano del Reino Unido decidió que podía pasar a la historia por hacer virguerías con el motor de su Skoda Yeti. Sí, sí, este vehículo familiar, de imagen aséptica y aparentemente inocente. No fue la propia marca ni ninguna empresa externa. Tuvo que ser un particular a quien se le ocurrió utilizar las piezas de un Audi RS3 de la generación 8P. Y no, no es 28 de diciembre.

¿Qué barbaridad hizo este señor?  Instaló el propulsor 2.5 TFSI, la caja de cambios S-Tronic de 7 relaciones y el sistema de tracción total quattro de la compañía de Ingolstadt. Este 'manitas' incorporó las suspensiones y los frenos procedentes del mismo modelo. Debía tener un chasis que mantuviera todo aquello y allá que lo montó.

Pero este buen hombre necesitaba más. El dueño del Skoda se propuso extraer el máximo del 5 cilindros en línea de Audi, preparando la mecánica para desarrollar 492 CV de potencia máxima medidos en banco de potencia. 

La furgoneta, SUV, deportivo o llámale como quieras porque lo tiene todo (más 492 CV) la puedes adquirir en eBay. ¿Su precio? 25.995 libras, lo que al cambio supondría hablar de 31.204 euros. Amigos coleccionistas, frikis o amantes de las extravagancias, aquí tenéis vuestra oportunidad de 'fardar' con un modelo único e irrepetible.

La obra de ingeniería está al alcance de muy pocos porque además de un turbocompresor más grande, nuevo mapa motor o inyectores de mayor caudal, también instaló un sistema de inyección de agua/metanol.

Como la imaginación no tiene límites, el propietario del Yeti instaló los asientos deportivos de un S3, el sistema multimedia MMI, el volante deportivo procedente de un RS3 e incluso la instrumentación y selector del cambio de un RS3. 

En el exterior del vehículo continuaron los detalles (no podía ser menos). Montó llantas específicas de Audi, nuevo sistema de escape con salidas ovales, se le ocurrió pintar la carrocería en un color gris 'robado' a Range Rover (Carphation Grey) e incorporó piezas en la carrocería procedentes de diferentes series especiales como la Monte Carlo. 

No hace falta fijarse mucho que toda esta nueva cara del Skoda Yeti es sencilla de apreciar a poco que te pares. Todas las modificaciones, su sonido o su comportamiento dejan a las claras que no es un coche de la firma checa sino más bien uno llegado desde Alemania y que luciría los cuatro anillos, de no ser por la flecha alada que porta delante.