Problemas con los cambios en las etiquetas de la DGT

Etiqueta 0, pegatina medioambiental de coche eléctrico
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Muchos intereses enfrentados

Las etiquetas de la DGT nacieron en 2016 con la intención de clasificar el parque automovilístico español en función de su “limpieza”. Se establecieron cinco categorías (A, B, C, ECO y CERO) con parámetros definidos pero, como suele decirse, “hecha la ley, hecha la trampa”, y el sistema ha demostrado estar lejos de ser perfecto. Es por eso que la DGT quiere establecer modificaciones, pero hay problemas por los intereses en juego, según publicó el diario El Mundo.

¿Cuáles son los problemas del sistema?

Básicamente son tres puntos lo que generan controversia:

  • La etiqueta C que reciben los nuevos gasolina y diésel: se entiende que está desfasado que un vehículo nuevo, equipado con tecnología actual, reciba la misma clasificación que otro automóvil que salió de fábrica hace más de 15 años.
  • La etiqueta CERO de los PHEV con más 40 km de autonomía eléctrica: aquí la cuestión reside en que muchos de los dueños de este tipo de vehículos los lleva a menudo con la batería descargada, por lo que actúan como un modelo de combustión convencional, contaminando, pero tienen las ventajas que supone esta etiqueta
  • El cajón de sastre que es la etiqueta ECO: esta categoría es muy amplia e incluye desde vehículos de gas a PHEV con menos de 40 km de alcance eléctrico, pero el caso más preocupante es el de los microhíbridos (MHEV) que utilizando un sistema eléctrico de bajo voltaje hace que modelos de gran consumo y emisiones tengan una etiqueta muy beneficiosa, cuando realmente contaminan mucho

¿Cuál es la solución?

Parece obvio que hay que hacer cambios, pero aquí entran en conflicto diversos agentes. Así, diversas asociaciones ecologistas demandan que la etiqueta CERO se aplique solo a los vehículos completamente eléctricos, pero desde Anfac apuntan que sería una mala decisión, puesto que los PHEV son la tipología de automóvil que permite la transición más sencilla desde la combustión a los cero emisiones. Parece que se baraja como opción aumentar la autonomía eléctrica necesaria para poder hacerse con la etiqueta.

Los ecologistas también piden que desaparezca la etiqueta ECO por la facilidad para “trampearla” que hay con los sistemas MHEV, pero esto supondría un duro golpe para los híbridos convencionales. Otras propuestas que sugieren son una etiqueta D que agrupase a todos los híbridos y los gasolina/diésel que cumplan la Euro 5 y 6 /Euro 6d, respectivamente; controlar mediante algún dispositivo cuando los PHEV circulan en modo eléctrico e incluso un cambio de color para las etiquetas, dejando el verde exclusivamente para la CERO “al ser el color que tradicionalmente se identifica con los valores medioambientales".

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