Rotondas holandesas, la solución perfecta para los coches ya ha llegado a España

Rotondas holandesas, así hay que circular y cuándo llegan a España

Cuando la gran mayoría de los conductores todavía no sabe lidiar como es debido con una rotonda estándar (no lo decimos nosotros, lo dice la insistencia de DGT y Guardia Civil en las redes), llegan a España las rotondas holandesas, una nueva variedad muy específica que incluye novedades.

Por el momento, en el territorio español ya hay ciudades que han comenzado a apostar por ellas, como son Bilbao, Sevilla o Logroño. Ahora bien, ¿qué son, cómo funcionan y cómo hay que circular por ellas?

Su principal rasgo característico es que cuentan con un carril bici que está independizado del núcleo central de la rotonda. Forma un círculo exterior que suele estar separado de la calzada y que además se distingue con un color de pavimento distinto, para dejar todavía más claro que por él solo pueden circular bicicletas.

En la práctica su funcionamiento es muy sencillo, puesto que los ciclistas circulan por el exterior y solo se cruzan con los coches en las salidas de la rotonda. En ellas, los vehículos tienen que ceder el paso, como ocurre con los pasos de peatones que hay justo detrás del paso del carril bici.

Su razón de ser es la de aligerar el tráfico y conseguir que sea lo más fluido posible, así como proteger a los ciclistas, puesto que con estas rotondas se alejan de los vehículos de motor y así se evitan atropellos, que en las rotondas son más comunes porque se producen giros y hay mayores puntos ciegos.

Las rotondas holandesas hacen que los usuarios de las bicicletas tengan prioridad siempre, pero el problema radica en que es algo que muchos conductores no saben, dada su reciente implantación, lo que ya ha dado lugar a algún que otro incidente.

Aunque son novedad en España, en otros países de Europa son muy comunes, como puede ser el caso de Francia, Bélgica o el Reino Unido.