Salón de Shanghai 2019: mucho eléctrico, copias y una submarca con esencia española

Salón de Shanghai 2019

Seat no está presente como tal en China, aunque de alguna forma sí va estarlo desde ahora

Excesivo pero también decisivo. El Salón de Shanghai 2019 ha vuelto a poner de manifiesto en esta edición por qué merece estar entre las muestras del automóvil más importantes del mundo, pero sobre todo, por qué es un salón que ninguna de las grandes marcas automovilística debería perderse. Échale un vistazo a esta galería con más de 60 fotos del Salón de Shanghai 2019.

Y buena prueba de ello se vivió la víspera, en la Volkswagen Group Night, en la que estuvieron los mandamases del consorcio alemán, encabezados por Herbert Diess, CEO del Grupo Volkswagen, y seguido por Bernhard Maier, CEO de Skoda Auto –una marca que está cosechando muy buenos resultados (341.000 unidades vendidas en 2018 en China, y con gran predicamento entre el público joven)–, pero también acompañado por Luca de Meo, CEO de Seat, a pesar de que la marca que dirige no está presente en China. O quizá sí de forma indirecta… como explicaré líneas más adelante.

Sea como fuere, lo cierto es que el Salón de Shanghai 2019 me ha sorprendido muy gratamente. La última vez que asistí a un salón del automóvil en China fue hace cinco años, en el Salón de Pekín 2014, y me llevé una imagen muy negativa del gigante asiático: caos y más caos, suciedad, mucha improvisación, público en general mezclado con nosotros los periodistas y entorpeciendo nuestro trabajo, copias por doquier…

El Salón de Shanghai al igual que del de Pekín es enorme, gigantescamente enorme, pues ocupa ocho inmensos edificios de varias plantas, pero está relativamente bien organizado y, lo más importante: los días de prensa se respetan, de modo que en su inauguración solo había periodistas.

Salón de Shanghai 2019

Aunque, sin duda ninguna, lo que más me ha sorprendido es la de modelos eléctricos expuestos, de modo que si a día de hoy hay un país involucrado en la transición de la industria del automóvil desde los motores de combustión hacia la electrificación es China. 

Visto así, de primeras, parecería que China, tal y como se ha podido ver en el Salón de Shanghai 2019, fuera el adalid mundial en pos de frenar el cambio climático. En este sentido hay que aclarar primeramente que China tiene un problema de contaminación considerable.

Ciudades como Pekín están al borde del colapso ecológico y, además de medidas restrictivas –no se puede circular todos los días– también se han impuesto medidas de disuasorias como, por ejemplo, que para poder comprar un coche en la capital haya que entrar en un sorteo que dé opción a la adquisición del automóvil –el periodo puede extenderse hasta cinco años– a no ser que se trate de un vehículo electrificado o eléctrico puro–, y en ciudades como Shanghai todos los ciclomotores que circulan por las calles son eléctricos y son miles los vehículos con matrícula verde –para automóviles electrificados o eléctricos– que se pueden ver transitando.

De modo que con la promoción del vehículo eléctrico, además de reducir la dependencia del petróleo, se hace lo propio con la polución, que se ha convertido en un problema de salud pública. Si a eso se le añade que China tiene enormes cantidades de carbón, que son utilizadas en las centrales térmicas para generar electricidad, se cierra el círculo. 

Las novedades del Salón de Shanghái 2019

Hay que resaltar que esto último supone hacerse trampas al solitario, pues las centrales térmicas emiten miles de toneladas de CO2 y, pues como nos contaba Bernhard Maier, CEO de Skoda Auto, con que se parara la construcción prevista de las mil centrales térmicas, se podrían alcanzar los límites de emisiones de los Acuerdos de París…

Gran oferta de eléctricos en el Salón de Shanghai 2019

Hecha la aclaración, lo cierto es que en el Salón de Shanghai 2019 se han podido ver decenas y decenas de vehículos eléctricos y, lo más importante, de un diseño ciertamente atractivo, lo que pone de manifiesto cómo los chinos están aprendiendo a pasos agigantados. 

Una buena prueba de ello es la marca Nio Power, que en Shanghai ha mostrado el ES6, un SUV de hasta 240 kW de potencia, una autonomía que puede alcanzar los 510 km y, sobre todo, un diseño muy atractivo y un interior sumamente tecnológico, presidido por dos enormes pantallas, de esas por las que los clientes chinos –en especial los jóvenes– se pirran.

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O el Novat, otro SUV con un logotipo que de lejos parece el de Seat y unas líneas estéticas también muy sugerentes. O el Aiways U5, que ya vimos en el Salón de Ginebra 2019, o el LI One, de parecidos atributos a los anteriores.

Salón de Shanghai 2019
Salón de Shanghai 2019

¿Solo eléctricos de carrocerías SUV? En absoluto. Ojiplático me he quedado con apuestas tan llamativas como el Geely Preface, un sedán con claras reminiscencias con los Volvo S60 y S90, y es que este gigante chino es el dueño de la marca sueca. Todo queda en casa. O también el BYD (Build Your Dreams; qué poético me ha parecido siempre esta el nombre de esta marca) e-seed GT, un concept de superdeportivo eléctrico.

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O el Qyon Matchless, una suerte de gran turismo, que no hace honor a su nombre pues sí que tiene coincidencias: hay rasgos que recuerdan demasiado al Porsche Panamera.

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O un modelo más terrenal, como el Renault City KZ e, muy óptimo para moverse por ciudad, aunque sus acabados no sean los que se esperan de un modelo de la marca del rombo. O los modelos de la marca Leapmotor, cuyo dueño es un rico empresario que se ha forrado al parecer a base de producir las millones de cámaras de tráfico que abundan por China y con parte de los beneficios ha creado una marca de eléctricos. Con un par…

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¿Ya no hay copias en el Salón de Shanghai?

A ver, los chinos han aprendido y avanzado mucho, pero –sin acritud– las copias forman parte de su ADN… al menos por el momento. Y para muestras, un par de botones: para empezar, un par de empresas de preparación a las que no les duelen prendas en copiar el logotipo de dos grandes firmas: Pininfarina y AMG.

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Y de ahí a pasar a hechos consumados, como el del Hozon U, que del pilar B hacia atrás me recuerda demasiado al Seat Arona. O el MG6, que se parece a mi parecer al Hyundai i30 Fastback. O el Venucia, que tiene un aire al Range Rover Velar. O el Bestune T77, demasiado parecido al Peugeot 3008

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Jetta, la submarca de Volkswagen con esencia española

En cambio lo que no es copia son los modelos que componen la gama de Jetta, la nueva submarca del Grupo Volkswagen en China que solo operará en ciudades de segundo nivel (no más de 2 millones de población; ahí es nada). El primero de los modelos que componen Jetta es el VA3, precisamente un Volkswagen Jetta como el que se comercializa en EEUU, con una parrilla de nuevo corte, muy del gusto del público chino, presidid por una enorme jota en el logotipo sinceramente, y aunque para gustos, los colores, creo que el director de Diseño de Volkswagen, Klaus Bischof, no ha puesto todo su talento en esto…).

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Pero lo más sorprendente para este humilde juntaletras es el segundo modelo, un SUV denominado VS5… y que no es otra otra cosa que un Seat Ateca con ese horrendo frontal, aunque peores acabados, aunque, eso sí, la esencia del SUV español. Y el tercer modelo, aún en fase de concept, es el VS7, un Seat Tarraco con ese frontal para olvidar. A este periodista le sorprende esta forma de estropear el buque insignia de Seat…

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¿No hubiera sido más lógico introducir Seat en China como marca propia, aunque fuera para ciudades de segundo nivel (no nos olvidemos, de no más de 2 millones de habitantes)?