En Seat quieren huir como gacela del león de los rumores, las antesalas de noticias y todo dicho o refrán en el que aparezca la palabra "cierre". Por eso, desde la marca española se ha trazado un plan a corto plazo que no es otro que fabricar vehículos de cero emisiones desde su sede, la fábrica de Martorell (Barcelona). 

¿Cómo lo harán? Van a ir cogidos de la mano de los fondos europeos Next Generation EU, sólo que se toparán con un pequeño gran inconveniente: adaptar la instalación a los nuevos requerimientos provocará un inevitable descenso de la producción durante varios años.

A partir de 2024 y hasta 2026, los trabajos imposibilitarán el ritmo normal de la planta barcelonesa y provocarán el cese del 20% del personal indirecto del centro.

Así lo hizo saber la filial de Volkswagen a los sindicatos. La directiva que gobierna Wayne Griffiths no quiso dar cifras concretas, pero sí aclaró que habrá un descenso de la actividad en 2024 que se prolongará hasta 2026. Será entonces cuando la empresa ya fabricará el eléctrico pequeño del grupo, que se comercializará bajo las marcas Audi, Cupra y Skoda.

El foco está puesto en el sobrante de plantilla que se producirá en Martorell una vez esté implementado el coche eléctrico. Los cálculos de la organización es que el ensamblaje de un vehículo limpio necesita de un 30% menos de horas que uno de combustión. 

Otro de los factores que cobra importancia es que los modelos que se fabricarán en Martorell serán pequeños, por lo que acarrea menos mano de obra que otros de mayor valor añadido como el Seat León o el Cupra Formentor.

Pero una fábrica de las dimensiones de la catalana es imposible que sólo tenga una línea de actividad. Por este motivo, los sindicatos exigen a Seat que aclare el futuro de la plataforma que hoy ensambla el Cupra Formentor y el Seat León y que no tiene garantizado su futuro más allá de 2026. También se desconoce qué sucederá con la línea del Audi A1.

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Quien parece que se salva de la quema es la planta de Seat Componentes de la factoría barcelonesa. En esta división de la fábrica se produce unas cajas de cambio que ya no serán necesarias con el coche eléctrico. Lo lógico hubiese sido asignarle la elaboración de los nuevos motores limpios, pero los propulsores se adjudicarán al centro que Audi tiene en Hungría.

A pesar de ello, la instalación mantendrá su actividad en el negocio de las piezas y ya tiene garantizados cuatro componentes: dos de la zona del chasis de los coches, la centralita de los motores eléctricos que se usarán en Martorell y el control de temperatura de las baterías que se elaborarán en Valencia.