¿Qué son las escobillas del motor de arranque y cómo cambiarlas?

Escobillas del motor de arranque

El motor de arranque es uno de los elementos clave de un vehículo, puesto que es el que lo pone en marcha. Está formado por varias piezas, una de ellas las escobillas del motor de arranque, una que puede cambiar tú mismo. Te enseñamos cómo.

Lo primero es saber qué son las escobillas. Es uno de las partes del motor de arranque, están formadas por pasta de carbón y grafito, son las que transmiten la energía eléctrica al rotor y están ancladas en unos muelles que las empujan para hacer contacto con el colector.

Es uno de los elementos que más desgaste sufre del motor de arranque, puesto que están en rozamiento continuo, lo que hace que hay que cambiarlas cada 150.000 kilómetros aproximadamente. Son, de hecho, uno de los puntos por los que suele averiarse el motor.

Lógicamente para su reemplazo puedes acudir a un taller, pero lo cierto es que, aunque requiera algo de tiempo, no se trata de una operación exageradamente difícil, así que puedes animarte a cambiarlas por ti mismo. Te contamos los pasos que tienes que seguir.

¿Cómo cambiar las escobillas del motor de arranque?

Lo primero es desacoplar el motor de arranque del propio motor. Una vez, hecho, el primer paso es quitar la tapa trasera del mismo, en la que habrá cuatro tornillos: dos que sujetan todo el cuerpo del motor y “cierran” el motor de arranque, y otros dos que son los que anclan las escobillas. Hay que quitar los cuatro.

Lo siguiente es desconectar las escobillas del cable que asoma por el extremo superior, va con una tuerca y basta con aflojarla. Para poder sacar las escobillas del cuerpo ya solo queda quitar una pletina metida a presión en la parte superior que hace que toda la estructura se quede encajada.

Cuando las saques, seguramente será patente el desgaste que han sufrido, sobre todo si las comparas con las nuevas escobillas del motor que vayas a poner (que deberían ser iguales para evitar problemas). 

Así se detectan los fallos en el motor de arranque

Para que éstas no se desgasten de manera prematura, observa que las delgas que están en contacto con las escobillas no están desgastadas y, sobre todo, que no sobresalgan. Si es así, utiliza papel de lija para igualarlas con el resto y que no sobresalga nada. Después, limpia la zona para que no queden restos.

Y ahora toca montar las nuevas. Como no tienen desgaste, no entran a de primeras, así que hay que presionarlas hacia el exterior, comprimiendo los amortiguadores, hasta que se enganchen. Entonces, colócalas en el sitio y, una vez montadas, apriétalas hacia adentro para que se queden acopladas.

Acto seguido devuelve a su sitio la pieza superior que se queda encajada a presión para sujetar todo, continúa con la tapa exterior y termina colocando los tornillos para fijar el cuerpo. Lo último es conectar las escobillas a la tuerca.