¿Qué supone la cancelación del Salón de Ginebra 2020?

Salon de Ginebra

Victor Delgado

Hay consecuencias, y no son buenas.

La cancelación del Salón de Ginebra 2020 debido al coronavirus ha sido una faena. Un golpe bastante duro para un sector en pleno proceso de transformación y que prometía muchas cosas de cara a este nuevo año. De hecho, las presentaciones han tenido lugar de manera online. A través de internet hemos podido ver todas las 'no' novedades de Ginebra, pero con lo de tocarlas y montarnos en los coches nos hemos quedado con las ganas. ¿Qué consecuencias tiene la cancelación del Salón de Ginebra 2020? Pues son algunas, y para nada buenas.

Consecuencias de la cancelación del Salón de Ginebra 2020

El Salón de Ginebra 2020 iba a ser, como siempre, una de las citas más importantes del año en el mundo de la automoción. Era la edición número 90. Pero no pudo ser debido a la prohibición del Gobierno de Suiza de organizar cualquier evento que reúna a más de mil personas por culpa del coronavirus. ha significado una pérdida importante no solo para la ciudad de Ginebra, sino también para muchos fabricantes.

En muchos casos este salón sirve a las marcas para presentar sus últimos lanzamientos y novedades. De hecho, para algunos que no tienen tantos recursos y se dedican a elaborar vehículos más especiales artesanales, como Koenigsegg, Pagani o Rimac, ha sido una faena. Normalmente no suelen tener recursos para otro tipo de presentaciones a gran escala y el escaparate que supone Ginebra es muy grande y jugoso para ellos.

Koenigsegg Jesko Absolut

Porque los transatlánticos del sector, como Audi, Mercedes, BMW o Porsche, pueden asumir mejor las consecuencias de la cancelación del Salón de Ginebra 2020 por el coronavirus y permitirse organizar otras reuniones multitudinarias para mostrar sus nuevos modelos. La cuestión es que esto podría significar que el modelo convencional de presentar novedades está en franca decadencia. Un antes y un después.

Y como ejemplo de esto último, marcas como Ford, Maserati, Volvo, Lamborghini o Nissan ya habían declinado asistir a la cita suiza. Mejor realizar eventos individuales y no tener que compartir cartel con nadie más. De hecho, las presentaciones esta vez han sido vía internet y ahora las marcas están evaluando si merece la pena gastar en algunos casos decenas de millones de euros en algo en lo que pueden recortar muchísimo dinero.

Después de todo, la mayoría de la gente ya mira todo desde sus teléfonos y esto le da a las marcas la posibilidad de llegar a más usuarios de manera simultánea invirtiendo mucho dinero. El próximo mes será el Salón de Nueva York. Podría cancelarse, o podría celebrarse. Pero será una buena piedra de toque para saber si el paradigma de los salones está cambiando.