Turista en la Nave A122 de Seat (III): un vistazo al futuro

Seat IBL

Cerramos nuestra visita a la Nave A122 de Seat con un vistazo a los concept que contiene, los cuales un día desvelaron el futuro de la marca.

Llego al final de mi visita a la Nave A122 de Seat con muchas emociones juntas. Mucho han cambiado las cosas desde que esta firma empezó allá por los años 50 y hasta ahora se ha escrito una historia repleta de momentos decisivos, emoción y cambios. Ahora bien, el fin no ha llegado aún y hay que mirar al futuro. Eso es lo que hicieron los últimos coches que veo aquí: los concept.

Desde hace años la marca española ha mostrado algunos prototipos interesantes y llamativos, especialmente en el caso del primero que capta mi atención. En un llamativo color verde destaca un peculiar roadster que se desveló en el Salón de Ginebra de 1999: el Seat Fórmula.

Se desarrolló en el Design Center Europe de Sitges que se creó apenas unos años antes y la idea con este coche era llevar las emociones de la competición a la carretera. Así, montaba una mecánica proveniente del Córdoba WRC: un motor 4 cilindros turbo de 2 litros con 240 CV y un cambio secuencial de 6 velocidades. 

Seat Formula Concept

Con esto y con elementos de aerodinámica activa como el alerón trasero -se desplegaba a partir de los 50 km/h-, este fue y sigue siendo un biplaza sorprendente. Eso sí, no fue la primera creación del centro de diseño de Sitges. Esa se encuentra a su lado: el Seat Bolero, una berlina deportiva concebida en 1998.

En este caso, este prototipo se presentó en el Salón de Ginebra de aquel año y, si bien su aspecto es uno de sus detalles más llamativos, también lo es su mecánica: montaba un V6 biturbo de 2,8 litros con 330 CV, potencia que se enviaba a ambos ejes y que permitía pasar de 0 a 100 km/h en 5 segundos. ¿Y la velocidad máxima? Se habla de más de 270 km/h.

Seat Bolero
Seat Bolero

Ahora bien, no todos los concept se han centrado en las máximas prestaciones y aquí hay un ejemplo de ello. Se llama Seat Tango y se presentó en el Salón de Frankfurt de 2001 con el objetivo de recordar a los roadsters de los años 50 y 60. Como peculiaridad, el habitáculo y la carrocería están unidos y elementos como los asientos no se pueden mover. 

Además de esto, se montó en él un motor turbo de 1,8 litros con 180 CV y una caja de cambios manual de 6 velocidades. Eso sí, lo más peculiar aquí es el diseño, donde puedo ver algunos rasgos que pocos años más tarde mostraron modelos como el Seat Ibiza y Córdoba (6L) y el Altea, por ejemplo.

Seat Cupra GT
Seat Cupra GT

De hecho, algunos de estos rasgos los muestra también el Seat Cupra GT, un prototipo de competición que casi podría haber incluido en la anterior entrega de esta serie. Se creó en 2003 solo para competir en circuitos y se inspiró en modelos como el Tango, aunque evidentemente era más radical.

De hecho, fue más allá de la zona de exposición del Salón de Barcelona. Se fabricaron 3 unidades, las cuales usaban el chasis tubular y el motor V6 biturbo de 500 CV del Toledo GT. Así, compitieron en el Campeonato de España de GT entre el 2004 y el 2006, cuando cambió el reglamento y este modelo ya no podía competir por cuestiones como su anchura.

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Eso sí, su historia no acabó ahí. Uno de ellos se quedó tal cual y es el que se encuentra en la Nave A122, pero los otros dos se cedieron al equipo Sun-Red, quienes modificaron la anchura y cambiaron el motor por el V10 del Lamborghini Gallardo.

Sin duda, aquella fue una máquina sorprendente, pero generalmente los concept cars se centran en modelos de calle y adelantan el futuro próximo del automovilismo. Esto es algo fácil de ver con la perspectiva que da el paso de algunos años, ya que puedo notar el nacimiento de la corriente de los SUV desde los primeros años del siglo XXI.

Seat Salsa Emoción

Por ejemplo, el Seat Salsa Emoción del año 2000 fue un pionero de este concepto y también contaba con detalles como los modos de conducción -Street, Off Road y Sport en este caso- tan presentes en la actualidad. Aquel coche ya anticipaba la fiebre de los todocaminos y modelos más recientes como el Tribu de 2007 lo perpetuaron.

Este último coche ya adelantaba algunas líneas de futuros coches de la marca como el Tarraco, pero otros como el Seat IBX de 2011 muestran un claro antecedente de modelos como el Seat Ateca. También lo hacen otros ejemplares que veo como el Seat 20V20 de 2016, aunque cerca de este hay otros prototipos que me llaman más la atención.

Uno de ellos es el Seat Ibiza Cupster, una versión descapotable de este utilitario que al que casi parece que le han cortado el techo y que fue creado para el Wörthersee de 2014. Tanto su chasis como su mecánica provenían de la versión Cupra de este modelo, pero se quedó en dos plazas y se aumentó su anchura. ¿El resultado? Una presencia espectacular.

Asimismo, no muy lejos hay otro coche que, sin ser tan rompedor, no deja de ser interesante. Se trata del Seat IBL y fue una berlina presentada en el Salón de Frankfurt de 2011. Aún recuerdo verlo en las páginas de las revistas junto a sus peculiares detalles: una atractiva carrocería en color rojo, llantas de 20”, luces LED, una pantalla del sistema de infoentretenimiento…

Seat IBL
Seat IBL

En resumen, aquel coche prometía, pero no llegó a resultar en nada concreto y ahora las berlinas están perdiendo fuelle. Es una pena, pero al menos estos prototipos quedan como testimonio de lo que fue y de lo que pudo haber sido. Sin duda, no se me ocurre una forma mejor de cerrar mi visita a la Nave A122, ya que mirar al futuro es tan importante como mirar al pasado.

Es así especialmente ahora, cuando se ha hablado del futuro de Seat con un cierto tono pesimista que afortunadamente parece ir diluyéndose. En definitiva, la historia de esta compañía está repleta de grandes coches y momentos que se han conservado en cierto modo en esta nave. Eso sí, estoy seguro de que su contenido todavía no dejará de crecer.