Las 2,4 horas de Le Mans en el Bugatti Baby II de 30.000 euros

Las 2,4 Horas de Le Mans en eBugatti Baby II

De vez en cuando también hay que divertirse, ¿no?

Algunas personas dicen que no dejamos de jugar porque nos hacemos mayores, sino que nos hacemos mayores porque dejamos de jugar. Aunque eso no será por nosotros... 

Tom Harrison, quien para el papel de hoy ha asumido (con alarmante facilidad) ser el alter ego de Harrison Maximillian Tumblebottom-Smythe, cuarto vizconde de North Witheringshire, y yo, el cobarde Bounder Caddington von Kewpiddle, somos niños grandes. Hoy debemos jugar, o perdón, evaluar de manera diligente, la lista de regalos de Navidad de The Little Car Company

Las 2,4 Horas de Le Mans en eBugatti Baby II

Te ofrecemos el Bugatti Baby II, una réplica a escala de tres cuartos de lo más precisa del icónico Bugatti Type 35

El modelo real fue un gran deportivo que ganó más de 1.000 carreras en su día y fue pionero en las técnicas de reducción de peso. Por ejemplo, utilizó llantas de aleación y un eje delantero hueco

Incluso el hijo de cuatro años de Ettore Bugatti, Roland, quería uno. Así que entre su padre y su hermano mayor le hicieron una réplica de tamaño medio allá por 1926. Y les quedó tan bien que dejó encantados a los clientes que lo vieron... Clientes tan ricos que no aceptaban un no por respuesta.

El Bolide y otros tres Bugatti de lo más especial

Fueron fabricadas unas 500 unidades. Parecen pocas, pero lo cierto es que esa cifra lo convierte, de largo, en el Bugatti más común que existe. Y justo tenemos uno delante. Es precioso, muy bonito. Y su valor ronda los 86.500 euros. 

Ahora, como no puede ser de otro modo, solo se van a hacer 500 de estos grandes tributos al Type 35. Han sido copiados minuciosamente del modelo original. Y al igual que este, no funcionan con un motor de ocho cilindros en línea, sino con un propulsor eléctrico. La carrocería en el modelo base es de fibra de vidrio, y se conforma con 5 CV de potencia y 21 km de autonomía... por el módico precio de 29.500 euros.

Las 2,4 Horas de Le Mans en eBugatti Baby II

¿Pero realmente esperas que Tumblebottom-Smythe y Caddington von Kewpiddle conduzca un automóvil normal? ¿Con nuestra reputación? ¡Ni de broma! La mía es la versión Vitesse con carrocería de fibra de carbono, que cuesta 44.400 euros. 

Su motor ofrece 13 CV, una cifra mucho más adecuada. En modo Principiante, que se selecciona a través de una preciosa tecla, la velocidad máxima es de 19 km/h. En el modo experto sube hasta los 45 km/h. En esta unidad noto incluso cierta suficiencia mientras agarro el volante Nardi y me acomodo en un asiento lujosamente tapizado. Incluso tiene la 'llave de velocidad', copiada con cariño del Chiron. 

La segunda llave abre la puerta hacia unos juguetones 89 km/h. Sin puertas, protección contra el viento o cinturón de seguridad. Definitivamente, no es para niños. Harrison, siento decirte que no tienes ninguna esperanza. 

Las 2,4 Horas de Le Mans en eBugatti Baby II

TH: Todo el mundo sabe que no has elegido el Vitesse por su carrocería de fibra de carbono, sino porque el rojo pega con tus vulgares botines de carreras. Podrías haber tenido un distinguido Pur Sang como el mío, con su carrocería de aluminio fabricada a mano. Es la elección del experto y tan rápido como el tuyo, y aunque cuesta 15.000 euros más, eso no es nada si eres el dueño de la mayor parte del condado de Berkshire. 

OK: Su carrocería es majestuosa. Se necesitan más de 200 horas para hacer una, según he oído. ¿Te apetece apostar algo en una carrera? Mi montura está preparada para darte una buena paliza. Estos frenos de tambor están mejor calibrados que los del Toyota híbrido de mi mayordomo, y mis neumáticos Michelin de motocicleta se pegan al asfalto en cada curva. ¿Cómo va el tuyo en los giros? ¿Eh?

TH: Absolutamente espectacular. La dirección, las ballestas específicas o el eje delantero hueco hacen que las reacciones sean fieles a las del gran Type 35. Cuenta con amortiguación ajustable y hay un diferencial de deslizamiento limitado en el eje trasero para que hasta los más patanes, como tú, puedan hacer que pase por las curvas. Fíjate si me gusta que estaría orgulloso de tenerlo en un pedestal en mi salón. Es arte. ¿Cuál es el detalle que más te gusta a ti del Bugatti Baby, amigo mío? 

Las 2,4 Horas de Le Mans en eBugatti Baby II

OK: ¿Un patán, yo? Prefiero un pícaro, pero gracias de todos modos. Bueno, pues además de los pedales que rinden homenaje al Chiron de 1.500 CV, me fascinan los componentes mecánicos de la dirección que se ven a simple vista. Mirar cómo trabajan sobre los neumáticos es hipnótico. Delicioso. Y ese freno de mano lateral cuya palanca brilla con el reflejo del sol es demasiado tentadora. Me pregunto si tú podrás alcanzar el tuyo manteniendo la espalda recta. ¡Estoy preparado para ganar, chaval! Ojalá este maldito asiento tuviera un cojín para evitar que mi cuerpo se desparrame en las curvas.

TH: ¡No puedes ganar, Kewpiddle! Tus sucias tácticas no tienen cabida en esta reñida carrera que, afortunadamente, se acerca a su fin. Si bien yo, un robusto caballero de 1,82 metros de altura, ciertamente encajo en el nuevo Baby Bugatti, no estoy realmente seguro de querer probar a fondo la supuesta autonomía de 48 km de esta versión sin una parada en boxes prolongada. Lo que daría por tu columna de dirección extendida...

Las 2,4 Horas de Le Mans en eBugatti Baby II

OK: Claro, pero el cliente objetivo que lo compre lo hará para que su angelical heredero recorra los jardines de su mansión. Escuché que incluirían un 'paquete de carretera' con intermitentes, una bocina o guardabarros por si las moscas. Pero por mucho que me impresione su rapidez, creo que se disfruta más a un ritmo pausado. ¡Ostras, la bandera a cuadros! Me debes la mitad de Wiltshire. ¿Qué tal tu derrota?

Las 2,4 Horas de Le Mans en eBugatti Baby II

TH: Eres un tramposo. Y ya sabes que los 500 nuevos Baby II están ya asignados con nombre y apellidos. Así que regresa a Kewpiddle Manor con tus horribles botas de carreras.

Originalmente publicado en la revista Top Gear España, 26. Un texto de Ollie Kew y Tom Harrison con fotos de Mark Riccioni