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F1 2017: así entrena Carlos Sainz Jr (III)
Así entrena Carlos Sainz para la F1 2017
¿Sabes cómo entrena un piloto de F1? Esto es todo lo que hace Carlos Sainz Jr para prepararse ante la temporada 2017.
F1 2017: así entrena Carlos Sainz Jr (II)
F1 2017: así entrena Carlos Sainz Jr (IV)
F1 2017: así entrena Carlos Sainz Jr (V)
F1 2017: así entrena Carlos Sainz Jr (I)
Carlos Sainz Jr., piloto de Fórmula 1, sabe que todo deporte tiene sus retos físicos. Y en la F1 2017 serán mayores que nunca, ya que los nuevos coches se esperan más rápidos y con una velocidad mayor en el paso por curva. Eso significa que quien esté al volante debe ser más fuerte (físicamente) que antes.
El madrileño afronta su tercera temporada con la escudería Toro Rosso en un año lleno de desafíos. El primero de ellos es… ponerse en forma. “Lo que hicimos en 2016 no va a servir; hay que ir más allá”, asegura. Para ello, se ha metido de lleno en un plan de trabajo agotador, extenuante para cualquier humano. Pero no para un piloto de F1.
La sesión empieza con 90-120’ de crossfit (una clase normal es de 50’, pero aquí se simula el tiempo que dura un GP). “Vamos a 180-190 pulsaciones por minuto e incluyo también boxeo y cardio”, explica. Fuera del gimnasio, la preparación se completa con más de una hora de natación.
¿Para qué hacen todo esto, si los de la F1 (como los de los rallys) van sentados? Ay, amigo… ¡ojalá me hubieran dado un euro cada vez que he escuchado esto! Las fuerzas G que deben soportar durante períodos de tiempo tan largos los obligan a estar fuertes como un toro. Han de trabajar las piernas, los brazos y el cuello, para lo que levantan y aguantan pesas, ponen resistencia y entrenan en el karting.
Vídeo: la razón por la que un kart lleva frenos... (5)
Vídeo: la razón por la que un kart lleva frenos... (1/)
La verdadera razón de que un kart lleve frenos...
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La verdadera razón de que un kart lleve frenos...
La verdadera razón de que un kart lleve frenos...
Sainz Jr., por ejemplo, ha llegado a adosar un lastre a su casco para trabajar el cuello en la pista. “Las pesas hacen que el casco aumente en 1,5 o 2 kilos lo que marca en la báscula, lo que genera unas fuerzas G más parecidas a las que voy a encontrar en la F1”, comenta. Y entre sesión y sesión de karting, un entrenador pasa una banda de goma alrededor de dicho casco y estira mientras el madrileño mantiene su posición. Los resultados de todo esto se verán en breve. Mens sana in corpore sano, recuerda…
Durante la década de los años 50, los esfuerzos del mundo de la F1 se centraban en construir los bólidos más potentes posibles para así conseguir la máxima velocidad. Ese era su objetivo principal. Las medidas de seguridad para los monoplazas y para sus ocupantes prácticamente no existían. Seguramente os sorprenderéis tanto como yo al conocer que muchos de los primeros corredores competían sin ningún tipo de protección para sus cabezas…ni para el resto del cuerpo.
En esos años aparecieron los considerados primeros cascos de la F1. Estos no eran otra cosa que unos rudimentarios gorros, primero de tela, y más tarde de cuero, al estilo de los que empleaban los aviadores de guerra. Os quedaréis flipados al saber que su función era evitar que los competidores se despeinaran con el aire generado por la velocidad. Sí, habéis entendido bien, los primeros cascos de la historia cumplieron una función estética, muy alejados de cualquier parámetro de seguridad.
En Top Gear nos imaginamos a aquellos coquetos gentleman que cuidaban su imagen al volante de sus máquinas casi tanto como en una cita amorosa. Por tanto, de la coquetería masculina -que como podéis comprobar no inventó David Beckham- nacieron los cascos de los pilotos, uno de los complementos que con el paso de los años y tras muchas víctimas en los circuitos se convirtieron en un elemento esencial para su seguridad. El conjunto estético lo completaban unas gafas que nos recuerda a esas de submarinista que venden en las tiendas de los chinos. Pero aquellos que pasaban de su aspecto, simplemente no los utilizaban por considerarlos muy incómodos.
Cascos de la F1: años 60. Primer casco rígido
A partir de los años de los hippies, el amor libre y los Rolling Stones -década de los 60-, apareció un nuevo casco de F1. Estaba fabricado a partir de cartón prensado y cubría solo la parte superior del cráneo. Quizá, por casualidad, podían proteger de algún mínimo impacto. Pero nada más. Su forma recordaba a los cascos que emplean hoy en día los jinetes en las carreras de caballos. Y, como podréis suponer, su función continuaba siendo meramente decorativa. Por cierto, los cascos de los pilotos eran tan incómodos que la mayoría no los utilizaba.
Ya en 1968 se creó el primer casco integral, fabricado con fibra de vidrio. Cubría y protegía toda la cabeza del piloto. Su inconveniente era el peso: ¡3 kilos! Desde luego que debías tener un cuello como el de Conan, el bárbaro para soportarlo.
Bueno, pero a pesar de este pesado inconveniente ya se van dando pasos importantes. La protección de la cabeza de los corredores ha pasado a convertirse en una cuestión fundamental. El salto cualitativo es evidente. Las testas de los automovilistas ya no volverían a lucir melena o calva en las pruebas automovilísticas nunca más.
Cascos de la F1: años 70 y 80
A finales de los años 70 se produjo un gran avance tecnológico en los cascos de la F1 a causa de un fatídico accidente. Durante la disputa del GP de Sudáfrica 1977, el monoplaza de Tom Price golpeó a un comisario de pista que cruzaba la pista portando un extintor. Dicho elemento impactó en la cabeza de Price causándole la muerte.
El fatal siniestro hizo que el mundo del motor y su industria fueran conscientes de la necesidad de mejorar los cascos de los pilotos.
Los ingenieros investigaron para desarrollar técnicas y materiales más ligeros y compactos. Derivado de esos esfuerzos apareció en 1980 un compuesto llamado Tricomp, formado por una aleación de fibra de carbono y de vidrio y por diversos polímeros. La parte exterior del casco ahora ofrecía una mayor resistencia a los impactos que la de sus predecesores.
A mediados de los años 80, los ingenieros orientaron sus investigaciones en la creación y el desarrollo de las funciones aerodinámicas de los cascos de la F1. Éstos ya no solo serán un objeto de protección, sino que se convertirán en un elemento que reduzca su resistencia al viento y canalice el flujo aerodinámico generado por la velocidad de los monoplazas.
Hasta esa época la resistencia generada por los cascos suponía una sensible pérdida de tiempo en cada vuelta.
Cascos de la F1: el Siglo XXI
Con la llegada del nuevo siglo, los cascos de la F1 van adquiriendo un aspecto más aerodinámico, estilizado y personalizado. El diseño y el desarrollo se realizan teniendo en cuenta las medidas individuales de la cabeza de cada piloto. Asimismo, van apareciendo pequeños elementos que ayudan en la conducción de las corrientes de aire generadas por las altas velocidades de los monoplazas.
A ver chicos, no es que los cascos de los pilotos cuenten con alerón, pero sus formas sí cumplen en cierta medida la función de éstos. En este apartado hay que destacar que favorecen el flujo del viento hacia la toma de admisión o chimenea que sirve para la refrigeración del motor.
Actualmente los cascos de la F1 son un prodigio tecnológico y están diseñados con los sistemas más avanzados. Están compuestos por 18 capas de fibra de carbono que les permiten soportar unas fuerzas equivalentes a un peso de 55 toneladas sin sufrir deformaciones. O sea que si alguien lo desea, puede situarse con un tanque encima de un casco de F1 sin que este se deforme. Además, su recubrimiento exterior puede llegar a resistir 800 grados de temperatura durante unos 30 segundos sin que el interior supere los 70.
Su peso se ha reducido hasta los 1200 gramos. El interior se realiza partiendo de moldes tridimensionales creados a partir de las características anatómicas de cada piloto. Una de las últimas incorporaciones en materia de seguridad es el Zylon. Dicho polímero sintético, que se ha incorporado a las viseras de los cascos, ofrece una gran capacidad de absorción de impactos. Se deforma absorbiendo la energía liberada en la colisión sin llegar a fracturarse. De este modo, el punto más débil de los cascos, se ha reforzado extraordinariamente. Las láminas de Zylon se superponen sobre las viseras de policarbonato transparentes, que permiten una perfecta visión a los pilotos.
Para que os hagáis una idea de la resistencia de esta fibra blanda, os diremos que se emplea como material para la fabricación de chalecos antibala y para la cabina de los monoplazas. Como casi siempre sucede en la vida cotidiana, este gran avance en la F1 partió de un accidente. Sucedió en el GP de Hungría 2009, cuando un muelle salió disparado del coche de Rubens Barrichello a 270 kilómetros por hora hacia su perseguidor, Felipe Massa. Este objeto atravesó la visera y provocó un gravísimo accidente que a punto estuvo de costarle la vida al brasileño.