Claves 'petrolhead' para entender el futuro: ¿es lo mismo moverse que conducir?

BMW M5 Competition

La respuesta que necesitas para reconciliarte con la industria

He pasado una semana al volante de un coche eléctrico, el Kia e-Soul… pero el caso es que justo antes de subirme a él, había estado probando un deportivo de los de renombre, el Audi TTS. “Como del agua al vino”, dirás. Y evidentemente, no te lo voy a negar, ha sido así. 

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Ahora bien, no malinterpretes mis palabras y pienses que esto significa que el cambio ha sido dramático. Cuando uno prueba coches, se da cuenta de que no hay dos iguales -ni tan siquiera en el mismo segmento- y medirlos con la misma vara sería injusto. Sabía a lo que me exponía y tanto en uno como en otro he encontrado defectos y virtudes, y no tanto en ellos... sino a la hora de afrontar mi rutina con ellos.

A veces cuesta entender que la industria del automóvil esté cambiando tan rápidamente, porque en nuestra mente ‘petrolhead’ siempre nos imaginamos conduciendo modelos que nos producen taquicardia y rubor con solo acercarnos a ellos. Pero el caso es que la realidad es bien distinta. 

Los tiempos han cambiado y las marcas tienen grabado a fuego en la memoria aquello de “adaptarse o morir”; por eso, su filosofía y sus estrategias se han modificado considerablemente, dando mayor protagonismo a palabras como eficiencia o nueva movilidad. 

Y precisamente, aquí es donde podemos encontrar la respuesta a nuestra pregunta: movilidad, ¿es lo mismo moverse que conducir? Te voy a hacer ‘spoiler’: claramente, la respuesta es no, pero el problema suele ser que no entendemos el porqué de ese no. 

La importancia de entender que todo vale

A menudo, dramatizamos cuando un fabricante decide incorporar un aviso de cambio de marcha al cuadro de instrumentos de tu coche para que subas o bajes de velocidad o prescindir de la siempre añorada tracción trasera en uno de sus compactos. Y aunque a veces, como humanos que son, se equivocan con sus decisiones, lo habitual es que no den puntada sin hilo. 

Puede que adores perderte cada tarde libre o cada domingo por los parajes más inexplorados de tu provincia, exprimiendo a fondo tu coche y poniendo a trabajar todos y cada uno de tus sentidos, sudando, en cada curva, pero también puede que tu concepto del automóvil sea el de moverte lo más cómodo, barato y práctico posible, sin apenas inmutarte. Y ambas cosas están muy bien porque no todos tenemos las mismas prioridades en la vida, pero sí el derecho a disfrutar de los beneficios de conducir.

Seguramente hayas visto discos de frenos más pequeños...
Seguramente hayas visto discos de frenos más pequeños...

Hay que comprender, eso sí, que aunque movilidad y conducción van de la mano -podrías ir a trabajar todos los días en un Porsche 911 Turbo y por supuesto, estarías desplazándote de un punto A a un punto B- son dos cosas muy diferentes. Pero tranquilízate, porque las marcas lo saben y muchas están dispuestas a defenderlo. 

El futuro será para los soñadores...

Fabricantes como BMW seguirán ofreciendo coches como el nuevo BMW M3 y BMW M4 con cambio manual mientras, por otro lado, electrifican su gama más terrenal. Podemos decir entonces que ahora, más que nunca, el escenario se va definiendo. Y lo sabemos, las etapas de transición no suelen ser fáciles...

Aunque no somos adivinos ni podemos leer el futuro, nos aventuramos a pensar que a medida que pasen los años, la diferencia entre la conducción por necesidad y la conducción por diversión será más grande. Entonces, quizá volvamos a encontrar, claramente diferenciada, esa familia de coches puros con los que perderse en una carretera de montaña. Comenzará una nueva era, puede que más épica y más exótica que nunca. ¿Confías en ellos?