Seguro que si rondas la treintena te acuerdas de A Todo Gas, o Fast and Furious, como se le conoce en inglés. Esta saga de películas que ahora ha degenerado en un montón de acción y persecuciones inverosímiles con numerosos efectos especiales comenzó con un concepto mucho más simple, y a mi modo de ver atractivo: películas de coches. Tuning, pero coches al fin y al cabo. Y para qué negarlo, había algunos que molaban bastante, aunque no fueran coches nuevos. Nos gustaban mucho. Sin embargo, ¿cómo se eligieron los coches de A Todo Gas? ¿Quién se encargó de ello?

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¿Cómo se eligieron los coches de A Todo Gas?

La primera película de esta saga, que junto a la segunda fue la que marcó la tendencia, fue estrenada en el año 2001. A pesar de que las dos contasen con buenos actores y una trama que, de una forma u otra, enganchaba, en la tercera el reparto cambió por completo. Nada que ver, incluso siendo un largometraje que merecía la pena si te gustan los coches.

A partir de entonces han ido entrando y saliendo algunos actores, la gran mayoría famosos, con especial recuerdo al malogrado Paul Walker, uno de los grandes protagonistas hasta que falleció precisamente en un accidente de tráfico. Para triunfar, eso sí, necesitaban un buen puñado de coches deportivos o tuning. Porque si se trataba de una serie de películas que giraban en torno a los coches, por muchos buenos actores que participasen en los filmes si faltaban las herramientas que daban forma al argumento principal ir a verla no tendría mucho sentido.

Por eso tuvieron mucho cuidado a la hora de elegir los coches de A Todo Gas. Un proceso que ha sido desvelado recientemente en el canal de YouTube de Craig Lieberman, productor y asistente de dirección que participó en la grabación de la primera película. El vídeo, publicado a lo largo de este verano, ya cuenta con más de medio millón de visualizaciones, algo que no es extraño si tenemos en cuenta toda la comunidad de seguidores de Fast and Furious.

Y me juego 20 céntimos de euro a que tú, querido lector, también sientes cierto cariño y nostalgia hacia las primeras películas de A Todo Gas. ¿Cómo no ibas a acordarte de, por ejemplo, el Toyota Supra de primera generación pintado en naranja y con vinilos? Sí, era otra época. Pero una época de la que disfrutamos mucho, al fin y al cabo.