McLaren 570S vs Ferrari 488 GTB y Honda NSX: ¿cuál es el mejor deportivo?

Prueba Ferrari 488 GTB vs McLaren 570S y Honda NSX
Gran Bretaña vs Italia vs Japón. ¿Quién hace el mejor deportivo, Mr. Harris: Italia, Japón o Reino Unido?

McLaren 570S vs Ferrari 488 GTB y Honda NSX... Cuando un deportivo de altas prestaciones se pone frente a ti, se despiertan sentimientos muchas veces encontrados. Algunos los adoran y son capaces de vaciar la memoria de su teléfono achicharrándolos a fotos, otros simplemente parecen considerarlos elementos del mal, demasiado caros y vulgares. Sin embargo, algunos afortunados tienen la suerte de hacerse la pregunta mágica: ¿Cuál me compro?

El Ferrari 488 GTB es, sin lugar a dudas, el líder de esta batalla. Pero el más pequeño de los McLaren, el McLaren 570S, pone sobre el asfalto el increíble avance que ha conseguido la compañía de Woking en su breve existencia como fabricante de deportivos (en F1 es otra historia). Por su parte, el Honda NSX me ha enamorado como no supo hacerlo la primera vez que me puse a sus mandos. Es un coche que consigue conectar contigo pese a tratarse de algo más próximo a una nave espacial: el acelerador y el freno son electrónicos, la dirección tiene asistencia eléctrica y todo parece pensado para poder conquistar Marte. Entiendo a aquellos que no les termina de gustar de primeras: es un coche que necesita cierto tiempo de adaptación a su tecnología y a su manera de entregar la potencia. Especialmente crítico cuando vienes de bajarte del 488, que parece nacido para hacerte gozar desde antes incluso de subirte a su bacquet.

El Ferrari es un coche que se puede coger y maltratar desde el primer minuto, como puedes hacer en un BMW M3 (aquí tienes nuestra prueba del BMW 3). Intenta hacer lo mismo en el nuevo Honda NSX y el chasis te parecerá inerte, la dirección conseguirá vacilarte y si quitas los sistemas de ayuda a la conducción será muy parecido a un BMW 2002 Turbo. En una pista de hielo. Con slicks. Pero si te lo tomas con calma y eres capaz de entender cómo entrega la potencia el V6 turbo y comprendes cómo afectan los motores eléctricos al chasis y al comportamiento en general, te aseguro que es un coche con un comportamiento brutal, tremendo y absurdamente rápido.

Eso sí, no tiene el ritmo ganador del 488, ni nadie en su sano juicio puede comparar ambos conceptos sobre la pista de un circuito. La relación peso-potencia del Ferrari juega en otra liga, pero el Honda sorprende gracias a su tracción integral y al fugaz empuje que consigue la electricidad. A algunas personas no les gusta el sonido falso que a veces se cuela en la cabina, pero yo sí puedo disfrutar del bramido del V6 soplando a 7.000 vueltas y honestamente me cuesta descifrar lo que es real y lo que no.

Prueba Ferrari 488 GTB

Pero me gusta, igual que me gusta la cambión ochentera 'Go West' de los Pet Shop Boys, por lo que probablemente mi criterio no deba ser tenido en cuenta. La dirección del NSX no termina de ayudar a crear una mayor conexión entre el piloto y el asfalto, mientras que las enormes levas del cambio tienen una respuesta más lenta que la de sus rivales. El Honda empieza a ponerse serio cuando decides colocar el modo Race: es en ese instante cuando todo el conjunto te permite realizar una conducción más agresiva y donde yo empiezo a pasármelo bien. Frena algo más tarde y cuando parece que estás perdido, te quedas alucinando con la forma en que el sistema inteligente de entrega de par consigue rascar tracción de donde sea para salir hacia la siguiente curva.

Un buen ejemplo de su potencial fue cuando decidimos colocar una cámara en el 488 para grabar algunas imágenes dinámicas. Mi compañero Ollie Marriage estaba en el Ferrari; yo en el NSX: cuando volvimos a boxes él estaba absolutamente sorprendido de lo duro que tenía que haber ido en el Ferrari para no perder mi estela. Realmente este Honda es un Miniporsche 918, su capacidad para ser monstruosamente rápido está ahí, aunque muchas veces desde dentro cuesta darse cuenta.

Prueba Honda NSX

Encontrarse cómodo para correr como un demonio en el 570S es una tarea más sencilla, aunque el asiento se encuentra demasiado alto para mi gusto: no importa, todo se puede regular, conformando una cabina que sin duda es de lo mejorcito de esta comparativa entre McLaren 570S, Ferrari 488 GTB y Honda NSX. Sí, los ajustes del chasis y del motor no son tan sencillos y para quitar el control de tracción deberás estudiar la situación como si estuvieses programando el lanzamiento de un misil Tomahawk.

Este es un coche que me dejó algo frío la primera vez que lo conduje. Carecía de algunos de los componentes claves del chasis del 650S para poder alcanzar su nivel dinámico, pero los nuevos amortiguadores ofrecen un buen rendimiento y te lo puedes pasar bien con él: la vuelta rápida tuvo que ser sacrificada en favor de la diversión y de una sonrisa de satisfacción en la boca. Y sí, lo has adivinado: ¡hay un gran PERO! Aquí está: el 570S tiene dos grandes problemas en el Red Bull Ring.

Prueba McLaren 570S

El primero es la presencia de su hermano mayor, el 675 LT. La segunda es de color rojo y origen italiano. Todo lo que el baby-McLaren puede hacer sobre la pista, lo hacen mejor cualquiera de los otros dos. Y todavía más importante, provocan una sonrisa más grande. ¿Por qué? El motor y la transmisión del 570S no son malos, ni mucho menos, pero después del Ferrari, siento que hay un ligero vacío a medio régimen de revoluciones y en altas sufre un gatillazo que te deja a medias.

El sonido es bastante decente, igual que la aceleración, pero todo dependerá del tiempo que hayas dejado pasar entre bajarte del Ferrari y subirte al McLaren. No obstante, el 570S no es un rival directo del italiano, tanto por precio como por prestaciones. Eso es cierto, pero cuando lo llevas al límite hay detalles que no terminan de redondear una buena faena. El eje delantero no engancha como cabría esperar y cuando abres gas, no consigues alcanzar esa sensación de conexión hombre-máquina que te permite trazar con precisión milimétrica.

Son pequeños detalles con una explicación muy sencilla: el 570S ha sido optimizado para ser utilizado en la calle. La puesta a punto y el chasis están más enfocados para divertirse en carreteras abiertas que para hacer el loco en la pista. Si esta prueba hubiese tenido lugar en una autopista, el 570S estaría en el podio, pero como no es así, no está. Somos terriblemente crueles.

Prueba Ferrari 488 GTB vs McLaren 570S y Honda NSX (pista)

El Ferrari 488 se siente sincero y preciso como una pluma Montblanc tanto en la carretera como en la pista. Me cuesta entender el nivel de excelencia de este coche...¡y mira que llevo 20 años conduciendo superdeportivos! Lo que realmente entusiasma es lo sencillo que resulta gozar con él, lo equilibrado que está: ¡incluso un conductor novel se lo podría pasar pipa a sus mandos! Sin duda es uno de los coches de calle más salvajes y nobles que jamás se han fabricado.

Se trata de la berlinetta de acceso a la gama y podría poner en apuros a un McLaren F1. Quita el control de tracción y prepárate para mirar hacia delante por la ventanilla lateral... ¡en cuarta! La dirección es demasiado liviana, un mal que ocurre en todos los Ferrari actuales: con un punto más de dureza te permitiría controlar con mayor precisión sus reacciones fugaces. Salvo ese detalle, encontrar fallos en este coche se convierte en un reto. Es el mejor motor sobrealimentado que he conducido jamás, lleno de fuerza en bajas y medias, brutalmente puntiagudo en altas y apoyado por un sonido que te pone los pelos de punta. Pero eso no es suficiente: tiene el mejor cambio de toda la comparativa entre McLaren 570S vs Ferrari 488 GTB y Honda NSX, y en todo momento te sientes integrado con el conjunto.

El chasis es una maravilla y por mucho que lo intentes no hay ni rastro de subviraje, las ayudas electrónicas están muy bien integradas y facilitan la tarea a los principiantes con mayor elegancia que el de ningún otro coche aquí presente. Eso sí, quita los controles y prepárate para domar a la bestia. Es más preciso que el 570, especialmente gracias al diferencial mecánico, y toda la experiencia de conducción se siente mucho más gratificante. Hace unos años habrías sufrido por no romper nada: hoy el mecánico de Ferrari que me acompaña está más preocupado por su bronceado italiano y por ligar con las azafatas que por la fiabilidad del coche.

Texto: Chris Harris.

Nuestro veredicto

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