Prueba del Skoda Superb SportLine TSI 280: arráncale las pegatinas a tu cuñado

Es familiar. Es rápido. Es Skoda...

¿Prueba del Skoda Superb SportLine TSI 280?¿En serio?

Sí, tal cual. Y no entiendo cuál es el problema... 

Pues que ésto es Top Gear...

¡Demontre!¡No había caído!

Vale, eso era un sarcasmo...

Muy bien, Sheldon. Hoy estamos aquí para realizar la prueba del Skoda Superb SportLine TSI 280, una berlina del fabricante checo con una calidad espectacular y un precio de lo más razonable teniendo en cuenta su tamaño, acabados y rivales... 

Ya, ¿qué tiene de especial el que estoy viendo?

Por si el discreto color que luce la unidad de las fotos no fuera suficiente -olvídate de él, a España no va a llegar ese tono-, lo que convierte a este Superb en algo muy especial, adorable y serio al mismo tiempo es el bloque motor que lo propulsa: se trata del mismo corazón que anima al SEAT León Cupra -¿has visto el modelo 2017?-, asociado a una caja de cambios DSG de seis relaciones y tracción total. 

Vale, empieza a sonar bien. 

No me gusta decirlo, pero: te lo dije. 

Háblame del acabado SportLine...

Se trata de un nivel de equipamiento específico que incluye caramelos como un juego de llantas de 19 pulgadas, una suspensión 15 milímetros más baja, un diferencial electrónico y paragolpes ligeramente rediseñados. Ah, y en su interior vas a encontrar unos deliciosos asientos de corte deportivo. En serio: amo esos asientos.  

Me gusta... ¿cómo va?

Va como debe ir una berlina equipada con un motor gasolina relativamente poderoso, una caja de cambios automática que año tras año es toda una referencia en el mercado y una tracción integral que se encarga de repartir la tarea en función de las necesidades y condiciones del terreno: muy bien. Aunque su transmisión no pertenece a la hornada de la última generación que puede encontrarse en los modelos de Audi y Volkswagen más modernos -¿conoces ya al nuevo Volkswagen Golf 2017?-, responde muy bien y el conjunto no decepciona en absoluto. Su comportamiento es neutro y en cuando el eje delantero quiere hacer una excursión por un exceso de ímpetu con el acelerador entran en juego las ruedas posteriores, que se encargan de mantener al establo de 280 CV en su sitio. 

Quiero cifras...

Ahí van: el protagonista de nuestra prueba del Skoda Superb SportLine TSI 280 tiene un bloque de dos litros y cuatro cilindros en línea capaz que entrega 280 CV y 350 Nm de par máximo, suficientes para hacerle cubrir el 0 a 100 km/h en 5,6 segundos y alcanzar los 250 de velocidad punta... con un consumo medio de 7,1 litros cada 100 kilómetros. 

¿Cuánto pesa?

Es de muy mala educación preguntar cosas como esa, pero como tiene bastante sentido que quieras saberlo, ahí va: 1.615 kg...

Ajá, así que es un tanque considerable. 

No creas, su tarado de suspensiones está bastante logrado y circulando entre curvas su peso no se deja notar demasiado. No me malinterpretes: no se trata de un coche puesto a punto para entrar a un circuito... pero para un uso intermedio entre darte algún homenaje en tu puerto de montaña favorito y poder llevar a la familia de vacaciones a Torrevieja está muy bien. Y recuerda que allí te estará esperando el SUV -¿has leído nuestra prueba del Skoda Kodiaq?- de tu cuñado... diésel. 

¿No hay opciones diésel para el Skoda Superb SportLine?

Por supuesto. Aunque ninguno de los otros motores mola tanto como el TSI de 280 CV, puedes elegir tu Superb SportLine asociado a un bloque TSI de 1,8 litros y 180 CV y a otro diésel TDI de dos litros y 190 CV que, al contrario de lo que sucede con el gasolina más modesto, puede asociarse a la caja DSG y la tracción total si lo deseas. Y deberías desearlo.

¿Qué hay del precio?

Oh, amigos: el precio es lo mejor. La gama SportLine del Skoda Superb está disponible desde los 32.540 euros -38.250 sin descuentos- que la marca te pedirá para llevarte a casa el modelo 1.8 hasta los 40.020 -45.730 sin campañas- que vale -y digo vale, no cuesta- el TSI de 280 CV. Pero no todo es blanco o negro: hay una extensa gama de grises -entiéndase el doble sentido de la palabra en este caso- compuesta por las mecánicas diésel.

Correcto. ¿Un veredicto?

El Superb siempre ha sido una berlina especialmente interesante gracias al equilibrio que han sabido darle sus creadores entre calidad, cantidad -por espacio- y precio. Con la nueva imagen que tiene y tras haber realizado la prueba del Skoda Superb SportLine TSI 280 me ha quedado claro que los que han seguido el camino marcado por los señores Laurin y Klement saben hacer bien las cosas... y sacarle los colores a más de una berlina de las de toda la vida. Bien hecho.

Si te estás preguntando si me lo compraría te seré muy sincero: sin dudarlo... y si no te llega, siempre tienes la opción de lanzarte a por el nuevo Skoda Octavia 2017

Texto: Tom Ford