No se puede negar que el mercado de los SUV urbanos está en auge. Aunque hace un tiempo apenas había algún modelo suelto, ahora hay de todos los tipos y para todos los gustos. Y por eso tiene sentido la prueba del Hyundai Bayon.

Delante es un coche cómodo. Me permite adoptar una buena posición al volante y aunque los asientos no tienen ajuste lumbar, de dureza y tamaño son adecuados. Creo que podría recoger mejor el cuerpo en zonas con curvas, pero como en principio ese no es su objetivo, tampoco lo veo grave.

Quizá me molesta más que la pierna derecha (supongo que también dependerá de tu postura) toca en la parte baja de la consola central en un pliegue que hace esta parte.

El Hyundai Bayon de la prueba es el 1.0 de 120 CV con cambio automático y tiene acabado Style. Eso quiere decir que no hay un modelo más caro en la gama. Su precio oficial es de 28.000 euros, pero con descuentos y demás acciones se queda en algo más de 22.000.

Bajo el capó descansa un motor de gasolina turbo con 998 cc que ofrece esos 120 CV a 6.000 rpm y 172 Nm a 1.500 rpm. Está unido a un sistema mild hybrid de 48 voltios y una caja automática de doble embrague de siete velocidades que manda la fuerza a las ruedas delanteras.

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Prueba Hyundai Bayon 48v (5 imágenes)

Inicio la prueba en ciudad, donde el coche está cómodo y tranquilo, exactamente como estás tú. Te pide una conducción relajada y te lo hace saber con unas leyes de cambio que buscan siempre las marchas más largas posibles en los modos Eco y Normal, aunque en Sport las aguanta un poco más.

También el motor se comporta del mismo modo. A pesar de tener 120 CV, en ocasiones me pregunto dónde están, ya que tengo la sensación de que hay que pisar demasiado el acelerador para sentir algo. En Sport mejora esto, y de hecho si eres de los que le gusta que el motor responda con rapidez, será tu opción por defecto.

Al salir de la ciudad y encarar una carretera más rápida, pasa lo mismo. El Bayon te ofrece una buena calidad de rodadura y estabilidad lineal, por lo que puedes hacer kilómetros sin cansarte demasiado y en silencio. A 120 km/h vas en séptima a 2.600 vueltas y a 100 baja hasta las 2.000, por lo que los niveles NVH no son especialmente llamativos.

Si sales a una carretera de montaña, lo de siempre: tómate las cosas con calma y lo disfrutarás mucho más. Si quieres ir un poco más ágil, el modo más deportivo es el más adecuado, pero no para aprovechar hasta el último caballo, sino para circular a regímenes que te permitan hacer recuperaciones más rápidas.

En cuanto a la dirección, se puede decir que es la que te puedes esperar. No está sobreasistida para darte una falsa sensación de suavidad, ni todo lo contrario: no es artificialmente dura. El término medio se impone de nuevo (aunque quizá sí que me sobra algo de dureza en Sport).

Como buen tricilíndrico, sube de vueltas con alegría, pero en la zona alta tienes vibraciones y ruido de más. Nada grave: por si aún no te ha quedado claro, este SUV de Hyundai NO quiere que subas el ritmo, sino proporcionarte una conducción agradable, cosa que consigue.

Interior del Bayon: grandes pantallas como protagonistas

Si echas un vistazo rápido a fotos del interior, puede que pienses que están mirando a un Hyundai i20. Pero bueno: ya sabes cómo funciona esto...

Con lo que te tienes que quedar es con que te encuentras con un habitáculo agradable, bien rematado y atractivo, aunque quizá algo gris. Todas las versiones tienen un cuadro de relojes de 10,2 pulgadas en el que puedes escoger entre varios diseños. Me gusta porque es sencillo de leer y ofrece toda la información necesaria.

Como el Hyundai Bayon de esta prueba tiene el acabado Style, me encuentro además con una pantalla de infotainment de 10,2 pulgadas con navegador, aunque lo más seguro es que optes por utilizar Android Auto o CarPlay.

El Bayon es el primer coche de su categoría en utilizar tecnología sin cable para estas funciones, aunque si tienes un móvil más antiguo o necesitas puertos de carga, está repleto de tomas USB... ¡Bienvenido al siglo XXI!

En cuanto al espacio interior, pocas sorpresas. Si el i20 es uno de los coches más espaciosos, el Bayon también, y además juega con la ventaja de que con este tipo de carrocería ofrece más hueco para la cabeza y, por lo tanto mayor sensación de desahogo.

Más allá de eso, me ha gustado que las puertas se abren mucho y el acceso es muy bueno, tanto delante como detrás: si tienes niños en edad de llevar sillitas infantiles sabrás el valor que tiene esto.

Por último, el maletero. Para el día a día está bien. Más que los 334 litros, las formas cuadradas te permiten aprovechar bien el hueco. La parte mala en los Bayon de 48 voltios es que bajo la tapa del maletero no encontrarás hueco para dejar cosas pequeñas, sino la pequeña batería que alimenta al sistema.

Hyundai Bayon: un coche sensato

Como conclusión, diría que el Bayon es un coche sensato que merece la pena si buscas un coche para ir y venir sin demasiados inconvenientes ni excesos. 

Espacioso, fácil de manejar e inofensivo de conducir. Una receta bastante buena en un universo, el de los SUV pequeños, en el que se está librando una batalla importante.

Y es que todas las marcas que se precien tienen uno, desde el Nissan con su Juke hasta Ford con el Puma o el Seat Arona, Peugeot 2008, Opel Mokka... 

Todos tienen su punto fuerte. Por ejemplo, el Puma es muy divertido de conducir. El Arona, más veterano, juega la misma baza, y lo hace mejor que bien. El C3 Aircross es el 'diferente' del grupo, el C-HR es híbrido...

Quizá una de sus mayores virtudes sea precisamente uno de sus puntos débiles: es bueno en todo y no destaca en nada. Por eso, como conclusión a esta prueba, diría que el Hyundai Bayon es el modelo más inofensivo de todo el segmento: apunta a todos los tipos de usuario y, por eso mismo, no molesta. Si lo compras porque te gusta, no te vas a equivocar.