Prueba: Mercedes Clase A 2018

Prueba: Mercedes Clase A 2018
Dicen que es más maduro

Puede que pienses que hacer la prueba del Mercedes Clase A 2018 no es lo más apasionante del mundo. Bueno, quizá sobre el papel no te equivoques: se trata de la cuarta generación del compacto alemán. Lo que empezó siendo un monovolumen con el motor colocado debajo de los ocupantes delanteros (el famoso suelo tipo sandwich), pasó a ser un más que atractivo compacto en la anterior generación (que aún se vende). 

Las claves tecnológicas del nuevo Mercedes Clase A

Ahora le ha llegado al turno del nuevo. Durante la prueba de Clase A pude hablar con algunos ingenieros involucrados en el proyecto. Uno de ellos, que lleva tres años y medio con este modelo, me contaba que su objetivo era conseguir un coche más maduro en todos los aspectos: diseño, dinámica, tecnología...

Una de las cosas que más me han llamado la atención del nuevo Mercedes Clase A es la adopción de algunas tecnologías que solo había visto en modelos de clases superiores: por ejemplo, tiene un sistema de conducción semiautónoma que adapta la velocidad de marcha a la máxima indicada en las señales. Además utiliza la cartografía para adecuarse a zonas de curvas, a rotondas... Sin duda una pasada y algo cada vez más habitual en los coches nuevos, pero quizá demasiado 'intrusivo' para los que disfrutan conduciendo.

Lo que seguro que van a agradecer (si tienes los euros suficientes para poner estas opciones) es la navegación con realidad aumentada. Es una pasada: al llegar a los cruces o desvíos, la cámara frontal se activa y en la pantalla aparecen indicaciones para dejar más claro el camino que hay que tomar.

Vídeo: realidad aumentada en el navegador del Clase A 2018

Todo esto forma parte del sistema MBUX que monta el Mercedes Clase A que, si no fuera porque no responde a provocaciones y preguntas con mala leche como sí lo hacen Siri o el asistente de Google, sería una verdadera pasada. Bueno, en realidad es más que una pasada, porque los ingenieros han desarrollado el sistema para que entienda comandos y órdenes indirectas. Activa el sistema con un "Hola Mercedes" y a continuación dile lo que necesitas: "Tengo frío", y subirá la temperatura del climatizador. Si le dices "Mi acompañante tiene frío" hará lo propio con esa zona del habitáculo. También puedes controlar la radio, el navegador, subir las ventanillas...

Prueba del Mercedes Clase A 2018

Todo eso está muy bien, pero los coches se conducen, y eso es lo que estoy dispuesto a hacer. Seguramente ya sabes que por el momento a España van a llegar dos motorizaciones: el Mercedes A180d y el A200. El primero utiliza un motor diésel de 1.5 litros y 116 CV. Lo más llamativo de este cuatro cilindros es que se fabrica en Valladolid... en la fábrica de Renault. Y es que se trata del bloque K9K que utilizan modelos como el Renault Clio o el Dokker.

En cuanto al de gasolina, aunque lo han desarrollado junto a Renault, los alemanes los fabrican lo ensamblan en sus factorías. Se trata de un 1.33 litros con 163 CV, lo que no está nada mal. Este bloque es el único que podrá ser asociado a una caja manual de seis velocidades, aunque en opción se puede poner una de doble embrague fabricada por Getrag que es completamente nueva y que también se acopla al motor diésel.

Luego hay una tercera versión, el A250, que aún no la veremos por aquí y que cuando aterrice, lo hará con tracción 4Matic. Utiliza un motor de dos litros y una evolución de la caja de doble embrague que ya tenían. No emplean la nueva por motivos de resistencia, aunque su funcionamiento es igual de bueno a pesar de las diferencias en su accionamiento: en la nueva es hidráulico y en la antigua es electromecánico.

Prueba: Mercedes Clase A de gasolina y diésel

Inicio la prueba del Mercedes Clase A 2018 al volante de un A200. Es un motor muy, muy suave, hasta el punto que casi no sientes que está en marcha. Los ingenieros de Stuttgart han hecho un gran trabajo para ofrecer unos valores NVH a la altura de los mejores, y sin duda lo han conseguido: cuando vas despacio solo escuchas el ruido de los neumáicos. Según subes la velocidad empieza a notarse el aire, pero de manera muy controlada: el pilar A se ha recolocado y los retrovisores tienen una forma que mejora la aerodinámica. 

El Mercedes A200 se lleva muy bien con el propulsor. Este sube de vueltas con alegría y, aunque cuando pisas a fondo notas que no está excesivamente cómodo (y que hace más ruido de lo esperado), lo cierto es que en conducción normal e incluso un por encima de la media siempre cumple en todos los aspectos. Permite llanear a los ritmos elevados de las autopistas y a la vez viajar sosegado por carreteras comarcales con la seguridad de que los adelantamientos no se le van a atragantar.

También he podido conducir brevemente el Mercedes Clase A diésel. Claro, tras conducir el suave cuatro cilindros del A200, arrancar el A180d es una experiencia diferente: el típico traqueteo de los motores de gasóleo está ahí, aunque es cierto que en el interior está mucho mejor aislado que en la generación anterior. En marcha empuja con fuerza gracias a sus 260 Nm más que a los 116 CV, y también admite una conducción por encima de la media. La respuesta al acelerador es agradable incluso en modo Eco y en ningún momento da la sensación de atragantarse con las 1,5 toneladas largas que pesa este modelo.

En cuanto a su comportamiento, la verdad es que no tiene ni una tacha si lo utilizas como tienes que utilizarlo: sabiendo que no llevas un AMG A45. Tiene una dirección muy buena y un set up de suspensiones tirando a firme, pero suficientemente cómodo como para que no te arrepientas de haber montado las llantas de 19 pulgadas con los Pirelli P Zero 225/40.

Además, la suspensión trasera puede ser multibrazo si has montado la opción de amortiguadores adaptativos (también será de serie en los A250 4Matic). Eso se traduce en un guiado muy fino y unas maneras exquisitas en curvas enlazadas. Si subes el ritmo el eje delantero tiende a seguir recto, pero el tarado de los asistentes de seguridad, encabezados por el ESP, están muy logrados y todo quedará en un 'uyuyuyuy'.

Para terminar la prueba del Mercedes Clase A 2018, tengo que admitir que empecé con reticencias, básicamente porque la imagen no me convencía. Por imagen, creo que el coche gana en vivo, pero sin duda lo que me ha quedado claro es que, probablemente, estemos, hoy por hoy, ante el mejor compacto del momento... A mí me ha convencido de primeras mucho: ¡hacía tiempo que no me ocurría esto con un coche!

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