Prueba retro: BMW M3 CSL

Prueba BMW M3 CSL

Qué es

Cómo va

Interior

Conclusión

¿Qué es el BMW M3 CSL?

Tres letras que marcan la prueba del BMW M3 CSL. Coupé, Sport, Leicht. O lo que es lo mismo, coupé, deportivo y ligero. Un apellido que apareció en 1975 con el BMW 3.0 CSL (E9) y que, desde que se fue con el BMW Serie 3 E46 más deseado de todos los tiempos, no ha vuelto.

Y eso que en BMW han mantenido los derechos sobre estas tres letras, quizá a la espera de un modelo que verdaderamente sea digno heredero de la familia. 

Coches deportivos

Coches deportivos

Los coches deportivos nos hacen soñar despiertos: grandes prestaciones, promesa de sensaciones al volante, de una conducción sin igual. Los hay grandes, pequeños, bonitos, feos, caros y baratos. Pero todos ellos tienen en común una cosa: si merecen la pena, están aquí. ¡Sigue el link!

El BMW M3 CSL era 110 kg más ligero que el M3 original de la época, lo que es considerable cuando todavía hay dos asientos en la parte trasera. Para perder peso, los ingenieros idearon una idea más sofisticada que simplemente quitar asientos, radio o aire acondicionado.

Por ejemplo, le pusieron un techo de fibra de carbono, algo en lo que el protagonista de esta prueba fue pionero. Otras zonas como el difusor trasero, el faldón delantero y los paneles interiores utilizaron materiales compuestos derivados de las carreras, mientras que el capó estaba hecho de aluminio y la ventanilla trasera era de cristal más delgado que el normal.

Prueba BMW M3 CSL

La caja del filtro de aire era de carbono, que pierde aún más gramos mientras le da al 3.0 litros de seis cilindros en línea un sonido de admisión diferente. En Múnich también jugaron con las levas y válvulas para liberar 17 CV adicionales y pasar de 343 a 360.

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Un BMW M3 CSL en buen estado como el de esta prueba podría hacer el 0 a 100 en 4,9 segundos (5,2 el M3). Se mantenía el limitador en 250, aunque te podían desbloquear si tenías una licencia de piloto, en cuyo caso podrías llegar a 280.

Prueba BMW M3 CSL

Uno de los aspectos más discutidos en la época estaba relacionado con el hecho de que la División M abandonó la caja de cambios manual de serie del M3 y la reemplazó con una transmisión manual robotizada que hacía transiciones... digamos lentas.

Pero esa sombra no logró desviar la atención de todas las otras cosas maravillosas que podía hacer. ¿Qué sucede cuando volvemos a visitar el M3 CSL, y esa transmisión, que funciona dos décadas después? Empecemos con la prueba.

¿Cómo va el BMW M3 CSL?

Lo cierto es que parece más impresionante que nunca. Tiene mayor vía que el modelo del que deriva y sus fantásticas llantas tienen una caída un poco más negativa que las coloca cómodamente en esos exquisitos pasos de rueda abultados. 

Luego está la toma de aire en el parachoques delantero, que permite que el motor trague un poco más de aire, y su alerón más curvo en la parte trasera. Una maravilla de carrocería que solo se ofreció en gris o negro.

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Todavía a ojos de hoy, la caja SMG es algo que me sorprende que utilizaran. Pero lo cierto es que con un ajuste oportuno del pie derecho, o al levantar un poco el gas al subir de marcha, en realidad no es tan espasmódico como los traficantes del fatalismo le hacen creer. 

El truco para sobrevivir a una prueba del BMW M3 CSL es aceptar que no va a ser suave como la seda. Además, aparte del techo de carbono, el CSL también introdujo personalización a la experiencia de conducción M. Así que, además de un botón Sport para agudizar la respuesta del acelerador, podrías aumentar la respuesta de la caja de cambios a través de cinco niveles de violencia creciente.

El M3 lo consigue a través de una cosa anticuada llamada "agilidad"

El CSL es un coche deportivo muy rápido. Tanto, que no puedes extender demasiado de sus seis marchas en carretera. Lo que, dado frenético tramo final de camino a las 8.000 rpm, es una pena. 

Y es que estamos hablando de un coche que bajaba de los ocho minutos en Nürburgring antes de que existiera algo llamado YouTube para subir un video a bordo. En si día paró el crono en 7:50 minutos: eso es más rápido que el VW Golf R 2021, que tiene casi tanta potencia como el CSL, un inteligente sistema de tracción integral  y diferenciales controlados electrónicamente.

Lo que pasa es que el M3 lo consigue a través de una cosa anticuada llamada "agilidad". Es ligero y hábil en su tacto y respuesta, su delgado volante con Alcantara es un placer total. Todo aquí es función por encima de la forma... por muy hermosa que sea esa forma.

En el asfalto tienes una fe total en todo lo que hace, aunque probablemente debido a esas llantas de 19 pulgadas, no se conduce con la típica suavidad de suspensiones que suelen ofrecer algunos coches de este tipo cuando vuelves a ellos décadas después. 

El M3 CSL sigue siendo duro que exige tener las cosas claras. Y por eso mismo, más incisivo y adictivo. Un coche que te pide que no solo te lo comas con los ojos, sino que te subas y lo conduzcas. Porque cuanto más le pones, más sacas.

El interior del BMW M3 CSL

Volvemos a la función sobre la forma. Todo el interior tiene inserciones de Alcantara o carbono brillante. Y no hay que olvidar que esto fue en 2003 y estos materiales apenas habían llegado a los superdeportivos.

Durante la prueba, sientes una sensación real de coche de carreras en este M3 CSL debido a esas puertas sin molduras que, cuando las cierras, te dejan a solas en un austero ambiente deportivo. Hay mucho gris, mejorado solo por algunas costuras tricolores de M en el volante y el cuentarrevoluciones con indicadores luminosos, que sitúan la zona en la zona que más conviene mientras el motor se calienta.

Es curioso que tiene elevalunas eléctricos incluso para las ventanillas traseras porque hay una simplicidad aquí que se siente mucho más auténtica que en las versiones CS del M2 o M4.

Los bacquets son fantásticos y te abrazan con fuerza, mientras que echarlos hacia adelante para que pase la gente atrás es difícil porque se trata de una pieza única que no inclina el respaldo y deja poco espacio para que los humanos se cuelen por el hueco que hay.

Da la sensación de que el BMW M3 CSL lo hace para no añadir kilos de más a bordo. Pero es cierto que los que consigan entrar encontrarán un coche tan cómodo como un Serie 3 Coupé normal. Quizás uno un poco más ruidoso y duro, pero seguro que coges la idea.

Conclusión de la prueba del BMW M3 CSL

¿El mejor coche M de todos los tiempos? Se podría decir que sí, a pesar de la caja manual pilotada. Todos los deportivos icónicos tienen una grieta en su armadura que hace que poseer, correr y conducir uno sea un poco más complicado. Paro ya sabes, cuanto más esfuerzo requiera, más satisfacción obtendrás...

... lo cual se adapta perfectamente al BMW M3 CSL de esta prueba. Pon la caja de cambios en modo automático y condúcelo como un M4 moderno: te lamentarás de sus cambios bruscos. Ahora esfuérzate un poco, mueve los pies como lo harías si condujeras un M3 manual, y no solo se solucionarás algunos de los defectos de la transmisión, sino que aumentará el tamaño de tu sonrisa.

BMW M3 CSL 2003

Probablemente, con una caja manual, al M3 CSL se le podría poner un 10, porque todas las demás facetas de su chasis y transmisión son sencillamente deslumbrantes. Pero no hay duda de que es un coche de lo más interesante por su extraña transmisión. Al igual que con sus molduras de carbono, el M3 CSL fue un pionero en el mundo de los coches de altas prestaciones montando estas cosas antes de que fueran la norma.

En definitiva, es perfectamente imperfecto y nos encanta tal y como es con sus virtudes... y sus defectos.

Nuestro veredicto

9

Etiquetas: coches clásicos