Prueba: Volkswagen Polo 1.0 TSI 115 DSG

Prueba Volkswagen Polo 1.0 TSI 115
Parece la opción racional

Si buscas un utilitario y quieres huir de las opciones más generalistas, quizá te interese esta prueba del Volkswagen Polo 1.0 TSI. Puede su exterior, por imagen, te dé un poco de pereza, como a mí: para mi gusto, los modelos de Volkswagen no es que se caractericen por una imagen de esas que te enamoran inmediatamente...

Aunque bien pensado tampoco está tan mal. Como no toman muchos riesgos, tampoco se puede decir que sean coches muy polarizadores. Simplemente están ahí. Y no dan guerra, como podría ocurrir con otros de imagen más personal como el Honda Jazz o el Renault Clio.

Lo que sí tengo claro tras probar el nuevo Volkswagen Polo es que se trata de un coche de alta calidad, quizá uno de los mejores del segmento, aunque también algo más caro que la competencia. Vamos a verlo.

Interior del Volkswagen Polo

No puede ser de otro modo: su habitáculo es luminoso, espacioso y sencillo, pero en plan bien. Sus líneas rectilíneas tienen la ventaja de que maximizan el espacio, y como la distancia que tienes hasta el techo es buena, la sensación de desahogo siempre está ahí.

Le pasa más o menos como al nuevo Seat Ibiza. Como utilizan la misma plataforma del Seat Arona, que es la MQB-A0, se puede permitir el lujo de ofrecer mucho espacio interior. Por ejemplo, en los asientos traseros, donde un adulto tirando a alto puede ir mejor que en otros rivales. El espacio a lo ancho es el que es, pero el diseño de las puertas y la posición de conducción ayuda a ir cómodo.

¿Y delante? Durante toda la prueba, el Volkswagen Polo 1.0 TSI me ha demostrado que a veces el tamaño engaña. Lo mismo que detrás: la luna del parabrisas queda alejada, y en general sientes desahogo. El salipcadero no es que sea el último grito en cuento a tendencias, pero de nuevo llegamos a las líneas rectilíneas: no se entromete en tu espacio, y eso en el día a día es de agradecer.

Quizá la peor parte se la lleven los materiales, con algunos plásticos que bajo mi opinión no dan la talla, como los que rematan la zona de la consola central entre los asientos. Eso sí, las superficies que se ven y se tocan con más asiduidad están bien solucionadas y rematadas y la parte de la pantalla central tiene buen aspecto con su acabado en negro brillante, esa moda que en realidad creo que es un homenaje oculto a los de CSI, ya que las marcas de huellas dactilares florecen a los dos minutos de usarlo...

Prueba del Volkswagen Polo 1.0

El Volkswagen Polo 1.0 utiliza el triclíndrico de 999 cc que tan bien le sienta a otros modelos del grupo, como el Seat Ateca 1.0 (prueba) o su medio hermano el Volkswagen T-Roc 1.0 115 (prueba). En este modelo se puede unir a una caja manual de seis marchas o a un DSG de siete. 

Tras probar un Polo manual brevemente, pasé al 1.0 115 DSG, que es unos 1.700 euros más caro. No puedo decir que la unión entre este motor y el cambio me haya enamorado. En principio, si quieres un coche automático para ciudad tampoco te va a dar demasiados problemas, pero tienes que tener en cuenta que te tienes que tomar las cosas con calma.

La gran duda: Tres razones para comprar un coche automático y una que no

Veras: cuando te paras en un semáforo y se pone en verde, tu pie derecho es bastante más rápido que el Start-Stop. Eso se traduce en que ya estás acelerando cuando el motor empieza a girar, por lo que recibes un empujón más brusco de lo normal. Eso sí, cuando te mentalizas, haces las cosas más lentamente...

Pero en marcha no vas a encontrarle ninguna pega. En autopista ha demostrado tener un aplomo de coches mayores. Su estabilidad lineal es muy buena, y el set-up de suspensiones y feeling de la dirección te transmiten una calidad de rodadura muy buena.

Puedes hacer kilómetros y kilómetros rodando a un régimen relativamente contenido (en séptima a 120 vas a 2.600 rpm) y con una rumorosidad que no molesta: aunque el aire y la rodadura están presentes, no llega ser algo que te pueda incomodar.

Si sales a una carretera secundaria no lo vas a pasar mal gracias a que la carrocería está bien contenida por las suspensiones y por una dirección que no es el colmo del feedback, pero que no está nada mal. En este apartado, creo que no tiene nada que hacer con la que pude probar en el Ford Fiesta 1.0 Ecoboost de 125 CV, que creo que es la mejor del segmento.. El motor tiene fuerza, aunque en este terreno el cambio es más agradable, ya que la unión entre el cambio y el motor es directa.

Con un DSG todo se retrasa un poco. Durante la prueba del Volkswagen Polo 1.0 con el cambio de doble embrague, muchas veces ponía el modo S para llevar las marchas más cortas con las que contrarrestar esa relativa 'pereza'. De todos modos, como con este coche lo más seguro es que no e apuntes a ningún rally, tampoco te vas a tirar de los pelos...

Si este te interesa, quizá deberías echar un vistazo a los coches nuevos que rivalizan con él...

Nuestro veredicto

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