Hay gente que lo niega, pero los videojuegos pueden servir para aprender. Algunos te descubren datos históricos, mientras que otros te pueden mostrar partes del mundo situadas a miles de kilómetros. En el caso de Gran Turismo, puedes aprender fundamentos básicos de la conducción e incluso acabar con un máster en automovilismo japonés. Especialmente, tras descubrir coches como el Tommykaira ZZ.

Si has jugado a alguna de las entregas de esta saga, sabrás que su catálogo de coches japoneses no se centra en aquellos que todo el mundo conoce. Sí, encontrarás 45 variantes del Mazda MX-5 o del Nissan Skyline GT-R (R34) que se diferencian en sus llantas o el color de su carrocería. Sin embargo, también puedes contar con firmas como Tommykaira.

La historia de este fabricante se remonta a la década de 1980, con la unión de Yoshikazu Tomita y Kikuo Kaira (de sus apellidos salió el nombre de la marca). Tomita se dedicaba a importar coches europeos en Japón y Kaira era corredor de Fórmula 2, pero se adentró en la ingeniería. Así, ambos empezaron a crear versiones mejoradas de coches ya existentes.

Esto les hizo relacionarse con varios fabricantes, pero Nissan es una de las marcas con las que más trabajaron. Concibieron variantes del Skyline (R31) o el Nissan Silvia, pero los fundadores de la compañía querían crear algo propio. Cómo sería es coche es algo que todavía tenían que concretar, pero estaban seguros de que debía ser un deportivo ligero.

Tanto Tomita como Kaira eran unos apasionados de este tipo de modelos y su idea era retomar ese concepto de deportivos de bajo peso que se vio décadas antes. Así fue como se empezó a desarrollar a principios de la década de 1990 el Tommykaira ZZ, un deportivo que marcó un antes y un después para la empresa.

La filosofía era similar a la de Colin Chapman, fundador de Lotus: “Quítame un kilo antes de darme un caballo”. Además, el ZZ incluso recordaba al Elise, aunque su producción comenzó antes, si bien no llegó a las calles hasta 1995 y el modelo de la marca británica se lanzó un año antes.

Por otro lado, la relación del Tommykaira ZZ con Gran Bretaña iba más allá, ya que se decidió que la producción debía llevarse a cabo en este país. Para ello, se fundó Tommykaira U.K. y el objetivo no era otro que servirse del legado de Inglaterra con los deportivos ligeros y de algunos proveedores que también trabajaban con Lotus.

Sea como fuere, no hablamos de un clon de un coche de la marca inglesa ni nada por el estilo, ya que contaba con cualidades propias. Por ejemplo, era un coche bastante tradicional (esa era la idea), con un chasis monocasco de aluminio convencional y una suspensión de doble horquilla que no presentaba ningún patrón especialmente novedoso.

Lo que sí sorprendía, por otra parte, era el diseño del Tommykaira ZZ. Con unas formas redondeadas y poco recargadas, su aspecto era obra de la firma japonesa y de Takuya Kura, de Mooncraft. Así se concibió un pequeño deportivo con carrocería descapotable y dos techos: uno de fibra de vidrio y otro situado sobre el capó que está sujeto con algunos tornillos.

De esta forma, disfrutar de este modelo cuando el tiempo no acompañaba era posible, aunque lo ideal era hacerlo al aire libre. Es así como además el conductor podía tener más espacio (no era muy apto para la gente alta) y se podía apreciar el interior que, a pesar de ser bastante sencillo, se presentaba bien terminado. Eso sí, era innegable su carácter deportivo.

Ahora bien, si estabas pensando qué mecánica se encargaba de demostrar ese carácter, debes recordar que Nissan era una de las marcas con las que más trabajó Tommykaira en aquellos años. Por ello, el motor del ZZ era el mismo SR20 cuatro cilindros de 2 litros que utilizaba el Nissan Silvia, con unos carburadores Keihin añadidos, 180 CV de potencia y 195 Nm de par.

Asociado este bloque a una caja manual de cinco velocidades, se trataba de una buena receta para disfrutar al volante. Al fin y al cabo, no hacía falta mucho más con 650 kg de peso, 3.630 mm de largo, 1.740 mm de ancho y 1.110 mm de alto. No era un coche lento en absoluto, mientras que su frenada corría cargo también de unos frenos de Nissan.

Con todo, el resultado era algo así como un kart con matrícula japonesa y, aunque no es un coche tan conocido fuera de Japón, no se vendió mal dentro de lo esperado en una firma modesta. Se ofreció por unos 5 millones de yenes (unos 30.365 euros o unos 47.670 euros actuales) y se vendieron unas 200 unidades.

Una versión más potente, un eléctrico y un casi-sucesor con motor RB26

Por otro lado, otra parte de la fama del Tommykaira ZZ se debe a los videojuegos, especialmente con sus apariciones en Gran Turismo. Ha estado presente desde la segunda hasta la sexta entrega (por ahora) con versiones como el ZZ-S, que rendía unos 200 CV de potencia. 

Además de esto, también estuvo presente el Tommykaira ZZII, el que iba a ser el sucesor del deportivo original, pero que no llegó a las carreteras. Se creó como concept y prometía grandes cosas, ya que esta vez utilizaría el motor RB26DETT del Nissan Skyline GT-R desde las generaciones R32 a la R34. Sin embargo, los problemas económicos de la firma acabaron con el proyecto.

Aun así, sí existió un sucesor del deportivo de la compañía japonesa, aunque fue diferente a aquel concept presentado a principios de los 2000. Comercializado entre 2014 y 2021, seguía un concepto similar al del coche original, pero utilizaba un motor eléctrico de 309 CV que le permitía alcanzar 100 km/h en 3,9 segundos. Además, contaba con 120 km de autonomía.

En cualquier caso, es el Tommykaira ZZ original el que todos recordamos y el que realmente ha supuesto un hito para este fabricante que quiso traer de vuelta la sencillez de los deportivos ligeros tan populares en la segunda mitad del siglo XX. Sin duda, una interesante pieza de la historia reciente del automovilismo nipón.