Los coches de Eric Clapton: mano lenta, deportivos (muy) rápidos

Coches eléctricos

Javier Prieto

Al extraordinario músico, le deberían nombrar embajador de Maranello.

Indudablemente, hablar de los coches de Eric Clapton, es hacerlo de Ferrari, su fabricante favorito. Y es que el garaje del famoso músico británico parece un museo de Maranello. Allí, te puedes encontrar algunas de las creaciones italianas más exclusivas y cotizadas de todos los tiempos que rivalizan con las colecciones de George Harrison, Nick Mason o Chuck Berry.

Concretamente, estos son los tesoros rodantes del ganador de 18 Premios Grammy: Ferrari Dino, Cadillac Fleetwood, Ferrari 365 GTC, Ferrari Daytona, Ferrari 275 GTB, Ferrari 250 Lusso, Porsche Cayenne Turbo, Ferrari Enzo, Ferrari 250 SWB, Ferrari 575M, Ferrari 550M, Ferrari 458 SP12 (512BB), Ferrari 612, Ferrari 599 GTB, Ferrari 360 Spyder, Ferrari 512BB (3), Porsche 911 (997) Turbo, Ford Victoria 1932, Ford Roadster 1932, Ford Coupe  1949 , Chevrolet Pick-up1949, Mini Cooper Radford (regalo de George Harrison).

Su primer automóvil que jamás condujo

El primer de los coches de Eric Clapton fue un Cadillac Fleetwood del 38 fabricado para el London Motor Show y que le costó 750 libras esterlinas. Jamás condujo ese auténtico trasatlántico porque no tenía carnet de conducir, aunque solía pasearse en él con Ben Palmer de chófer. La verdad es que ponerse al volante de ese mamut sin dirección asistida debía ser toda una pesadilla. 

365 GTC, el Ferrari que ató a Clapton a la marca italiana

A finales de los 60, George Harrison estaba considerado un gran coleccionista de vehículos pata negra y le introdujo a 'Mano Lenta' en ese mundo. Todo sucedió un día en el que el ex beatle se presentó en casa de Eric con un precioso Ferrari 365 GTC azul que le dejó maravillado.

 

 

En esa época, el intérprete de Layla no sabía lo que era un embrague puesto que solo había conducido automáticos. Aprendió el solito a manejar en esa maravilla de la que llegó a decir que "era tan hermosa como la mujer más preciosa del mundo". Desde aquel instante, el flechazo entre el artista y los automóviles italianos fue total, idilio que se mantiene más de medio siglo después

 

 

250 Lusso, el Ferrari favorito de Clapton

Como el genial guitarrista inglés ya sabía conducir con cambio manual, le echó el ojo a un Ferrari 250 Lusso de 1964. Propulsado por el mítico V12 'Columno' que emitía una auténtica sinfonía mecánica, era uno de los deportivos más exclusivos del momento. Solo se fabricaron 350 unidades y una de ellas, que perteneció a Steve McQueen, se vendió por 2,3 millones de dólares. El 250 Lusso se convirtió en el favorito de todos los coches de Eric Clapton. Y no lo decimos nosotros, si no él mismo.

 

Los ¡tres! Ferrari Enzo de Clapton 

Aunque el cantante de "Tears in Heaven" fue acumulando nuevos y especialísimos Ferrari en sus mansiones, quería una compra que estuviera a la altura de una auténtica estrella. Así que decidió ser el primer propietario de un Ferrari Enzo, aunque se lo pensó mejor y encargó tres de color negro, rojo y amarillo. Con un par. Excentricidades de un genio acariciando las seis cuerdas. Para nosotros, el Enzo es uno de los coches de Eric Clapton que más nos flipa.

  

Ferrari SP12 EPC, un coche único y de ¡3 millones de libras!

Una de las múltiples ventajas de ser uno de los mejores guitarristas de la historia es que cuando llegas a un concesionario de Ferrari todos tus caprichitos se hacen realidad. Eso le pasó a Clapton cuando se le antojó tener un 458 Italia con estética ochentera y totalmente customizado. Dicho y hecho. El personal se puso a trabajar en el one-off y previo pago de más de 3 millones de libras esterlinas, se llevó a su casita una pieza única. Este fue el resultado, toda una obra de arte y un revival único llamado Ferrari SP12 EPC (Special Project Car, 12, Eric Patrick Clapton), el más personal de los coches de Eric Clapton.

Bueno, si quieres seguir conociendo la increíble colección de coches de Eric Clapton, pásate por nuestra galería. Allí te esperan, muchas sorpresas, como su amor por los bugas americanos de la primera mitad del siglo pasado.