Australia es famosa por muchas cosas: playas interminables y veranos infinitos. Luego, por supuesto, están las barbacoas y las criaturas marinas que allí te puedes encontrar. Pero algo por lo que Australia no es muy famosa es la energía eléctrica.

Este hecho no ha impedido que un emprendedor australiano montase una empresa de motocicletas eléctricas y haya conseguido fabricar algo más allá de su cantidad media de motos: hacer que las motos sean lo suficientemente baratas como para convencer a la gente de no usar vehículos de gasolina.

La producción de las motocicletas de la marca Savic empezará a partir del próximo año, y se podrá elegir entre tres modelos diferentes de motocicleta: Alfa, Delta y Omega. Cada una tiene una batería con una capacidad de almacenaje diferente.

La moto más cara de Savic Motorcycles, Alfa, se ofrece con 80 CV, 180 Nm y un 0-100 en 3,5 segundos. Este modelo tiene un precio de 24.000 dólares (27.360 euros). 

Pero también hay modelos más baratos que el anterior. Delta parte de un precio de 17.000 dólares (10.943 euros) por 53 CV, 140 Nm y un 0-100 en 4,5 segundos. Y Omega parte de los 13.000 dólares (8.386 euros) por 33 CV, 110 Nm y un 0-100 en 5,5 segundos. 

La cifra de par del modelo Alfa es monstruosa para una moto: La Panigale V4 R de primer nivel de Ducati tiene un motor de 1.100 cc y cuesta más de 41.633 euros. Aunque a 16.500 rpm, desarrolla un par motor de 112 Nm y una potencia de 223 CV, por lo que podría no ser la comparación más justa.

Pero estamos hablando de motos de carretera que pueden cargar desde cero hasta prácticamente su máximo entre dos y cuatro horas, dependiendo del modelo. Estas motos tienen el par de un pequeño hatchback francés promedio y cuestan tanto como uno de estos modelos, pero de segunda mano. 

Con las motocicletas eléctricas, la comparación habitual para hacer con el mundo del automóvil es Tesla, pero la comparación, realmente, no se puede hacer. 

Después de todo, Musk tenía un gran colchón de dinero para empezar, y los fundadores originales, Marc Tarpenning y Martin Eberhard, son casi notas al pie de página en la historia de Tesla.

Es posible que una comparación más acertada sea con Rimac: un hombre joven, motivado y mecánicamente inteligente con un apellido de cinco letras, construyendo una máquina que le da la vuelta a lo tradicional, utilizando para ello la experiencia que tiene dentro de las fronteras de su país.