Lo más rápido que puedes conducir legalmente en España es a 120 km/h, por autovías y autopistas si llevas un turismo o moto. 

Sin embargo, el velocímetro de tu coche indica hasta 240 km/h, 250 km/h o incluso 260 km/h. 

Tanto por la seguridad vial, como porque la gran mayoría de los vehículos no están diseñados para ello, nunca deberías superar los límites de velocidad.

Aunque pienses que es poco práctico que un coche marque una velocidad que no puede alcanzar, lo cierto es que esto se debe a la propia producción en masa de los indicadores. 

Los fabricantes han estandarizado el velocímetro de los vehículos para evitar incurrir en el coste que supondría hacer uno personalizado para cada modelo o marca. 

De acuerdo con declaraciones de Kurt Tesnow, que supervisa los grupos de instrumentos y velocímetros de General Motors a Associated Press —recogidas por Business Insider— esto también cobra protagonismo en el mercado internacional. 

No todos los países tienen los mismos límites de velocidad en sus carreteras, autopistas o autovías, o caminos especiales. 

Por ejemplo, en Alemania no existen máximos en algunos tramos de determinadas autovías. Mientras, en España, no se pueden superar los 120 km/h para turismos y motos, 100 km/h para autobuses, caravanas o transporte escolar y 90 km/h para camiones y furgonetas.

Asimismo, esto permite instalar los mismos indicadores en los coches de gama baja y gama alta, independientemente de la marca.

De hecho, decisiones como esta, son también las que explican por qué los aviones siguen teniendo ceniceros si está prohibido fumar a bordo.

¿A partir de qué velocidad muere un peatón debido a un atropello?

Además, según Fawaz Baltaji, gerente de desarrollo comercial de Yazaki North America, un gran proveedor de velocímetros, la gente quiere saber que la posibilidad de alcanzar velocidades más altas es real. 

"Es indicativo de un motor más potente. Tiene un tono de marketing", recoge Business Insider.

El diseño de los velocímetros tiene justo en el centro el límite de 120 km/h. Con ello, los expertos creen que más allá del marketing, esto podría resultar en algún tipo de beneficio psicológico para el conductor.

Al alcanzar dicha velocidad, el puntero queda justo en vertical sobre el horizonte de máximos y mínimos. Por ende, llegar ahí significa que estás a punto de rebasar los límites permitidos.

Por el contrario, podría dar una falsa sensación de seguridad que conlleve a sobrepasarlo y poner en riesgo su vida y la de los demás.

Una historia publicada originalmente en Business Insider España