Durante una carrera del GP de Aragón puntuable para el Mundial de Superbikes que se disputó el pasado sábado en el Circuito de Alcañiz (Teruel), se vivió un incidente excepcional. Xavi Forés, que había arrancado con su Ducati como un rayo hasta situarse en la quinta posición, vio incendiarse su burra en plena acción.
En pocos instantes, las llamas que partían del motor se propagaron hacia el casco del piloto, convertido en una hoguera rodante. Al margen de la espectacularidad de las imágenes, lo que más llamó la atención fue la sangre fría de Forés quien condujo su moto hasta situarla en un lugar seguro para el resto de participantes.
Quizás, la fuerte relación que su tierra mantiene con el fuego, no nos podemos olvidar de las famosísimas Fallas, le sirvió para mantener la calma cuando su integridad física corría serio peligro.
Finalmente saltó de su motocicleta para que la cosa no pasara a mayores. Y aunque tuvo que pasar por el servicio médico del autódromo, solo sufrió una leves quemaduras.
Durante el repostaje de Jos Verstappen en el GP de Alemania 1994 se produjo una de las situaciones más peligrosas y espectaculares del automovilismo. El piloto holandés detuvo su Benetton-Ford en el box. Pero todo salió mal desde el inicio de la maniobra. El operario encargado de la manguera de combustible, quizá cabreado con alguna crítica del corredor, vertió la carga de carburante sobre ¡la cara del pobre Verstappen! Inmediatamente el coche se convirtió en una bola de fuego, alcanzando las llamas a los mecánicos del equipo. El garage se había convertido en el escenario perfecto para que Georgie Dann cantara su temazo La Bar-ba-coa, la bar-ba-coa. Fuego y más fuego.Solo la rápida y decidida intervención de uno de ellos, y la Divina Providencia, evitaron una tragedia terrible en Hockenheim. Tras el accidente, el padre de Max Verstappen pudo comprobar como su rostro parecía una chuleta a la plancha. Afortunadamente todo quedó en un susto. Suponemos que al responsable del incendio le encerraron en una oficina el resto de su vida... o eso esperamos. Pero, por Dios, ¿en qué estaría pensando ese hombre? Desde luego que la puntería no era una de las virtudes de este presunto especialista.
Kazuki -en japonés significa Kazurro al volante- Nakajima decidió debutar en la F1 en el GP de Brasil 2007 a lo grande. El nipón quería su cuota de protagonismo en Interlagos y que las cámaras de televisión se fijaran en él. Y como por sus resultados no lo iba a lograr, decidió destacar en el pit stop. Y vaya que si lo consiguió. La maniobra fue una de las secuencias más repetidas de la carrera. El amigo Kazuki llegó a boxes pasado de velocidad y de rosca, y con el coche cruzado. Como resultado de su torpe acción, atropelló a 3 mecánicos que salieron volando. Las víctimas se marcharon cojeando y maldiciendo al oriental. ¡Menudo mamporro!A partir de entonces, los compis mantenían una distancia prudencial de seguridad con el kamikaze... por si las moscas. Afortunadamente, se impuso la cordura dentro de su mente y abandonó la F1 dos años después de aquella gloriosa acción. Sus colegas se lo agradecieron profundamente. Todavía a día de hoy Frank Williams se pregunta qué vieron en el hijo de Satoru para ficharle. Pero, no te lo pierdas que la pesadilla Nakajima no concluyó allí. Siguió sembrando el terror entre los rivales de la Fórmula Nippon. Y no contento con eso, participó en el Campeonato del Mundo de Resistencia con Toyota. Especialistas del motor han vinculado la maldición que asola a la firma asiática en esa competición con el propio Kazuki. Y es que los hay que no aprenden.
Es cierto que el GP de Malasia 2001 fue un auténtico caos por las cambiantes condiciones climatológicas. Pero al margen de lo sucedido entre el cielo y el asfalto de Sepang, Ferrari protagonizó una de las paradas en boxes más lentas y desastrosas que se recuerdan.La sucesión de despropósitos que allí se vivieron se resume en el tiempo que el coche rojo de Rubens Barrichello estuvo detenido en su garage: ¡1 minuto y doce segundos! Sí, has leído bien, no es una errata. En realidad, casi nadie sabe lo que sucedió entre los empanados mecánicos de la Scuderia. Lo único cierto es que una veintena de diligentes especialistas no fueron capaces de realizar su trabajo de forma eficaz. ¡Dudaban qué tipo de gomas montar en el monoplaza! Entonces Rubens comprobó con pavor que uno de los fenómenos del equipo le estaba instalando ¡un slick! en la prueba delantera derecha. ¡Y con la que estaba cayendo! Menos mal que solventó ese terrible error.Entonces, unos miraban a otros con cara de pío, pío, que yo no he sido. Y que si una rueda no aparece, que si yo la dejé aquí, que si tú la has cambiado de sitio... El caso es que el crono volaba. Solo le faltó al pobre Barrichello bajarse del coche para ayudar a los inútiles que tenía alrededor. Por cierto, los comisarios que estaban en las inmediaciones, dudaban si ponerse ellos manos a la obra, dado el desmadre a la italiana que allí se vivió. Finalmente, el monoplaza reemprendió la marcha. Para entonces, ya le había arruinado la carrera. Terminó segundo, detrás del Káyser.
Si quieres contemplar de una tacada todas las cagadas errores que se pueden cometer en un pit stop, no te pierdas el de Ferrari en el GP de Singapur 2008. Resulta muy complejo poder aglutinar todas las meteduras de pata en una sola acción. Pues, aquí lo tienes, toda una labor de equipo al servicio del despropósito. Comenzamos.Felipe Massa llega a boxes.. Los mecánicos tardan una eternidad en el cambio de ruedas, tanto que su compañero Kimi Raikkonen tiene que esperar detrás de él. Pero, ¿a qué jefe de pista se le ocurre llamar a los dos corredores con tan poco tiempo de diferencia? ¿Qué le pasa al encargado de cambiar una de las ruedas del coche del brasileño que no es capaz de ello? ¿Por qué éste arranca antes de tiempo atropellando a uno de sus mecánicos? ¿Cómo es posible que el carioca no se dé cuenta de que ha arrancado y se ha llevado puesta la manguera de combustible en su coche? No se detuvo hasta el final del pit lane. ¿A qué se debió la parada tan lenta de Raikkonen? Menudo desastre. Insuperable. No nos vamos a molestar en comentaros los puestos en los que se clasificaron las víctimas de la Scuderia.