Nos hemos subido en el nuevo Mazda CX-5, el superventas de la marca japonesa en Europa, para sentir todos y cada uno de los pequeños detalles que hacen de la nueva versión del CX-5 uno de los coches más completos y modernos del mercado. En un primer vistazo todo sigue en su sitio, una mirada afilada con personalidad pero con toques, como el nuevo color Polymetal Grey, que nos dan las primeras pistas de esta versión mejorada.  

En el interior destacada el sistema de info-entretenimiento, el Mazda-Connect, que ha ampliado su tamaño, reducido los marcos y adquirido un aspecto aún más atractivo, moderno y tecnológico. La iluminación interior es totalmente LED, se ha mejorado la ergonomía tanto a los asientos como a la posición de la palanca de cambios. 

Mazda ha introducido novedades también en cuanto a los motores. Ahora incorpora el sistema de desactivación de cilindros en el bloque 2.0 de gasolina y 165 CV con transmisión manual que logra reducir los consumos y hasta 12 gramos de CO2. Este sistema ya existía en el caso del motor 2.5 de gasolina que es el que tengo entre manos y lo bueno es que su funcionamiento es imperceptible para el conductor.

Probamos también los asistentes que engloba la plataforma I-Activensense. Del Asistente de cambio de carril al de estacionamiento con cámara 360 pasando por las luces automáticas matriciales, el control de velocidad adaptativo, el reconocimiento de señales de tráfico o el frenado de emergencia en ciudad. 

En definitiva, estamos al volante de un Mazda CX-5 con más tecnología, mejores asistentes y un rodar de mucha calidad para un SUV renovado que arranca en los 29.300 euros y que con los descuentos de la marca y financiándolo se queda en 26.050 euros.