Prueba del Aston Martin DBX707: el rey de los SUV de lujo

Prueba del Aston Martin DBX707
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Prestaciones sensacionales sin perder la elegancia

He cogido dos vuelos para llegar a Cerdeña. Es una isla sensacional y está especialmente tranquila en esta época del año. Es normal, ya que es temporada baja, pero tengo una muy buena razón para estar aquí ahora: voy a realizar una prueba del Aston Martin DBX707 y no puedo tener más ganas de ponerme al volante.

A comienzos de febrero, la marca británica lo dio a conocer y lo cierto es que no ha pasado desapercibido. Sí, es un SUV, pero uno de una compañía que se ha dedicado a crear algunos deportivos sensacionales durante décadas. Lanzaron el DBX convencional y ahora han querido darle otra vuelta de tuerca. Según afirman, es “el SUV de lujo más potente del mundo”.

Bueno, para comprobarlo, hay que mirar a las cifras. El motor del Aston Martin DBX707 sigue siendo un V8 biturbo de 4 litros proveniente de AMG, pero ahora cuenta con la friolera de 707 CV de potencia y 900 Nm de par máximo. No está mal, especialmente si tenemos en cuenta que un Lamborghini Urus tiene 650 CV y un Porsche Cayenne Turbo GT tiene 640 CV.

Prueba del Aston Martin DBX707

Esto promete muchas emociones al volante, pero antes me detengo a observar el exterior, ya que hay algunos detalles que dejan claro que este no es el mismo SUV que la marca de Gaydon ha estado vendiendo desde hace un par de años. En esencia, su aspecto es similar, sí, pero hay muchas diferencias entre ambos.

Por un lado, la parrilla parece más grande y lo es, de hecho. Un 27%, para ser exactos. Su objetivo es aumentar la refrigeración del motor, mientras que unas nuevas entradas de aire en los extremos del paragolpes cumplen la misma función con los frenos, que son carbocerámicos -de 420 mm delante y 390 mm detrás-. 

Además de esto, otro punto que me llama la atención del diseño del Aston Martin DBX707 es la mayor presencia de elementos aerodinámicos. Se ha intentado mejorar todo lo posible este aspecto en esta nueva configuración del todocamino de la marca y eso se hace patente al observar los detalles.

Lo evidente es el splitter delantero, las taloneras y el difusor trasero de carbono. Pero hay más. En el alerón se ha colocado una extensión para mejorar el flujo del aire y en el paragolpes trasero se han colocado salidas de aire funcionales. De esta forma, Aston Martin menciona que se puede expulsar parte del calor del escape de acero inoxidable con cuatro salidas.

Aun así, todo esto entrará en juego cuando esté en marcha, así que me dispongo a saltar al interior del DBX707, donde lo cierto es que no hay muchas novedades. Lo principal se encuentra en la consola central, donde ahora hay un selector con una superficie táctil que permite manejar con mayor facilidad distintas configuraciones y modos de conducción.

De esta forma, arranco y me pongo a circular por las carreteras de la isla de Cerdeña. Comienzo mi ruta en el modo ‘GT’, el más relajado, en el que el comportamiento del coche es realmente suave. Eso sí, también están disponibles el ‘Terrain’ -para caminos de tierra-, el 'Sport' y el 'Sport+'. Por supuesto, también hay un modo ‘Individual’ personalizable.

En el modo 'Terrain', la suspensión se eleva para poder conducir por caminos irregulares.
En el modo 'Terrain', la suspensión se eleva para poder conducir por caminos irregulares.

En los primeros kilómetros, reconozco que el SUV británico se siente manso. La conducción no es brusca en absoluto y me siento cómodo con el coche, aunque no tanto con su navegador, que no tarda en fallar y eliminar la ruta sin previo aviso. No será la última vez que lo haga y es algo frustrante.

Pero, centrándome en la conducción, durante el comienzo de la prueba del Aston Martin DBX707 quedo satisfecho con su suavidad, aunque ese toque más deportivo está ahí. Esto se hace especialmente evidente en la suspensión, que sus creadores señalan que es un 55% más rígida que en el DBX convencional. 

Eso acaba pasando factura al conducir por algunos baches y resaltos, sin duda, pero no es un gran problema. Además, este es un modelo más enfocado a las grandes prestaciones y eso es lo principal. Por ello, decido seleccionar el modo Sport+ para descubrir si este modelo es realmente tan brutal como promete.

Modo Sport+ y cambio en modo manual: cambio de carácter

De entrada, todo cambia. El sonido del motor V8 gana decibelios y la respuesta del coche se vuelve mucho más inmediata, especialmente a partir de unas 3.500 rpm. Piso el acelerador y me pego al asiento, sorprendido por la facilidad con la que el coche gana velocidad. ‘¿De verdad esto pesa más de dos toneladas?’ Pienso para mí.

Solo 3,3 segundos le hacen falta para pasar de 0 a 100 km/h y su velocidad máxima es de 310 km/h. Esto se puede realizar además gracias a una caja automática de nueve relaciones que ahora tiene un nuevo ‘embrague húmedo’, lo que le ayuda a subir y bajar de marcha con total inmediatez.

En el modo más deportivo, el DBX707 muestra realmente sus capacidades en el asfalto.
En el modo más deportivo, el DBX707 muestra realmente sus capacidades en el asfalto.

En resumen, sobre el papel, este es un coche muy rápido. Sentado en el asiento del conductor al probar el DBX707, queda confirmado, aunque reconozco que no llega a ser un ‘festival de la locura’ al volante. Sin embargo, la marca menciona que su idea era explorar los límites de la plataforma, pero sin perder el refinamiento original.

Para ello, han hecho muchos cambios. Por ejemplo, han incorporado el sistema de control eARC para aumentar la rigidez en curva y han reforzado el chasis. Además, han colocado un diferencial electrónico de deslizamiento limitado, que es más resistente que el del DBX y permite manejar más par motor.

Un SUV que no parece un SUV 

Así, el resultado es el de un SUV realmente veloz en línea recta, pero también en las curvas. La inclinación de la carrocería es mínima, el agarre siempre está ahí y la dirección es realmente precisa. Como he dicho antes, el coche se siente más ligero de lo que es, aunque esa ilusión se disipa al pisar los frenos.

En algún momento, los 2.245 kg de peso del coche se tenían que notar y al acercarme a las curvas es cuando siento realmente que estoy en un coche de esta magnitud. Eso sí, los frenos son capaces de pararlo con gran eficiencia, aunque el hecho de que sean carbocerámicos hace que su respuesta no sea tan buena cuando aún están fríos.

De todas formas, eso no borra la sonrisa que se me queda al probar el Aston Martin DBX707 por las carreteras de montaña de Cerdeña. Especialmente es así cuando paso por un túnel con aperturas en uno de sus lados, en el que no puedo evitar sentirme como James Bond en la primera escena de Quantum of Solace

Prueba del Aston Martin DBX707

Sí, no podía evitar hacer una referencia al espía británico, pero he decidido esperar al final. Y salvando las distancias, que ni yo soy Daniel Craig, ni me están persiguiendo unos matones en dos Alfa Romeo 159. Y prefiero que eso no suceda...

Pero, volvamos al tema. Sabía que el DBX707 sería rápido, pero me ha sorprendido su suavidad cuando era necesaria y su capacidad más allá de las autopistas, a pesar de no ser un coche deportivo puro y ligero como tal. Es lo que es, pero había muchas variables que tener en cuenta y no era fácil lograr una buena combinación. Sin embargo, se ha conseguido.

Nuestro veredicto

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