Prueba BMW 118i 2022. El encanto de la relativa normalidad

Prueba BMW 118i
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Es el escalón de acceso. Pero a veces los peldaños quedan muy altos...

Puede que te sorprenda leer eso de "relativa" normalidad al comenzar la prueba del BMW 118i 2022. Pero es que, tal y como se están poniendo las cosas, uno agradece ponerse al volante de un coche tal y como te imaginas que tiene que ser eso, un coche. Un volante redondo. Un salpicadero con controles. Punto.

Y también puede que te llame la atención que no haya hecho mención al tema de la tracción delantera. Sí, ya sabes: con esta tercera generación, el compacto de BMW ha perdido las ruedas traseras motrices. Pero, ¿sabes qué? A nueve de cada 10 compradores eso les importa entre poco o nada... 

Lo decía Peter Langen, director de BMW Driving Dynamics, hace unos años, cuando dio una buena razón por la que habían llevado esto a cabo. 

“Tenemos que crear un coche competitivo y queremos tener un vehículo que sea más amplio en el interior pero del mismo tamaño en el exterior. La mejor manera de hacerlo es moviendo la tracción al eje delantero. Creemos que la gente valora el extra de espacio; la mayoría de nuestros clientes no saben dónde está la tracción y les da lo mismo”, explicaba.

Para ayudarme a pasar el pequeño arrebato de nostalgia por la propulsión que me entra cuando lo veo aparcado esperándome está el acabado M Sport que monta la unidad de pruebas: al menos, visualmente no está nada mal. 

En el frontal, destaca su faldón delantero, con entradas de aire esculpidas y molduras ‘High-gloss Black’. El contorno de las ventanillas incorpora una moldura brillante Shadow Line de BMW Individual y el faldón trasero BMW M también cuenta con acabado negro brillante ‘High-gloss Black’.  

Sin duda, el aspecto del Serie 1 es lo que llama a sus compradores, más allá de las prestaciones o las cifras de potencia. Y es que el mundo ha cambiado mucho desde que el BMW 130i E87 (la primera generación) nos hacía babear a muchos con su propulsión y el seis cilindros delante.

Hablemos del interior: ¿cómo es la vida a bordo?

Aunque hayan sacrificado su propulsión, han obtenido muchos beneficios a cambio que les pueden ayudar a ganar adeptos entre los conductores del mundo real, que al final son los que compran los coches.

El acceso a las plazas traseras ahora es más sencillo y hay 33 mm más de espacio para las piernas que antes; y todo eso gracias a la nueva tracción delantera, con motores transversales y un bajo túnel central. Los pasajeros también tienen 13 mm más de espacio entre codos –42 mm más en esta dimensión para y conductor y copiloto–. 

También crece el maletero en 20 litros -hasta alcanzar los 380 litros ampliables a 1.200 litros con los asientos traseros abatidos-. La anchura mínima de este ha aumentado en 67 mm y la apertura eléctrica del portón facilitan el proceso de carga. Por suerte, o por desgracia, pude comprobarlo mientras hacía una mudanza... 

Al volante, nada mal. Tienes un habitáculo muy BMW. O, al menos, muy BMW tal y como lo conocemos hoy en día, con una consola orientada hacia el conductor y unos controles fáciles de manejar. La pantalla central se puede manejar de manera táctil, pero seguro que prefieres el mando circular.

Este, las cosas como son, tiene sus días contados, pues en la era de "lo táctil", ahorrarse un buen puñado de euros por coche en esto no es ninguna tontería.

Cuéntame más sobre la prueba de BMW 118i: ¿cómo se comporta?

En realidad, se conduce como cualquier buen coche de tracción delantera. De hecho, que sean las ruedas traseras las que se mueven no es sinónimo de deportividad o de dinámica depurada. 

Si has llegado hasta aquí, es probable que ya hayas entendido el cambio a tracción delantera del nuevo BMW Serie 1 pero puede que también quieras saber si eso afecta demasiado a su comportamiento, sobre todo si ya has conducido alguna de las versiones anteriores.  

El BMW 118i me demostró durante la prueba que se comporta de manera ágil y sólida –si quieres efectividad, apuesta por la suspensión deportiva que reduce la altura en 10 mm y no compromete demasiado la comodidad–, lo que le permite ser un coche ideal para el uso urbano y cotidiano.

Usable en el día a día, sí, pero también muy divertido en carretera, bien sea en vías rápidas o en zonas de curvas. Y lo mejor de todo, es que no hace falta correr para pasarlo bien. Disfrutando del paisaje y tratando al acelerador con calma también disfrutas de una puesta a punto muy buena, sin cabeceos o balanceos, lo que también repercute en la comodidad de todos los pasajeros.

El eje delantero es muy preciso y la puesta a punto del chasis sin duda es de las mejores que hay en el segmento de los compactos, lo que es mucho decir: no te muestra una mala manera aunque lo maltrates y solo si llegas muy al límite el eje delantero empezará a abrir su trayectoria por pura física.

Puede que los 140 CV y 200 Nm de par de la versión de acceso en gasolina te parezcan demasiado inocentes, pero mueven el conjunto de manera vivaz y permiten completar, según la marca, el 0 a 100 km/h en 8,5 segundos. 

No es un BMW M135i xDrive de 306 CV, pero desde luego que su respuesta está muy a la altura de las circunstancias. El cambio automático (añade unos 2.500 euros) gestiona esa potencia de manera eficaz, aunque carece de levas en el volante para hacer un uso más personal del cambio. 

Pero todo tiene un precio...

... y no es barato. Para empezar a hablar, el BMW 118i que protagoniza esta prueba arranca en los 30.000 euros, a los que irás añadiendo euros a un ritmo vertiginoso si quieres personalizarlo. Por ejemplo, la unidad que ves en las fotos, con el cambio automático, el acabado M Sport y las llantas, supera por poco los 41.000 euros.

Y eso por no hablar de lo que no se ve: paquetes de equipamiento tecnológico que incluyen opciones conectadas están por 1.000 euros. Otros 1.300 si quieres techo solar, 500 por los asientos con calefacción... Está claro que este coche te enseña a elegir.

Pero a cambio se puede decir que es un coche muy correcto en todo su ser. Se siente dócil y dinámico -gracias en buena parte a sus diferentes modos de conducción- y en esta unidad, la configuración del habitáculo ayuda a mantener la genética deportiva de BMW. 

En definitiva, durante esta prueba del nuevo BMW 118i hay algo que queda patente: los de Múnich estaban más que decididos cuando dieron forma a este compacto y viendo las listas de ventas, no se puede decir que se hayan equivocado. Del mismo modo que tampoco lo harás tú si te decides por uno de estos... Si tienes el poderío económico.

Nuestro veredicto

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Etiquetas: Coches compactos