Prueba del Ford Puma ST Line Vignale 155 CV: un pequeño gran coche

Ford Puma ST Line Vignale

Práctico, llamativo y divertido

Antes de comenzar esta prueba del Ford Puma ST Line Vignale, debo hacer una confesión. Y es que reconozco que no quedé del todo convencido cuando se dio a conocer este modelo. Quizás fuera por el hecho de que se utilizara un nombre como ‘Puma’ en un coche tan distinto al original, pero el caso es que no terminó de ganarme. Sin embargo, dicen que para conocer realmente un coche hay que probarlo, así que no hay más que hablar.

Por encima de todo, este es un SUV que trata de diferenciarse del resto gracias a un estilo propio. Y esto es así, no porque lo diga yo, sino porque se nota desde el primer vistazo. De por sí, el diseño del Ford Puma tiene una personalidad propia y no se limita a replicar a otros modelos de la marca, pero ese carácter se refuerza aún más en el acabado ST Line Vignale de mi coche de pruebas.

En este caso, la gran parrilla delantera propia de Ford se presenta con otra configuración, en la que los detalles cromados destacan sobre el color negro. Esta es una combinación que se repite también en los paragolpes delantero y trasero, que a su vez están caracterizados por un nuevo diseño. Esta versión incluye también unos pasos de rueda del color de la carrocería, que ayudan a aportar una mayor presencia visual.

Por supuesto, siempre existe la opción de añadir extras que potencien aún más la estética del coche, aunque ello aumente el precio. Mi modelo de pruebas incluye elementos como las llantas de aleación de 19” -con neumáticos 225/40 R19- o el techo panorámico que, si bien son opciones atractivas, añaden algo más de 1.600 euros al precio final.

Un interior a la altura

El exterior llama la atención, pero ¿cómo es el coche por dentro? A pesar de que no es realmente grande -mide 4.207 mm de largo, 1.805 mm de ancho y 1.534 mm de alto-, en el interior del Ford Puma el espacio está bien aprovechado. Quizás sean las plazas traseras las que pecan de un menor espacio para la cabeza, de manera que pueden ser algo más incómodas para viajar o al acceder y salir del coche si eres alto, pero realmente no son un gran problema. 

También es correcto el espacio en el maletero, cuya capacidad es de 468 litros, pero que aumenta hasta los 1.161 litros si abatimos los asientos. Se puede acceder a él con la apertura automática del portón o mediante el sensor de pie, aunque en la mayoría de los casos cuesta encontrar la zona de detección para ello.

Si me adentro en las plazas delanteras, encuentro que los asientos de estilo cuero son cómodos y envolventes. Pueden ser calefactados y en este acabado incluyen una función de masaje que se puede configurar ampliamente desde la pantalla central de 8”, en la que quizás agradecería que tuviese un tamaño algo mayor. En cualquier caso, su respuesta es rápida y el sistema SYNC 3 de Ford se puede manejar con bastante facilidad. Eso sí, no todo queda relegado a esta pantalla y hay varios mandos físicos para el control del notable sistema de audio Bang & Olufsen o la climatización.

Sentado en el espacio del conductor del Ford Puma, me encuentro con un volante grueso, achatado por debajo y con un aspecto deportivo. Es sorprendentemente ergonómico y la sensación al tacto es buena, como en la mayoría de los materiales del habitáculo. Por detrás se sitúa la instrumentación digital, de fácil visibilidad y cuyo diseño cambia en función del modo de conducción. De hecho, un detalle curioso es que varía incluso el gráfico que indica la distancia con el coche de delante, normalmente representado con un Mondeo, pero que cambia a un Mustang al seleccionar el modo deportivo.

Dado que este es un coche manual, a mi lado se sitúa la palanca de cambios en una posición no demasiado baja y un freno de mano que agradezco que no sea eléctrico, sino uno ‘de los de toda la vida’. Echo un vistazo a mis pies y encuentro tres pedales de aluminio que también juegan a favor del carácter deportivo que pretende transmitir este SUV, a pesar de no tratarse de la variante ST. Pero ¿es capaz de conseguirlo? Solo hay una forma de saberlo.

¿Cómo se comporta?

En marcha, el Ford Puma no da la sensación de ser un SUV. Transmite una cierta agilidad y realmente es un coche que se puede disfrutar al volante si tenemos en cuenta las características propias de su segmento. Su motor 1.0 Ecoboost MHEV de tres cilindros con 155 CV, que va asociado a una caja manual de seis velocidades, responde bien a partir de las 2.000-2.500 vueltas y funciona adecuadamente en ciudad y en carretera, aunque en el primer caso se nota algo ruidoso. 

En lo que se refiere a sus consumos de gasolina, varían en función de aspectos como el modo de conducción que hayamos seleccionado o nuestra forma de conducir, pero en carretera podemos encontrarnos normalmente en torno a los 5,5 o 6 litros cada 100 km. Eso sí, esta cifra no cuesta elevarla hasta los 7 u 8 litros cada 100 km en ciudad si no somos cuidadosos.

Durante la conducción, noto que la dirección responde con inmediatez y que la suspensión se siente algo firme, pero que no llega a ser realmente incómoda. En función de las circunstancias o de las preferencias del momento, el Puma pone a mi disposición un total de cinco modos de conducción que ajustan determinados parámetros. Se dividen en: Normal, Eco, Deportivo, Resbaladizo y Pista -pensado para caminos sin pavimentar-. 

En cada arrancada, el modo predeterminado será el primero, pero se puede variar en cualquier momento y todos ellos tienen unas características concretas. Más allá de los cambios en el diseño de la instrumentación, en casos como el del modo Eco también se muestra una lista al apagar el coche que señala porcentajes de conducción económica relativos a la aceleración, el frenado o los cambios de marcha. De esta forma, podemos tener un mayor control para variar nuestra forma de circular.

Foto: Sergio Ríos
Foto: Sergio Ríos

Conclusión

En definitiva, tras haber convivido con el Ford Puma durante varios días, he descubierto muchas cualidades que me han permitido conocerlo a fondo y he terminado variando mi opinión sobre él. Aún sigo teniendo mis dudas sobre su denominación, pero no cabe duda de que se trata de un coche que cumple con lo que promete y que es capaz de transmitir unas sensaciones agradables al volante. Al final, eso es lo que importa.

Nuestro veredicto

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Etiquetas: SUV pequeño, Motor