Prueba del Hyundai Ioniq 5: de lo mejor entre los eléctricos

El Hyundai IONIQ5 es uno de los coches analizados.

Un coche con personalidad y cualidades

Empiezo con ganas esta prueba del Hyundai Ioniq 5. Este modelo llamó la atención desde el primer momento gracias a su diseño, pero también prometía una gran usabilidad en el mundo real, algo especialmente importante para los coches eléctricos. Está caracterizado por ser diferente a lo demás y eso siempre es un punto positivo.

Sin embargo, todo esto es teoría y es necesario llevarla a la práctica. Me encuentro delante de una unidad en acabado Star. Es la versión con batería de 73 kWh, pero no la de tracción total que supera los 300 CV, sino la de tracción trasera que cuenta con 217 CV. Su autonomía sobre el papel según el ciclo WLTP oscila entre los 451 y los 481 km, lo cual debería ser más que suficiente.

Aun así, más allá de los datos técnicos, lo primero que me llama la atención es el aspecto del coche. Su inspiración es el Hyundai 45 EV Concept de 2019, que a su vez se basaba en el icónico Pony de los años 70, algo que se hace evidente en su estilo. Es un diseño minimalista, que no está recargado, pero que llama la atención sin ninguna duda.

De entrada, me sorprenden dos cosas. Por un lado, el Ioniq 5 sigue teniendo ese ‘rollo concept’ tan peculiar que hace que no pase desapercibido y esa sensación es aún más fuerte en persona. Por otra parte, es un coche realmente grande, mucho más de lo que imaginaba. Mide 4,635 mm de largo, 1,890 mm de ancho y 1,647 mm de alto.

Tras repasar el exterior, me adentro en el habitáculo y las sorpresas no han acabado. La plataforma E-GMP sobre la que se fabrica este modelo y el Kia EV6 coloca las baterías en el suelo, permitiendo que sea plano. Esto, junto a los 3 metros de distancia entre ejes, solo significa una cosa: mucho espacio para los ocupantes.

El interior del Hyundai Ioniq 5 es muy amplio tanto en las plazas delanteras como en las traseras. Además, esa sensación se potencia con un claro diseño minimalista. Las pantallas para el cuadro de instrumentos y el sistema de infoentretenimiento lo concentran casi todo, aunque hay algunos botones físicos para sistemas como la radio, lo que es de agradecer.

Personalmente, puede que el habitáculo sea demasiado minimalista para mi gusto y me habría gustado que funciones como las del climatizador no dependieran de un mando táctil. Aun así, no dejan de ser preferencias personales y lo cierto es que tanto estos mandos como los de la propia pantalla central responden adecuadamente en todo momento.

En marcha, silencio y suavidad

Aun así, la mejor forma de comprobarlo todo es en marcha. Arranco en absoluto silencio y me dispongo a probar el Ioniq 5 en ciudad, donde lo primero que noto es una gran suavidad. El coche se mueve con bastante agilidad y su manejo es cómodo en todo momento. Además, la suspensión absorbe con firmeza los baches y resaltos, sin que llegue a ser incómodo.

En estos momentos es cuando puedo hacer uso además de las pequeñas levas situadas en el volante, a través de las cuales puedo moverme entre los tres niveles de retención para recuperar algo de energía en las frenadas. También puedo activar con ellas el llamado I-Pedal, que permite conducir solo con el pedal del acelerador para mayor comodidad.

En el otro extremo, también puedo aumentar el empuje del coche, que incluso cuenta con un ‘modo Sport’. En él, se cambian los gráficos del cuadro de instrumentos y la respuesta es claramente mayor, aunque puede sentirse algo brusca al circular por ciudad. Tampoco jugará a favor de la autonomía, por otra parte.

Una vez seleccionada la configuración adecuada, mi sensación general al volante del Hyundai es positiva. La visibilidad es buena y los gráficos de las pantallas y el Head-Up Display se ven con total claridad en todo momento. Eso sí, donde no disfruto tanto es con el uso del navegador, que puede ser algo confuso en ocasiones y me hace decantarme por el Apple CarPlay.

Tampoco acabo convencido por las asistencias a la conducción. Hay muchas y son útiles, sí, pero en ocasiones pecan de ser demasiado intrusivas. A veces pueden actuar con demasiada sensibilidad, frenando o girando el coche, lo que se hace algo molesto en determinados momentos.

¿Y al conducir por carretera?

Aun así, el coche como tal ha cumplido mis expectativas en ciudad y decido llevar la prueba del Hyundai Ioniq 5 a la carretera. Aquí también reina la suavidad, pero sonidos como el del viento se cuelan en el habitáculo más de lo que me gustaría. Eso sí, no lo hacen tanto otros como el de los neumáticos Michelin Primacy 235/55 R19 de esta unidad.

En cualquier caso, no debemos olvidar que no hay ningún motor de combustión que enmascare estos ruidos. Además, también es importante en estos recorridos la comodidad y lo cierto es que el confort de los asientos y la respuesta de la suspensión aporta puntos a favor si circulas por autovía o autopista. Y lo harás, ya que su autonomía te lo permitirá.

Prueba Ioniq 5

Durante la prueba, lo más normal ha sido situarse en torno a los 400 km, pero no tanto en torno a las cifras oficiales. Aun así, lo cierto es que este es un eléctrico que te permitirá un uso habitual en el día a día y que no te obligará exclusivamente a circular por tu ciudad. 

A esto hay que sumarle posibilidades como la de realizar cargas rápidas de 800V, que permiten pasar de un 10% a un 80% en menos de 20 minutos. Sí, es cierto que aún sufrimos las consecuencias de no tener una extensa red de puntos de carga, pero todos estos aspectos hacen más fácil la experiencia de tener un coche así.

Tras probar el Hyundai Ioniq 5, tengo claro que no es un coche que deba ser pasado por alto. Con unos precios que parten de unos 35.310 euros, todas sus cualidades y algunos defectos, puede que este sea uno de los eléctricos más razonables del momento.

Nuestro veredicto

8

IONIQ 5

Ioniq 5

Marca:

Ioniq