Prueba del Rolls-Royce Cullinan: el refinamiento de Rolls llega a un nuevo dominio

Prueba del Rolls-Royce Cullinan
  • Lo mejor del Rolls-Royce Cullinan: su refinamiento, calidad, diferencia con otros SUV y los puntos en común con el Phantom.
  • Lo peor del Rolls-Royce Cullinan: su diseño controvertido, su consumo y su poca practicidad.

Hemos probado el Rolls.Royce Cullinan, el SUV de la elegante firma británica, el cual se ha convertido en una de las opciones más premium del mercado. Eso sí, teniendo en cuenta que existen varios rivales, ¿tiene este modelo algo especial que ofrecer?

Rolls-Royce nunca ha ocultado su luz. "Nuestra respuesta a la historia, a los visionarios, a los aventureros, a los exploradores y a los que creen en la supremacía de la libertad es el Rolls-Royce Cullinan", declaró Torsten Müller Ötvös, CEO de Rolls-Royce, en la presentación del SUV. "Evoluciona radicalmente los parámetros de los viajes de superlujo. Sin esfuerzo, en todas partes".

Lanzado allá por 2018, el Rolls-Royce Cullinan fue la tardía y controvertida respuesta de la marca al auge de los SUV. Nada simboliza mejor la contrariedad humana que el auge del vehículo diseñado para hacer cosas que el 95 % de sus usuarios finales nunca harán y, dependiendo de dónde te sitúes, el Cullinan es el pináculo del logro automovilístico o una monstruosidad de unos 300.000 euros.

¿Qué esconde debajo de todo eso?

Este SUV reinventa la estructura denominada "Arquitectura del Lujo" que se encuentra bajo el Phantom. Hablamos de un bastidor modular de aluminio, reconfigurado aquí en una forma más alta y corta, con un portón trasero dividido que aporta la versatilidad necesaria. El nuevo chasis es un 30% más rígido, una mejora que facilita la transición a un 4x4 de gran tamaño.

A la calma preternatural del Phantom, el Cullinan añade todos los elementos blandos y mecánicos necesarios para hacer que recorra la carretera y suba una montaña con el tipo de invencibilidad que hizo que T.E. Lawrence, uno de los primeros mecenas de Rolls, convirtiera su coche en una máquina de guerra inesperadamente robusta.

¿Qué hay del estilo? Hace que un Bentayga parezca sofisticado

Prueba del Rolls-Royce Cullinan

Sin ánimo de parecer eufemístico, es justo decir que el diseño del Cullinan ha suscitado opiniones muy diversas. Algunos lo han comparado con un taxi londinense o con el Cañonero de Los Simpson; otros han sido menos amables. Tal vez una superficie acristalada menos profunda habría mejorado las proporciones, pero este coche está pensado para ser un mirador móvil.

Al igual que el Phantom, no le falta dramatismo. Sus faros láser y sus líneas dan como resultado un aspecto imponente. El capó es más alto que las aletas delanteras para enfatizar el carácter más rudo del coche, y la tradicional parrilla Partenón es de acero inoxidable pulido a mano, y aquí se asienta orgullosa de la carrocería. Eleanor, el Espíritu del Éxtasis, también está más alta.

Tú ves todo esto desde el asiento del conductor y los demás lo ven a kilómetros de distancia. Es grande: 5.341 mm de largo, 2.000 mm de ancho y 1.835 mm de alto. Además, aunque sus superficies están bien resueltas, falta el último toque de cuidado. Parece pesado y lo es: 2.660 kg en vacío. Nuestro coche estaba cargado con casi 200 kg de opciones, con un peso de 2.850 kg.

¿Algún otro detalle llamativo?

Prueba del Rolls-Royce Cullinan

El Cullinan tiene puertas suicida (cuyos tiradores llaman demasiado la atención), pero cuenta con un bulto trasero que hace referencia al Rolls D-Back de los años treinta. Por aquel entonces, tus pertenencias viajaban separadas en un baúl colocado en la zaga.

¿Aún no te gusta? Espera a ver uno en movimiento. Como todos los Rolls-Royce, el Cullinan es un coche que se asienta de forma bella y estable en la carretera. Conducirlo es una experiencia imperiosa y silenciosa. Cada componente tiene su peso, control y suavidad.

Hablando de eso, ¿aquí no hay nada híbrido o eléctrico?

Nada en absoluto, aunque es seguro asumir que la base del Spectre llegará al Cullinan antes de que pase mucho tiempo. En su lugar, lo que tenemos aquí es un V12 biturbo de 6,75 litros que desarrolla 537 CV y, lo que es mejor, 848 Nm a tan solo 1.600 rpm. 

El impulso no requiere esfuerzo y es significativo si le aprietas: el Cullinan pasa de 0 a 100 km/h en cinco segundos y medio, mientras que la velocidad máxima está limitada a 250 km/h. El consumo de combustible es de unos 13 litros a los 100 km.

Interior del Rolls-Royce Cullinan: tan elegante como esperas

El Cullinan introduce una funcionalidad renovada en el magnífico ambiente del habitáculo. Los pilares de metal conectan la consola central y el salpicadero, y hay cuero "box grain" resistente al agua en el salpicadero, las puertas e incluso en la parte posterior de la llave. En los huecos de las puertas caben cómodamente botellas de agua.

La posición de conducción redefine el concepto de imperioso. El capó se proyecta hacia delante. Es como conducir un muelle de una playa, pero en lugar de tener un parque de atracciones al final, sólo hay un Espíritu del Éxtasis. Es un Phantom, elevado sobre el nivel del mar.

Prueba del Rolls-Royce Cullinan

Curiosamente, el esbelto volante del Phantom es más corpulento aquí: los chóferes suelen conducir el primero y se acostumbran a usar la punta de los dedos, mientras que el Cullinan es más probable que lo conduzca el propietario. Los diales de los instrumentos tienen bonitos gráficos, el indicador de reserva de marcha está presente y la pantalla central multimedia es táctil.

Además, hay un amplio conjunto de sistemas de asistencia, incluido un sistema de cuatro cámaras y un head-up display de alta resolución líder en la industria. Sin embargo, la industria del automóvil avanza rápido y, con pocas actualizaciones desde 2018, el software y los gráficos de BMW en los que se basa el sistema de infoentretenimiento empiezan a parecer anticuados.

Lo que rescata por completo al Cullinan es que la tecnología desempeña un papel muy limitado en tu experiencia con el coche. En lugar de eso, te sientes totalmente cautivado por los controles de temperatura giratorios, la asombrosa suavidad del cuero y el clic de los interruptores. Todo funciona con una acción pesada y deliberada.

Los pasajeros de las plazas traseras van sentados a mayor altura que los de las plazas delanteras, ya sea en configuración normal o en las butacas individuales (con esta configuración puedes tener una nevera portátil y vasos de whisky, además de todo lo que desees: Rolls no tiene nada una lista de opciones, sino que cuenta con personas para satisfacer todos tus caprichos).

No obstante, en términos de espacio, las noticias no son tan buenas. Las puertas traseras tienen aperturas bastante pequeñas y el espacio para las piernas no es muy generoso. Ciertamente hay más espacio en la parte trasera de un Range Rover de batalla larga y no te hundes en los asientos tanto como esperas.

Pero entonces te pones en marcha. Te sientas, admiras el techo estrellado, la ausencia total de ruido, te quitas los zapatos y mueves los dedos de los pies en la alfombra y te das cuenta de que tienes muy poco de lo que quejarte.

¿Y qué hay del equipaje? Depende. No te pases con las opciones y tendrás 600 litros de maletero. Pero estaríamos tentados de limitar el espacio de carga especificando el Módulo de Recreo, un cajón motorizado diseñado según el pasatiempo preferido del propietario. O tal vez pidiendo la Viewing Suite, que guarda un par de asientos plegables y una mesa de cóctel.

¿Cómo se conduce el Rolls-Royce Cullinan?

Prueba del Rolls-Royce Cullinan

Vamos a dar un rodeo al tema empezando por aquí: hay más personas con un alto patrimonio neto que nunca, y se necesita mucho más patrimonio neto real para unirse a ese club que hace 20 años. También es más probable que sean más jóvenes, con la idea de aventurarse fuera de la red y hacer cosas locas. Se llama lujo experiencial. O eso nos dicen.

En ese caso, Aspen, Jackson Hole y Gstaad pronto se llenarán de Rolls-Royce Cullinan capaces de escalar montañas mientras mantienen frío el Dom Perignon. Hay un placer perverso en dirigir una de estas cosas a un paso rocoso y dejar que se ponga a ello.

¿Cómo le va fuera del asfalto?

El Cullinan lleva las legendarias cualidades de conducción y refinamiento de Rolls a un nuevo dominio, haciendo con los escombros y los caminos todoterreno lo que el Phantom hace con las imperfecciones habituales de la carretera. No se desliza, pero incluso sentado en la parte trasera, se consigue la serenidad característica de la marca. 

Pero este no es un coche que comercie con sus proezas off-road. Hay un botón todoterreno, además de descenso de pendientes y altura ajustable con hasta 540 mm de profundidad de vadeo (40 mm más que la de un Bentley Bentayga). Irá más allá de donde cualquier propietario esté dispuesto a llevarlo, y mantendrá su dignidad en todas las situaciones.

Por otro lado, en el uso diario, no tiene el éxito instantáneo y casi surrealista que es el Phantom. Según el ingeniero de chasis Jens Leopoldsberger, no está destinado a serlo. Aquí buscaban ofrecer un carácter diferente. Poner en red todos los sistemas para gestionar una gama mucho más amplia de condiciones no es tarea fácil.

Por esto, quizá no sorprenda que un SUV con un centro de gravedad más alto en comparación incluso con el Phantom, se sienta menos hábil. No obstante, sólo lo es un poco menos en términos reales. Esa es la calidad de su control de la carrocería y la precisión de su dirección totalmente eléctrica.

¿Cómo es la conducción y el confort?

Hay una nueva suspensión de doble horquilla delante y un eje trasero de cinco brazos, con una suspensión neumática autonivelante rediseñada cuyos amortiguadores neumáticos tienen un mayor volumen para una absorción milagrosa de los baches. Los amortiguadores actúan sobre la carrocería y la aceleración de las ruedas, así como el sistema de cámara "Flagbearer".

El Cullinan también se beneficia de la dirección a las cuatro ruedas, hay un sistema antivuelco de 48 voltios y la potencia va a las cuatro ruedas en un reparto 50/50 (es el primer Rolls en la historia de la compañía que tiene un eje delantero motriz). La transmisión y los ejes de transmisión también se han reforzado.

Todo esto se traduce en un SUV que se conduce como ningún otro. Puede que tenga capacidad todoterreno, pero eso no afecta en absoluto a su comportamiento en carretera. A menudo, los SUV grandes, con amortiguación neumática y ruedas macizas y pesadas sufren contragolpes y vibraciones. Aquí no. Esto se desplaza por todas partes con una suavidad pesada, aceitosa y tranquilizadora.

Prueba del Rolls-Royce Cullinan

Mientras tanto, el motor V12 solo lo podrás escuchar si te aventuras en la segunda mitad del recorrido del acelerador. Entonces oyes un lejano rugido y algunas otras señales de que el comportamiento del coche ha cambiado. La proa se acelera, hay una ligera pero insistente presión en la espalda y el paisaje pasa más rápidamente.

Pero lo que más destaca es la facilidad de uso en conducción normal. Es tal el par motor, que el Cullinan surfea con facilidad y nunca se estresa. Además, no sabes realmente lo duro que está trabajando, porque todo lo que tienes es un indicador de reserva de potencia, no un cuentarrevoluciones. No hay levas, pero nunca las buscas porque la caja de cambios va muy bien.

¿Sientes los cambios de marcha? Sí, pero es la forma en que la transmisión es capaz de reducir una relación con tanta calma y delicadeza antes de pasar a la siguiente lo que la diferencia de otros coches. Hay un pequeño retardo, pero sólo aumenta la experiencia, dando la sensación de que el coche necesita tomarse un respiro.

¿Se disfruta conduciéndolo a fondo?

Prueba del Rolls-Royce Cullinan

No. Es, como el Range Rover, un coche del extremo lujoso del espectro SUV, que no tiene un carácter deportivo y hace todo lo posible por insistir en que te calmes. Al trazar algunas curvas, pronto descubres que el sistema antivuelco tiene un límite y, aunque se recupera de forma limpia y lo suficientemente rápida en la salida, no te transmite demasiadas sensaciones. 

Aun así, no es eso lo que quieres, lo que quieres es el peso consistente de todos los controles, y eso lo consigues con creces. Nada gira, frena o acelera tan hábilmente como un Royce. Parece totalmente despreocupado y, sin embargo, lleva una velocidad sorprendente. Así que se instala en un ritmo sublime, seducido por la ausencia casi total de ruidos mecánicos, de viento o de neumáticos.

Entonces, ¿merece la pena?

Prueba del Rolls-Royce Cullinan

Los coches de Rolls-Royce son siempre mucho más que la suma de sus partes, y el Cullinan forma parte de un fascinante continuo de ingeniería. Su aspecto divide y distrae, pero intenta mirar más allá, porque por debajo este coche se comporta como ningún otro SUV, ya sea un Bentley Bentayga o Range Rover. 

Es más suave, silencioso y digno que ningún otro. Entiende que la esencia del lujo no son los menús de pantalla interminables y la iluminación ambiental, sino el tacto, la calidad y la impermeabilidad a lo que ocurre en el exterior.

Más que eso, este es el Rolls-Royce que te gustaría que te vieran conducir. Sí, técnicamente hablando, un Range Rover LWB tiene más espacio para las piernas, más artilugios y es más bonito, pero esto existe en un plano en el que la gente lo compra por su precio, no a pesar de su precio. El Rolls-Royce Cullinan es tanto una experiencia de entretenimiento como un medio de transporte.

Nuestro veredicto

8

Etiquetas: Motor, SUV de lujo