Renault Clio RS 182 Trophy ‘vs’ Clio RS 220. ¿Evolución positiva?

Enfrento al nuevo Clio RS 220 con su abuelo, el RS 182 Trophy. ¿Habrán pasado los años en balde para uno de los mejores compactos deportivos de la historia?

Una década no es nada, o es un mundo. Es lo que separa al Renault Clio RS 182 Trophy de su nieto, el Renault Clio RS 220 Trophy. Dos coches con algo en común: generar emoción al volante. Sin duda, son lo mejor de lo mejor cuando hablamos de compactos deportivos, manteniendo una serie de elementos en común, pero con diferencias importantes que pueden modificar sensiblemente su concepción y comportamiento. Por eso he decidido irme a un circuito y poner cara a cara a estos dos ‘pura sangre’ en miniatura para comprobar si una década no es nada, o es demasiado.

Y es que mientras algunos de sus rivales mantienen intactas las herencias de sus ancestros, en Renault los cambios son muy importantes. Tres puertas contra cinco, motor atmosférico contra sobrealimentado, cambio manual contra cambio automático. Progreso afirman unos, eso habrá que verlo en la pista. ¿Te vienes?

Empiezo con el abuelo, con el Renault Clio RS 182 Trophy. La versión más radical de la gama RS de la segunda generación del Clio, un coche que en su momento tuvo una gran legión de fans y que sigue convenciendo por su capacidad de generar emociones sinceras y sencillas de alcanzar. La versión Trophy se basaba en el Clio Cup y únicamente estaba disponible en el color Capsicum Red que puedes ver en las fotos.

Los cambios afectaban también a la carrocería, con el alerón derivado directamente del V6 y con unas preciosas llantas Speedline que ofrecía, además de imagen, una mayor ligereza. Los backets Recaro estaban colocados 10 mm más cerca del suelo y el volante era pequeño, duro y preciso. Cómo no, una placa identificaba cada ejemplar de esta serie limitada. En su día no era barato, pero ¿era bueno?

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¡Y tanto! El principal culpable del comportamiento del coche eran unos amortiguadores Sachs Race Engineering que mejoraban notablemente el balanceo y el guiado del coche. Eran caros, Renault reconoció que hasta 10 veces más que un amortiguador normal, pero eran la clave del éxito de este coche. Este guiño derivado de las carreras, junto con un motor puntiagudo y un peso adecuado, hacen de este coche un pequeño matón muy divertido de conducir.

En su día era un coche caro, igual que hoy lo es el Trophy 220. La última evolución del Clio RS llegó en 2013 con una sorpresa bajo el brazo: un cambio secuencial con levas en el volante que no gustó desde el minuto 1. Recuerdo haber probado aquel coche en su lanzamiento y no terminaba de ser redondo, aunque el chasis estuviese a la altura, había algo que no terminaba de convencer. El Trophy 220 es otra historia: el motor tiene ahora más mala leche y el cambio ha sido afinado lo suficiente para ser más rápido y eficaz.

Pero sin duda lo mejor del coche es su chasis y su puesta a punto, también la revisión de las suspensiones, que ahora son más duras y consiguen que la tracción sea sobrenatural. Ahora bien, ¿cuál es mejor? En comparación, el Clio antiguo se ve pequeño a su lado, pero tiene mucho que decir. Su dos litros atmosférico no es rápido para los estándares actuales pero se defiende y es puntiagudo a partir de las 5.000 vueltas. Sin embargo, la dirección transmite muy bien todo lo que ocurre bajo las ruedas, el chasis es juguetón pero estable (le gusta levantar la ‘patita de atrás’) y consigue un nivel de tracción superior al que jamás necesitarás.

El nuevo Clio RS 220 Trophy, por su parte, deja patente la evolución en términos de velocidad, pero no es tan bueno a la hora de emocionar y hay otros coches que son mejores que él (por ejemplo, un Fiesta ST200). Se siente demasiado grande, menos manejable: sin duda, el Clio III RS es el término medio perfecto entre uno y otro.

Lo más irritante del nuevo Renault Clio RS 220 Trophy no es su caja de cambios. Es la existencia del Renault Megane Sport, que sin tener mucho más, sí cuenta con una caja manual que hace el conjunto mucho más emocionante. Una experiencia más envolvente. Pero todavía hay esperanza, Renault está jugando con un Clio que podría dejar a todos sentados mirando a las nubes con nostalgia, una bestia que ojalá sean capaces de atreverse a lanzar: el poderoso Renault Clio RS16. ¿Seguirá la leyenda del Clio RS? Espero que sí.