El Día Internacional de la Batería se celebra cada año el 18 de febrero, fecha de nacimiento del físico italiano Alessandro Volta, quien introdujo la primera batería en 1801. De diseño bastante simple, sus primeros intentos consistieron en objetos rudimentarios: delgadas tiras de cobre, cartón y zinc, separadas por el cuero húmedo. 

El elemento conductor de Volta era –increíblemente– su propia lengua. Hoy viernes, la batería cumple la friolera de 221 años. Y ahora que más compradores de automóviles optan por los eléctricos, parece una buena oportunidad para reconocer lo que las baterías han hecho por la humanidad y las ventajas que su tecnología ofrece en los espacios de movilidad y energía.

Las baterías funcionan según el principio de la celda galvánica, en el que las partículas cargadas eléctricamente fluyen en un circuito desde el polo negativo al positivo para generar electricidad. La batería es a la vez un acumulador de energía electroquímica y un convertidor: cuando se descarga, la energía química almacenada se convierte en energía eléctrica mediante la reacción electroquímica. 

Lejos de su diseño original sin complicaciones y capacidad limitada, la batería ahora está desarrollada muy detalladamente. Mucho más que un componente indispensable en los teléfonos inteligentes y las computadoras portátiles, la vida sin baterías hoy en día parece inimaginable. 

Sin embargo, el avance de una batería de iones de litio comercialmente viable fue relativamente reciente: en 1979, los investigadores John B. Goodenough y Koichi Mizushima desarrollaron una celda de litio recargable con aproximadamente 4 voltios, que usaba dióxido de cobalto de litio como electrodo positivo. Este fue el triunfo de la batería de iones de litio. 

Su capacidad de recarga también la convirtió en el requisito previo básico para la movilidad eléctrica alimentada por batería. Pero, ¿cómo apareció la batería en los automóviles y cómo surgió la electromovilidad?

De Gran Bretaña a Alemania

El nacimiento de la electromovilidad está asociado con el nombre del naturalista británico Michael Faraday. Si prestabas atención en las lecciones de física del cole, quizás recuerdes la "jaula de Faraday" que protege a los ocupantes de los automóviles de pasajeros de los rayos al proporcionar un blindaje eléctrico. 

El año 1821 se considera el nacimiento de este tipo de movilidad porque Faraday pudo demostrar cómo se creaba la rotación permanente con la ayuda del electromagnetismo. 

A fines del siglo XIX, los coches eléctricos eran más avanzados que los de motores de combustión interna. El primer vehículo movido por electricidad de cuatro ruedas fue presentado en Coburg en 1888 por el empresario e inventor alemán Andreas Flocken. Este fue el catalizador para el desarrollo continuo y rápido de la movilidad a través de la electricidad. 

Entonces, la participación de los vehículos eléctricos era casi el doble que la de los de motor con combustión. Pero debido a la acción conjunta de las industrias automotriz y petrolera, las empresas de este sector, los usuarios, los medios de comunicación y la política, se estableció un sistema en el que, lamentablemente, los coches eléctricos no pudieron ganar impulso. 

Parece una locura que todos estos grandes descubrimientos e ideas se hayan desechado durante casi un siglo, y que solo ahora los vehículos eléctricos estén de vuelta debido a los crecientes problemas ambientales. 

Las cifras coinciden: el Índice de consumidores muestra que más del 40% de los compradores actuales de automóviles nuevos planean invertir en un vehículo eléctrico. La conciencia ecológica y la protección del medio ambiente ocupan un lugar destacado en la agenda del consumidor.

Amigo de la tierra

Hoy en día, las energías renovables, los sistemas de almacenamiento de energía en baterías y la movilidad eléctrica son claves para la sostenibilidad y un sistema energético respetuoso con el medio ambiente. 

Existen otras opciones de propulsión, como el hidrógeno. Sin embargo, estudios científicos han demostrado que con el hidrógeno como forma de propulsión, la mayor parte de la energía se pierde en la cadena tecnológica y se sacrifica alrededor del 80% de la eficiencia. 

En el caso de la propulsión eléctrica a batería, se trata de un máximo del 30 % de la energía utilizada, lo que convierte a esta forma de propulsión en el motor alternativo más viable en el futuro previsible.

El futuro parece cada vez más verde

El todavía nuevo concepto de carga bidireccional debería hacer que la movilidad eléctrica sea aún más atractiva y sostenible en los próximos años. Si los vehículos están conectados a una red de carga bidireccional mientras están inactivos, la batería podría participar activamente en el mercado de la energía uniendo fuerzas como una "central eléctrica virtual" con otras baterías de almacenamiento de vehículos y hogares, incluso generando ingresos. 

Si luego se puede predecir el "estado de salud" de la batería, con la ayuda de un software que puede determinar el proceso de desgaste y envejecimiento para cada tipo de batería bajo ciertas condiciones de uso, la cadena de valor se puede expandir significativamente. Esto se debe a que dicha información hace posible un segundo ciclo de vida de la batería.

La batería: pura genialidad

Hoy, 18 de febrero, celebramos la invención de la batería, que ha hecho posible tantas cosas, incluida la movilidad eléctrica moderna. La batería es la piedra angular de la transición energética que, históricamente hablando, no ha hecho más que empezar. Aprovechemos esta genialidad.