Toyota y Yamaha apuestan por un motor de hidrógeno... ¡V8!

Motor de hidrógeno de Toyota y Yamaha.

Gustavo López Sirvent

Ambas empresas desarrollan un motor de combustión interna de 5,0 litros

Todo lo que huela a carburante en Japón, ya huele mal. Por eso, son numerosas las marcas que están apostando por energías alternativas para sus motorizaciones. Tal es el caso de Toyota, que ha encargado a Yamaha Motor que desarrolle un propulsor V8 de 5,0 litros alimentado con hidrógeno. 

Se trata de una pequeña parte de un gran acuerdo entre la comunidad automotriz de Japón para explorar y expandir las opciones de combustible para motores de combustión interna. Yamaha y Toyota ya unieron sus fuerzas con el estratosférico V10 de 4,8 litros del superdeportivo Lexus LFA, que fue un motor que quedará como uno de los mejores de todos los tiempos.

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Este nuevo propulsor se basa en el V8 desplegado en el Lexus RC F, el viejo rival del BMW M3 de Japón. En esta unidad de ocho cilindros, Yamaha realizó modificaciones en los inyectores, las culatas, el múltiple de admisión y mucho más para generar 446 CV (a 6.800 rpm) y 539 Nm de par (a 3.600 rpm); cifras no muy lejanas al V8 de gasolina.

Yamaha comenzó a trabajar en este V8 de hidrógeno hace cinco años, según comentan desde la propia marca. “Comencé a ver que los motores que usaban sólo hidrógeno como combustible en realidad tenían características de rendimiento muy divertidas y fáciles de usar”, dijo Takeshi Yamada, que trabaja en el departamento de I+D de Yamaha. 

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“Los motores de hidrógeno tienen una sensación innata que los hace fáciles de usar incluso sin recurrir a ayudas electrónicas para la conducción”, agregó.

Divertido y ruidoso también. Se dice que el colector ocho en uno del V8 de hidrógeno emite una "nota de escape armónica de alta frecuencia". “Personalmente, quiero buscar no solo el rendimiento, sino también un nuevo atractivo para el motor de combustión interna que el mundo aún no ha visto”, explicó Yamada.

“La palabra 'Motor' está incluido en el nombre de nuestra empresa y, en consecuencia, tenemos una gran pasión y un nivel de compromiso con el propulsor de combustión interna”, explica el jefe de Yamaha Motor, Yoshihiro Hidaka.

Uno de los grandes handicaps de utilizar el hidrógeno es cómo almacenarlo y que tiene muy poca densidad energética. Si tomamos como ejemplo el Corolla de carreras que utiliza Toyota (puedes verlo en el vídeo de arriba), el hidrógeno se almacena en un depósito a 700 bares de presión (es gigante y, además, ocupa toda la parte trasera del coche).

De igual manera, la densidad energética del hidrógeno es muy inferior frente a un motor de gasolina. Con la calculadora en la mano es casi nueve veces menor. A eso hay que añadirle que tiene muy baja eficiencia de un propulsor de combustión interna con respecto a un eléctrico de batería de combustible.