Nos subimos al Aston Martin Valhalla: ¿qué transmite el esperado hiperdeportivo híbrido de la marca?

Aston Martin Valhalla

Hemos podido subirnos al Aston Martin Valhalla, uno de los coches más esperados de la marca británica. 

El Aston Martin Valhalla promete ser uno de los hiperdeportivos más populares cuando llegue al mercado, ya que lo hará con unas características sorprendentes. Por ahora, aún se trata de un modelo en desarrollo, pero hemos podido subirnos en él para experimentar las primeras sensaciones que transmite la nueva creación de la marca británica.

De momento, Aston Martin está mostrando dos unidades de este deportivo. Una está en los Estados Unidos, mientras que la otra se ha destinado a recorrer Europa. Es en Múnich donde me encuentro con la segunda, la cual emerge de la oscuridad entre focos y luces verdes. Así, de primeras me quedo sorprendido con lo que veo.

En líneas generales, el diseño del Aston Martin Valhalla es llamativo, pero solo cuando te fijas en los detalles. La carrocería no está repleta de elementos que le dan un aspecto recargado, pero sí cuenta con una gran cantidad de soluciones aerodinámicas que permiten generar 600 kg de carga a 240 km/h.

Sin duda, esto es importante en un coche así, de manera que se ha trabajado duramente en ello. El resultado se puede ver en la gran toma de aire frontal, así como en los marcados conductos de los laterales, los cuales envían el aire hacia el gran difusor situado en la parte trasera. Con esto y con elementos activos como el alerón, este hiperdeportivo puede pegarse al suelo.

Ahora bien, ¿es realmente necesario tal despliegue aerodinámico? Desde luego que sí, ya que las cifras del Aston Martin Valhalla inspiran respeto. Su mecánica ha subido de nivel desde que se anunció en el Salón de Ginebra de 2019 y ahora se compone de un motor V8 de 4 litros de origen AMG, que a su vez está acompañado de dos propulsores eléctricos.

Con las últimas mejoras llevadas a cabo en este campo, la firma británica anuncia una potencia que va más allá de los 1.000 CV -hasta unos 1.012 CV, concretamente-, la cual es manejada por una caja de cambios de doble embrague de ocho relaciones. De esta forma, el paso de 0 a 100 km/h se puede realizar en 2,5 segundos, mientras que la velocidad máxima es de 350 km/h.

Estos llamativos números son el resultado de una mecánica muy capaz y de un hiperdeportivo especialmente ligero, ya que su peso es de menos de 1.550 kg. Así, en líneas generales podríamos estar hablando de un coche de competición y casi me llevo esa impresión al sentarme en el asiento del conductor.

Dentro del Valhalla: carbono, Alcantara y sencillez

Al analizar el interior del Aston Martin Valhalla, hay varios detalles que me llaman la atención. Por un lado, todo está dominado por la fibra de carbono y la Alcantara. Además, no hay toques presentes por el simple hecho de aportar lujo ni nada que no deba estar ahí. Todo se ha reducido a lo necesario.

Es por esto que percibo ese aire de competición al encontrarme en el habitáculo de este modelo. Tampoco es descabellado, ya que parte del equipo de Fórmula 1 de la marca ha ayudado a configurar esta zona. De hecho, la postura de conducción es parecida a la que tiene un piloto de esta categoría en su monoplaza.

Eso sí, no toda la influencia de la escudería Aston Martin se resume a esto. También se han producido cambios en función de sus opiniones y el más evidente afecta a los asientos y los pedales. 

En esta unidad en concreto, el interior es un 80% el de la versión de producción y un rasgo característico que tiene es que los asientos son fijos y forman parte de la estructura de carbono del coche. Así, lo que se puede regular es el conjunto de los pedales, pero en el coche final será al revés.

Tal y como explican desde la compañía, se pudo ver que esta solución era más eficaz, así como aportaba otros beneficios. Entre ellos está el espacio en la parte frontal, ya que unos pedales fijos convencionales ocupan menos. Así, será posible colocar un motor eléctrico mayor delante.

Interior del Aston Martin Valhalla

Sin duda, este será un gran cambio, pero hay otros elementos que veo en el habitáculo que podrían no cambiar. ¿Por ejemplo? La pequeña pantalla del cuadro de instrumentos que se acompaña de otra mayor en la parte central, así como el volante achatado por arriba y por abajo que apenas cuenta con dos mandos incorporados. De nuevo, sencillez.

Así, lo que puede definir mejor a este modelo es esa aparente simplicidad acompañada de todo tipo de soluciones pensadas para exprimir sus cualidades. Sin duda, será un coche peculiar, así como exclusivo, ya que solo se fabricarán 999 unidades. No son muchas, pero supera con creces las 500 mencionadas inicialmente…

Aun así, no será tampoco un deportivo al alcance de cualquiera, como es de esperar. Cuando llegue -se espera que sea en 2024-, el precio del Aston Martin Valhalla podría rondar los 800.000 euros, por lo que será un gran salto respecto del resto de la gama de la marca inglesa. Eso sí, hay que tener una cosa clara: este jugará en otra liga.