Toyota ha puesto toda la carne en el asador con el lanzamiento de su flamante GR Yaris. Todo el mundo conoce la nueva obra de Gazoo Racing, uno de los coches más pasionales que haya lanzado la marca en los últimos años. Y en medio de tal lanzamiento la tormenta se ha cernido sobre el departamento de publicidad de la marca. Y es que han prohibido un anuncio del Toyota GR Yaris en Australia por incitar a la conducción temeraria.

Y todo ha ocurrido por esto. La marca grababa un anuncio en noviembre para presentar su gama Yaris, una oferta en la que entraba el GR Yaris. En el mismo spot se narra la historia de tres hermanos que deben llegar a la fiesta que han preparado sus padres para celebrar el 30 aniversario de su matrimonio. Hasta aquí todo normal.

La polémica llega en el momento en el que arranca y se pone en camino el mencionado Toyota GR Yaris. El conductor, que se encuentra arreglando un Celica, vinilado con los clásicos colores de Castrol, sale derrapando de su garaje y pone rumbo a toda velocidad hacia la casa de sus padres. Allí se encontrará con sus dos hermanas las cuales llegan en un Yaris y un Yaris Cross.

Según parece, las autoridades habrían señalado que el anuncio “publicita el exceso de velocidad y puede influir en la velocidad de las personas, lo cual es muy peligroso”. Aseguran que el hombre realiza una maniobra peligrosa con su GR Yaris, practicando con ello una conducción temeraria.

La denuncia hace mención al Código de Publicidad de Vehículos Motorizados de la Cámara Federal de Industrias Automotrices australiana. La misma reza que se violan diferentes partes, incumpliendo límites de velocidad y realizando conducción temeraria. Tras varias revisiones, la Oficina de Normas de Publicidad de Australia dictaminó que no promovía el exceso de velocidad, pero sí la conducción temeraria.

La marca ha mostrado su rechazo al mismo dictamen argumentando que no se promueve tal actitud. Pese a ello, deberá modificar el anuncio si quiere que el spot pueda ser emitido en televisión. Con ello la compañía vuelve a enfrentarse a una retirada de publicidad después de que, en 2014, autoridades locales de Reino Unido también prohibieran un anuncio en el que los ocupantes bailaban en el coche.