Últimamente, las Autobahn alemanas están siendo campos de prueba de velocidad, aun a sabiendas del riesgo que conlleva para todos los usuarios. Hace escasos días fue un Bugatti Chiron el que puso las agujas de su cuentakilómetros en 417 km/h. Ahora ha sido el conductor de un Audi Q7 V12 TDI, quien ha pisado a fondo el acelerador para llegar hasta los 277 km/h.

Este SUV grande que fabricó Audi es uno de los coches más peculiares que han pasado por la factoría de Ingolstadt. Debajo del capó vive la bestia. Dispone de un motor V12 turbodiésel, que desarrolla 500 CV con 1.000 Nm de par motor. El Grupo Volkswagen quería tener un referente para la tecnología TDI, como demuestra que estuviera en las posiciones de cabeza en las apuestas de las 24 Horas de Le Mans.

El Audi Q7 fue el único coche de Audi en instalar esta mecánica, que se fabricó sólo durante cuatro años de vida que tuvo el modelo y únicamente en su primera generación. Su aceleración de 0 a 100 km/h era de 5,5 segundos y en el vídeo que ilustra este párrafo se puede ver que este 'gigantón' alcanza los 250 km/h casi sin despeinarse y manteniendo a raya las revoluciones.  

El actual modelo más potente de esta saga es un propulsor V8 de gasolina que es capaz de mover 507 CV, con un par de 770 Nm y que llega a alcanzar una velocidad máxima de 250 km/h, según los datos que ofrece la marca teutona. Se puede adquirir en su versión de cinco o siete plazas y su precio es de 117.010 euros. 

Cabe recordar que las autopistas de Alemania no tienen límite de velocidad, con lo que los conductores más atrevidos campan a sus anchas, si bien desde la Cancillería del estado ya han avisado de que esa opción se puede acabar si no cesan los abusos de la gente a la que le pesa el pie en el acelerador. A pesar de eso, también hay conductores responsables, que se aferran a la velocidad de 130 km/h, que recomienda el Gobierno desde 1978.

El Partido Verde propuso en 2019 la opción de introducir límites de 130 km/h  con el objetivo de aumentar la seguridad y reducir la contaminación, ya que Alemania encabeza las emisiones de CO2 en Europa y está entre los diez países del mundo con mayor tasa de contaminación, pero el resto de partidos le tumbaron su oferta.