Las cinco cosas que odiamos cuando vamos conduciendo

Cosas que odias conduciendo
¿Qué puede estropear esta imagen idílica? Ay, amigo...

Al volante es necesaria la máxima concentración, no apartar la vista de la carretera, estar atento a cualquier peatón o a un cambio en el tráfico. Pero todos sabemos que es imposible mantener esta teoría el 100% del tiempo, ya que hay cosas que nos distraen. Cosas que odiamos cuando vamos conduciendo.

Puede ser la tecnología instalada en tu propio coche (de hecho, es la causante en el 90% de los casos. Y nos quedamos cortos) o las maniobras erráticas del vehículo que marcha frente a nosotros. De hecho, la circulación a nuestro alrededor da para otro ranking sesudo que podría llegar en breve. Por el momento, nos miramos el ombligo y no echamos la culpa a nadie de nuestros cabreos; lo que nos mosquea está muy cerca de nosotros.

Los intermitentes de ‘un solo toque’

Cosas que odias conduciendo (III)

Este dispositivo jamás ha funcionado con ‘un solo toque’, como su nombre indica, ya que, al intentar devolver la palanca a su sitio para que el intermitente izquierdo (por ejemplo) se apague… lo que consigues es que se encienda la luz anaranjada derecha. Un nuevo toque y el parpadeo ¡se traslada a la izquierda otra vez!

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Sólo hay una forma de salir de este bucle –y evitar así volver loco a quien va tras nosotros-: un manotazo más severo, hasta que oigamos el clic de toda la vida, que nos dice que podemos quitar el intermitente de la forma tradicional, sin tantos miramientos.

Los sensores de aparcamiento

Cosas que odias conduciendo (V)

Muy útiles… y muy molestos cuando, en un atasco, empiezan a emitir su irritante pitido cada vez que una moto pasa cerca. Cierto, muchas veces puedes inhabilitar el sistema con un botón, pero también muchas otras vuelve a conectarse solito cuando el tráfico te permite ponerte en marcha de nuevo.

Los indicadores del cinturón de seguridad desabrochado

Cosas que odias conduciendo (II)

Vaya por delante que hay que llevar el cinturón SIEMPRE. No estamos hablando del incesante ruido que emite el coche si no te has abrochado este elemento mientras mueves el vehículo en el parking: te lo pones y punto. Pero cuando está preparado para detectar a los ocupantes de las otras plazas y confunde una bolsa de deporte que dejas en el asiento con una persona, llega a volverte loco. Lo que nos lleva al consejo de seguridad número dos en este apartado (hoy estamos con la moralina subida): cualquier bulto, al maletero.

El avisador de cambio involuntario de carril

Cosas que odias conduciendo (I)

Un sistema que vela por nuestra seguridad con celo está muy bien, desde luego. Y, si no has puesto el intermitente para cambiar de carril, es culpa tuya y sólo tuya (aunque la dichosa vibración te cabreará igualmente). Pero que el volante se mueva intentado devolverte al redil por haber pisado un poquito la línea blanca mientras estabas trazando la curva… Imagina el susto para un conductor que se enfrente por primera vez a este dispositivo. Y el potencial peligro.

Los mandos de la radio demasiado juntos

Cosas que odias conduciendo (IV)

Da igual que estén en el volante o en la consola central: suena tu canción favorita, quieres subir el volumen y… cambias de emisora, saltas la canción o pasas al navegador. Lo has vivido más de una vez, ¿verdad?

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