Los coches de calle más rápidos del mundo
¿Quién será capaz de romper el nuevo récord?
Los coches de calle más rápidos del mundo tienen una nueva criatura a la que venerar: el SSC Tatuara acaba de lograr un nuevo récord bidireccional, al alcanzar una velocidad máxima de 508,73 km/h, lo que le convierte en el nuevo coche más rápido del mundo. Pero no parece que esto vaya a ser definitivo...
Aunque parezca una locura, no nos extrañaría que, próximamente, algún fabricante llegué con ganas de seguir arrebatándole tiempo al tiempo. Considerando que la velocidad máxima de los coches ha pasado de los 19 km/h del Benz Velo de 1894 a los más de 500 km/h del nuevo SSC en 120 años, creemos que para 2134 seremos capaces de volar sobre el asfalto superando los 800 km/h...
Jaguar XK120 (1949)
Después de permitir que el príncipe Bira de Siam (ahora Tailandia) condujera en la carrera de coches de producción de Silverstone de 1949, Jaguar prestó su versión ligeramente condimentada a la revista The Motor. Reportó una velocidad máxima de 200 km/h y un 0 a 100 km/h en 10 segundos.
Mercedes 300 SL (1955)
Fue la aerodinámica la que realmente ayudó al SL a alcanzar una velocidad tan impresionante: 225 km/h en 1955. ¿Ves esa especie de cejas sobre los pasos de rueda? Ayudaban a reducir la resistencia…
Aston Martin DB4 (1958)
Con una velocidad punta de 226 km/h logró vencer al Alas de Gaviota. ¿Recuerdas la Disco Volante? Su aspecto fue concebido por la misma empresa que nos regaló el impresionante DB4, Carrozzeria Touring. Pero a pesar de que el diseño y la construcción de superleggera eran italianos, el DB4 fue el primer Aston que se construyó en Newport Pagnell.
Iso Rivolta Grifo A3/L 327 (1963)
¿Te acuerdas del Isetta? Seguro que siempre le habías vinculado a BMW. Pues no, fue cosa de estos tipos. Antes de construir superdeportivos, Iso Rivolto diseñó el coche burbuja por excelencia, se lo autorizó a BMW y uso el dinero para construir GT saludables al estilo Bertone. Este en concreto, llamado 327 por su motor V8 327ci de GM, logró alcanzar 259 km/h.
Foto: Erasoft24
Lamborghini Miura P400 (1967)
El Miura era más que una cara bonita. El V12 de 3.9 litros montado en posición transversal ofrecía 354 CV y lograba completar el 0 a 100 km/h en 7 segundos. Solo se fabricaron 275 unidades del P400 y pocos han sobrevivido hasta hoy. Pero uno de ellos logró alcanzar los 275 km/h.
Ferrari 365 GTB/4 Daytona (1968)
Era uno de los rivales del Miura en su momento, a pesar de que Ferrari apostó por motor delantero y tracción trasero. Con un motor de 12 cilindros y 4.4 litros, dos árboles de leva y seis carburadores Weber de 356 CV, logró vencer al italiano con una velocidad de 280 km/h.
Ferrari 288 GTO (1984)
De construcción bastante más cuidadosa que su predecesor 250 GTO, este lanzallamas turboalimentado de motor central fue construido para una serie de carreras en carretera que nunca fue. Aun así, Ferrari cumplió sus obligaciones de homologación, creando un automóvil que rompió su propio récord, con 302 km/h.
Porsche 959 (1986)
El Porsche 959 trajo innovaciones que el mundo no había visto antes. Llantas de magnesio, sensores de presión del aire, ajuste automático de altura de rodaje... Con su motor bóxer turboalimentado en posición trasera y sus 446 CV, completaba el 0 a 100 km/h en 3,7 segundos y alcanzaba una máxima de 317 km/h.
Ferrari F40 (1987)
Con el F40 -que ofrecía 38 CV más y pesaba 250 kg menos que el 959- Ferrari no quería dormirse en los laureles. Su velocidad máxima era de 205 km/h.
Bugatti EB110 GT (1991)
El EB110 tenía un chasis de carbono construido por la compañía aérea Aéropsatiale, tenía suspensión de doble horquilla y Michael Schumacher compró uno en color amarillo. Pero lo más llamativo era un motor V12 de cuatro turbos, 60 válvulas y 3.5 litros, que enviaba la potencia a las cuatro ruedas a través de un cambio de seis velocidades. El 0 a 100 km/h lo lograba en 4,2 segundos y logró alcanzar una velocidad máxima de 336 km/h.
Jaguar XJ220 (1992)
Este felino monta un motor V6 twin-turbo de 3.5 litros heredado del Metro 6R4 Grupo B, a pesar de que al principio se les prometió un V12. A pesar de todo, podía alcanzar los 100 km/h en 3.6 segundos y superar los 342 km/h.
McLaren F1 (1993)
Fue el primer coche de producción en fibra de carbono, el vano del motor estaba fabricado en oro y necesitó una caja de cambios rediseñada porque la original no podía con todo el par de su motor BMW de 6.1 litros. Y logró una velocidad máxima que tardó unos años en ser superada: 386 km/h.
Bugatti Veyron (2005)
Cuando se lanzó, era el coche más rápido del mundo, el más potente y más caro. Un motor W16 de 8.0 litros con 1.001 CV y 1.248 Nm, un 0 a 100 km/h en 2,5 segundos y una velocidad máxima de 407 km/h. Todo en un paquete que pesa 1.888 kg.
Shelby Supercars Ultimate Aero (2007)
Este SSC inspirado en los noventa tardó en completar el 0 a 100 km/h solo 2,78 segundos y su velocidad máxima de 412,28 km/h le permitió entrar en el Libro Guinness de los Récords. Aunque posteriormente fue desbancado, sigue siendo realmente rápido...
Bugatti Veyron Super Sport (2010)
Fue construido con el único propósito de ser el automóvil de producción más rápido jamás fabricado. Lo logró... momentáneamente. El Veyron estándar tiene 1000 CV, este tiene 1200 CV y una velocidad máxima de 431 km/h.
Hennessey Venom GT (2014)
Este Hennessey Venom GT cuenta con 1.261 CV procedentes de un motor V8 de 7.0 litros twin-turbo y acelera de 32 km/h a 193 km/h en tan solo 7,71 segundos, con una aceleración longitudinal de 1.2g en el proceso. ¿Su velocidad máxima? 434 km/h. Se merece un respeto.
Koenigsegg Agera RS (2017)
Marca este día: el sábado 4 de noviembre de 2017, un Koenigsegg Agera RS conducido por el piloto de pruebas Niklas Lilja registró una velocidad promedio bidireccional de 444,6 k/h en la carretera pública cerrada entre Las Vegas y Pahrump, convirtiéndose entonces el coche de producción más rápido del mundo.
Bugatti Chiron (2019)
Bugatti alcanzó los 490 km/h con el Chiron y esto fue todo un reto. Fueron meses de trabajo en I+D para ello y también para Michelin, que tuvo que desarrollar unos neumáticos capaces de aguantar esas cifras. Y después, hubo que encontrar al conductor adecuado; ¿quién mejor que el campeón de Le Mans y especialista Andy Wallace?