A la hora de conducir es importante ir despejado, pero, por determinadas circunstancias, no siempre es así. La DGT expone cuáles son los factores que influyen en la somnolencia al volante, así que conviene tenerlas en cuenta para evitar sustos al volante.

Hay que recordar que conducir en estas condiciones hace que estemos menos atentos, que perdamos capacidad de reacción y que, en términos generales, la conducción sea menos segura, tanto para nosotros como para los que nos rodean.

La DGT es clara con cuáles son las principales causas de la somnolencia al volante:

Momento del día: hay ciertos horarios en los que el ser humano es más proclive a adormecerse. Así la madrugada, ya sea por o haber dormido o por madrugar mucho, y las primeras horas de la tarde, después de comer y en la franja de la siesta, favorecen que el conductor experimente una sensación de sueño. 

Entornos viales monótonos: mientras que una ciudad, con sus semáforos, intersecciones, peatones, etc., nos mantiene alerta por todos los estímulos que hay alrededor, circular por una autopista, a 120 km/h de manera constante y sin apenas interacciones, hace que la conducción se vuelva monótona y que nos puedan entrar ganas de dormir.

Si eres un conductor matutino o vespertino: estarás en las franjas en las que potencialmente es más habitual tener sueño, así que conviene concienciarse y hacer los posible para estar despejado.

Muchas horas de vigilia continuada o descanso nocturno no reparador: el cuerpo necesita descansar y si no lo haces, pasa factura. Si llevas mucho tiempo despierto tenderás a adormecerte al volante y si has dormido pero no en condiciones y no estás descansado, ídem.

A esto, además, podemos añadir un par de situaciones que no ayudan nada a mantenerse despejado en el vehículo.

La primera es haber llevado a cabo una comida copiosa antes de ponerse al volante. La sangre se concentra en el estómago, lo que hace que no estemos tan despiertos. Es por eso que se recomienda hacer ingestas ligeras para que el organismo no tenga que trabajar tanto.

La segunda es la temperatura. Si hace calor, el cuerpo experimenta un mayor cansancio y puede tender a dormirse, motivo por el que lo ideal es mantener una temperatura fresca dentro del habitáculo.