Que a los pilotos de la Fórmula 1 les van el riesgo y las emociones fuertes es algo lógico y por todos asumido. Pero lo que no es demasiado normal es que uno de ellos se arriesgue a tocarle las narices a uno de los mayores depredadores de la naturaleza sin estar dentro de un vehículo blindado. Mira en el vídeo que te dejamos a continuación cómo Lewis Hamilton se la juega asustando a un tigre... amistoso como él solo. 

Los cochazos de Lewis Hamilton

Lewis Hamilton es un visitante asiduo de la Black Jaguar - White Tiger Foundation, una asociación mexicana dedicada a los felinos cuya localización se desconoce por razones de seguridad -hay mucho zumbado amante de los animales dispuesto a conseguir piezas a cualquier precio- y que tiene como finalidad la protección de estos animales mediante la concienciación y la adopción de algunos ejemplares para salvarlos de las garras de los traficantes de animales. 

En el vídeo de hoy puedes ver al tricampeón de Fórmula 1 en uno de sus recientes encuentros con uno de los felinos de la fundación. Pero no a través de un cristal con un grosor considerable para preservar su seguridad, no: Lewis Hamilton se la juega asustando a un tigre, y lo hace de verdad. Lo mejor es la reacción del animal cuando el piloto de Mercedes decide que podría ser una buena idea darle un susto por detrás... Sí, nosotros también estamos flipando. 

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Sabiendo que en los contratos de los mejores deportistas del mundo existen cláusulas específicas que les prohíben llevar a cabo cualquier actividad que pudiera menoscabar su rendimiento durante la competición, nos resulta de lo más extraño que a los jefes de equipo de Hamilton no les importen este tipo de excursiones. Y las fauces de un tigre son una buena herramienta para menoscabar cualquier cosa. Como una mano. O una pierna... cosas que un piloto de primer nivel suele necesitar. ¿Verdad?