El Bugatti EB218 es uno de los coches de lujo más impresionantes jamás creados por el hombre. Un vehículo que nació en una época de evolución constante y brutal en Molsheim, casa de Bugatti. Un prototipo completamente funcional que jamás llegó a la cadena de montaje. ¿Por qué? ¿Por qué Bugatti no ha fabricado un sedán de lujo?
Lo primero que vamos a hacer hoy es presentarte uno de los sedán de lujo más espectaculares de la historia. El Bugatti EB218 nació en una época de experimentación, probablemente el lapso de tiempo más creativo de la marca francesa creada por un italiano y comprada con capital alemán.
Bugatti EB218: la visión de Piëch
Volkswagen compró Bugatti en 1998 y desde un primer momento se pusieron manos a la obra. Ferdinand Piëch estaba al mando y su obsesión por los detalles y por llevar a Volkswagen a lo más alto era enfermiza. Volkswagen empezó a dar forma a Bugatti y en poco tiempo se presentaron varias propuestas sobre la mesa: el EB 218, el EB118 y otros que ayudaron a definir el estilo de la nueva Bugatti.
Bugatti se hizo famosa por la creación de grandes berlinas de super lujo y por deportivos, por lo que las bases ya estaban sobre la mesa. El Bugatti EB218 era una oda a la elegancia y al refinamiento. Su línea era muy estilizada y contaba con diferentes elementos que iban a ser protagonistas en la primera era de Bugatti bajo el control de Volkswagen: líneas muy fluidas y redondeadas.
Un motor W18 bajo el capó
Volkswagen rápidamente empezó a trabajar en diferentes propuestas mecánicas, siempre apostando por la potencia y las altas prestaciones. Para el EB218 creó un motor de 18 cilindros -sí, has leído bien- uniendo tres motores de seis cilindros en una especie de W. Contaba con distribución DOHC con cuatro válvulas por cilindros haciendo un total de 72 válvulas. La cilindrada era de 6.255cc y alcanzaba los 547 CV de potencia, una cifra muy bestia para un sedán de lujo en 1998.
Sus prestaciones eran imponentes, pudiendo acelerar de cero a cien en 4,5 segundos y alcanzar los 250 km/h de velocidad máxima limitada eletrónicamente. Sin embargo su estilo era lo que más cautivó, con elementos como unas llantas de magnesio de 18 pulgadas que en su día eran lo más de lo más (sí, hoy llantas de 18 pulgadas las lleva hasta un Dacia Sandero).
Tenía tracción integral y una suspensión multilink para conseguir un gran nivel de confort. Su estructura de aluminio le permitía conseguir un peso sobre la báscula de unos 2.200 kilos, una cifra que no está nada mal teniendo en cuenta el tamaño de su motor y todo el lujo de su interior.
Bugatti EB218: un interior suntuoso
Personalmente, lo que siempre recuerdo de este coche es su interior. Recuerdo, siendo un crío (con 10 u 11 años) ver las fotos en una revista de coches y alucinar con su exquisito y refinado interior. Absolutamente todas las superficies estaban cubiertas de algún material noble y exquisito. Además, destacaba por su minimalismo, dando importancia al confort más absoluto.
Sin duda el diseño del Bugatti EB218 era una oda al lujo y a la herencia de Bugatti como marca super exclusiva. Entonces, ¿por qué nunca llegó a la producción? Piëch decidió que debían empezar tirando la casa por la ventana y apostando por más por la deportividad que por el lujo. El resultado fue el Bugatti Veyron y lo demás es historia.
Pero personalmente creo que la nueva Bugatti se ha quedado con una espina clavada. Es cierto que el Veyron fue un proyecto deficitario económicamente y no debían estar las cosas para lanzar otro modelo que probablemente también lo sería. Hoy Bugatti empieza a ver la luz y su futuro promete ser 100% eléctrico. ¿Será entonces el momento ideal de poder ver un sedan de super lujo de Bugatti? Yo voto sí, pero parece que será Mate Rimac el que tendrá la última palabra.