¿Sabes quién fue el peor piloto de F1 de la historia?

El Gran e inimitable Taki Inoue

Javier Prieto

No ha existido nada igual (ni parecido) al fenómeno Taki en la F1. Lee, lee y jamás le imites.

El gran Takachiho "Taki" Inoue, el peor piloto de F1 de la historia, dejó una huella imborrable en la especialidad que merece ser recordada y todo nuestro reconocimiento.

Sus andanzas a base de trompos, salidas de pista, golpes y otras habilidades al volante de un monoplaza, forman parte de la leyenda del Gran Circo.

Seguramente que si le tuviéramos en el calendario de F1 2017, nos divertiríamos con sus hilarantes exhibiciones.

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Un talento muy especial

A los mandos de un monoplza, el bravo samurái poseía un talento innato para convertir cualquier situación en un peligro o directamente en un...porrazo.

Con su especial instinto para liarla parda, siempre encontraba un hueco para brillar a su manera. Y hay que reconocer que dicha virtud no está al alcance de cualquier competidor. 

 

Taki y su Simtek en 1994

 

¿Acaso no tiene mucho mérito destacar en algún aspecto de la Categoría Reina, aunque éste sea el más desastroso?

Hay que contar con mucha destreza, perseverancia y años de constante entrenamiento, para llegar a ser el peor piloto de la F1. Son muchos los llamados y pocos los elegidos para practicar el harakiri del volante. Y aunque es cierto que creó escuela, sus discípulos no le llegaron a la altura del zapato.

Números de récord...negativos

Ciertamente, en el apartado de las estadísticas la figura de Taki no admite comparaciones. Y es que ningún colega, ya fuera de generaciones pasadas o actuales, ha podido igualar sus registros.

Para que te hagas una idea de la trascendencia del nipón en la F1, ahí va un dato. Ostenta, ni más ni menos, que el récord de ser el único corredor en la historia que ha sido ¡atropellado dos veces por el safety car en una misma temporada! IN-SU-PE-RA-BLE.

 

Inoue Footwork, una pareja explosiva

 

 

Echando un vistazo a sus resultados, queda claro que estamos ante un monstruo competitivo fuera de lo común. Participó, entre 1994 y 1995, en un total de 18 Grandes Premios, en los que dejó probadas muestras de sus (temerarias) actitudes.

Así lo demuestran sus escalofriantes números: 0 poles, 0 vueltas rápidas, 0 victorias, que se suman a sus magníficos 13 abandonos.   

 

 

Los primeros pasos tropezones

Mucho se ha investigado respecto a la conjunción astral que le permitió al inimitable Taki Inoue colarse en la Categoría Reina. A pesar de lo cual, continúa siendo un enigma digno de Íker Jiménez.

Según cuenta la leyenda, el mito de Kobe echó arrancó en su Japón natal, donde comenzar a competir a mediados de los 80 en diversas pruebas automovilísticas. 

Pronto su escasa capacitación y nulo éxito se convirtieron en el sello de identidad Inoue, algo que perfeccionaría con el tiempo.

Parece ser que nuestro héroe, después de destrozar unos cuantos coches de carreras en las Series Fuji de Turismos entre 1985 y 1986, decidió dar el salto a Europa.

Probablemente, sintió que su propio país, convertido ya en un desguace, se le había quedado pequeño. O quizás, lo que pasó es que le echaron de allí a gorrazos.

Inoue conquista Europa

Taki, muy generoso con el prójimo, decidió compartir su don para la velocidad con el resto de la Humanidad. Y ni corto ni perezoso, se presentó en Inglaterra.

Tras un lamentable paso por la Fórmula Ford 1600 en 1987 y en la Fórmula 3 entre 1988 y 1991, le metieron en un avión de vuelta a la nación del Sol Naciente.

Quizás las aseguradoras británicas se negaban a seguir sufragando los gastos de los cuantiosos destrozos ocasionados por el irrepetible Taki.

Pero, como el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, volvió a la carga. Y no se rindió en su sueño de convertirse en un (presunto) piloto de F1. ¡Que miedo! 

Taki siembra el terror en la F1

Tras la muerte de Roland Ratzenberger en el fatídico GP de San Marino 1994, en el que también perdió la vida Ayrton Senna, la escudería Simtek buscó un sustituto para el malogrado austriaco. Y entre otras opciones que barajaron, cometieron el terrorífico dislate de contratar a Inoue.  

 

 

El maletín lleno de dos millones de dólares aportado por un esponsor japonés, hizo que Simtek atisbara las virtudes (económicas) del mirlo oriental. Y le contrataron para disputar el GP de Japón de 1994 ante ¡sus compatriotas!

El debut triunfal se produjo el 9 de noviembre de 1994 en el Circuito de Suzuka. Evidentemente, su actuación fue bochornosa tras clasificarse en vigésimo sexta y última posición para la carrera.

 

Se retiró en la ¡tercera vuelta de la prueba!, tras protagonizar un espectacular leñazo. Así comenzó y finalizó su aventura con una de las peores escuderías de todos los tiempos.

A pesar del despido fulminante, no se desanimó, más bien todo lo contrario. Y de la mano del patrocinio de Japan Tabacco, compró uno de los dos asientos en la formación Footwork Arrows para 1995.

Los 19 millones de dólares que la temeraria empresa oriental derrochó nos obligaron a aguantar a Taki durante toda la temporada de 1995. Como ya supondrás, aquello fue un desastre... y lo siguiente. Jamás se ha visto una chicane móvil igual. 

Sus dos actuaciones más reseñables fueron sendos accidentes que sufrió con el coche de seguridad. El primero de ellos, en el GP de Mónaco 1995; y el segundo y más famoso, tres meses después en el GP de Hungría 1995.

Allí en el Autódromo de Hungaroring fue atropellado por el safety car. Desde entonces su fama y leyenda no dejó de crecer.

 

La F1 respiró aliviada con su retirada

Afortunadamente, le echaron a patadas del Mundial de F1 y decidió sentar la cabeza. En teoría, amenazó para la temporada de 1996 con sentarse en un Minardi. Afortunadamente, el dinero de su patrocinador se esfumó y nos libró de Taki Inoue.

 ¿Sabes a qué se dedica este simpático personaje desde entonces? No te lo pierdas, se ha convertido en asesor de víctimas compatriotas que quieran llegar a la F1. 

Taki Inoue con un Lotus

Desde luego, que él puede mostrarles mejor que nadie todo lo que no hay que hacer para triunfar en dicha especialidad. Y parece que con esta ocupación por fin ha encontrado su soñado éxito porque vive en Mónaco y no le va nada mal.

Hay que reconocer que moral, valentía y simpatía siempre le han sobrado al genial Taki Inoue. La fortuna en ocasiones nos sonríe en la vida de una forma muy curiosa. 

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