El último Goodwood Revival nos ha dejado este espectacular vídeo que te mostramos hoy. En él puedes ver cómo el precioso Aston Martin DB4 GT conducido por Adrian Wilmott trata de adelantar al Jaguar E-Type de Rob Hall . Las imágenes, grabadas durante la disputa del trofeo Kinrara de este año, son mucho más emocionantes que prácticamente cualquier resumen de un Gran Premio de Fórmula 1. Bueno, hay excepciones como estas: los mejores adelantamientos de la historia de la F1 o los 5 mejores adelantamientos de Fernando Alonso .
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Volviendo al vídeo que nos ocupa, puedes ver cómo Wilmott intenta poner punto final a su persecución del Jaguar adelantando por el interior de la curva. Algo que logra, pero a una velocidad excesiva... Frenos bloqueados, y el DB4 GT acaba saliendo despedido hacia el exterior del trazado... Y es que la física no entiende de maniobras arriesgadas... Eso sí, la baja velocidad hace que el coche no sufra excesivos daños tras chocar con la barrera de neumáticos y pueda continuar en carrera tras una espectacular quemada de ruedas... Bueno, lo mejor que lo veas tu mismo en la galería de imágenes y en el vídeo.
Aunque suene raro, hubo un tiempo en el que Ferrari y Renault estaban en la cima del éxito. Y además contaban con pilotos rebosantes de calidad y arrojo. Fruto de ello, se vivió sobre el asfalto del Dijon-Prenois una de las guerras más hermosas y alucinantes por conquistar el espacio delantero. Sus protas en el GP de Francia 1979 fueron René Arnoux, que como buen francés corría con Renault, y el gran Gilles Villeneuve, a los mandos de un bólido rojo. En la secuencia se puede apreciar cómo se pasan y repasan en varias ocasiones. Ambos monoplazas llegan a rodar tan próximos que el segundo de ellos se convierte en una prolongación del primero. De las múltiples pasadas que se pegan, no os perdáis un interior que el amigo Arnoux le mete a Villeneuve y otro en el que éste le devuelve la moneda al galo poco después en el mismo sector. Ambos pilotos interpretaron una versión setentera del bailar pegados de Sergio Dalma, pero a ocho ruedas. O si lo preferís, una persecución implacable y obsesiva al estilo del Correcaminos y el coyote. Competición en estado puro. Un francés y un canadiense nos regalaron unas de las vueltas más hermosas de la historia de la F1. Gracias a los dos.
En muy pocas ocasiones dos gladiadores del volante se han mostrado con la determinación por defender la posición como lo hicieron Nigel Mansell y Ayrton Senna en 1991. Fue durante el GP de España disputadísimo en el Circuito de Montmeló. El británico y el genio brasileño rodaron en la recta principal a más de 320 kilómetros por hora a escasos milímetros, rueda con rueda, sin ceder el espacio. De ese duelo salieron, en sentido literal, chispas. Finalmente el león británico le enseñó las fauces al carioca que cedió unas micras. Esa distancia fue suficiente para que Mansell, tras asestarle un zarpazo, le mostrara la parte trasera de su bólido al carioca. Una maniobra repleta de emoción, plasticidad, lucha, pero no exenta de deportividad. Felicidades a los dos. Como diría un amigo mío muy cursi, poesía en movimiento.
Es considerado por muchos expertos, aficionados, corredores y frikis del motor como el mejor adelantamiento de la F1. Y debo confesar que no les falta razón. Jamás he contemplado una maniobra tan peligrosa, compleja, rápida, peculiar y excitante…, en el tema del automovilismo, claro. Por si alguno de vosotros todavía no sabe a qué me refiero, hablo de la pasada -en el amplio sentido de la palabra- que Mika Häkkinen le pegó a un estelar Schumacher, mientras superaban ambos a un acongojado Ricardo Zonta en el GP de Bélgica del 2000. El brasileño vio por el retrovisor de su BAR como llegaban dos misiles: uno de color plateado y otro de tonos rojos. El escandinavo adelantó a Ricardo por la derecha y el teutón por la izquierda. El vencedor de esta trepidante acción fue el finlandés que le dejó sin palabras al Kayser. Im-pre-sio-nan-te. Dadle al play de You Tube. Entonces entenderéis que estos dos se saltaron las leyes de la física de Newton en un día inolvidable en Spa-Francorchamps. Allí escribieron una de las páginas más espectaculares del mundo del motor de todos los tiempos.
Uno de los pilotos más difíciles de rebasar ha sido Michael Schumacher. Muchos han sufrido sus malas artes en la pista a la hora de defender la posición. Y uno de los puntos más temerarios del planeta para tratar de superar al rival se llama 130R. Este no es el nombre de un misil antiaéreo, aunque sí resulta casi tan peligrosa como esas armas. Nos referimos a la peligrosísima curva número 15, la más rápida del trazado de Suzuka. ¿Os podéis imaginar que haya algún piloto lo suficientemente osado o temerario que trate de dejar atrás al Káiser en esa infernal zona? Pues, sí existe. Se llama Fernando Alonso Díaz y con su Renault realizó uno de los exteriores más trepidantes de la historia en el GP de Japón de 2005. El Barón Rojo se vio sorprendido por la maniobra casi suicida de Fernando, puesto que es un lugar casi prohibido para adelantar. Fernando manifestó que ése fue su mejor adelantamiento en la F1. En este caso, una imagen sí vale más que mil palabras. Disfrutad con este vídeo que sigue emocionando.
Desde Top Gear hemos querido dejar para el final de este ranking la espectacular acción que protagonizó el mítico Ayrton Senna en el vetusto trazado de Donington Park en 1993. Durante la primera vuelta -probablemente la mejor en toda la historia de la F1- del GP de Europa el mito brasileño, al volante de su McLaren MP4/8, firmó una de las mejores actuaciones de su vida. En realidad se trata no de uno, sino de cuatro adelantamientos que te dejarán con la boca abierta. A lo largo de 4.023 metros, y desde la salida de la carrera, superó a los rivales que le precedían para ascender de la quinta a la primera posición. Y todo ello sobre un peligroso y mojado asfalto. Viendo estas imágenes comprenderéis mejor por qué se le llama el dios de la lluvia y por qué continúa siendo idolatrado por una legión de fieles que no le olvidan. Ayrton en estado puro. Los buenos aficionados -con cierta edad como la mía- jamás podremos olvidar una de las grandes lecciones del catedrático de la velocidad. Siempre Senna.