Dos 'hombres pájaro' se meten dentro de una avioneta en pleno vuelo

Wingsuit o cómo subirse a una avioneta en pleno vuelo

Javier Prieto

No es por hacer el chistecito fácil, pero viendo el patrocinador de esta locura, es evidente que a sus protas les habían dado alas

En Jungfrau, una cima situada a 4.158 metros de altura en los Alpes suizos, Fred Fugen y Vince Reffet sonríen a la cámara. Ataviados con sus trajes de ‘wingfly’ se lanzan al vacío y planean con su brazos extendidos alrededor de las cumbres nevadas. Hasta ahí todo más o menos normal dentro de que se trata de una de las prácticas deportivas más peligrosas del mundo, el salto BASE. Pero la locura que protagonizaron -con éxito- estos dos franceses del equipo Soul Flyers es de lo más temerario que jamás habíamos visto. Si crees que exageramos, mira las imágenes de la hazaña, y después nos lo cuentas. ¿Qué hicieron? Alucina con su maniobra de 2 minutos y 45 segundos, muy al estilo de Ethan Hunt (Tom Cruise) en la saga cinematográfica Misión Imposible. En el firmamento, rodeado de un impresionante escenario nevado aparece una avioneta y los dos hombres pájaros, que surcan el cielo a 138 km/h, la persiguen.

¿Cómoooo? Sí, sí. Pero espera que ahora viene lo bueno, porque ¡'aterrizaron' dentro de ella sobre la marcha! Accedieron al interior por un hueco de 1,58 metros (longitud) por 1,25 metros (altura). Me pregunta un amigo qué habría ocurrido si en el movimiento de aproximación estos Ícaros contemporáneos (hombres pájaro) hubieran errado con la hélice tan próxima. Mejor no pensarlo. Afortunadamente todo salió bien. Primero fue Vince quien a 136 km/h se aproximó a la avioneta para acabar en su interior. Después fue el turno de Fred, que también aterrizó en un lugar tan inusual. Desde luego que el grado de coordinación, precisión, sangre fría e insensatez que tuvieron para realizar esta machada, es de admirar. Porque hay que tenerlos como cocos.

Por cierto, lograron la gesta en un segundo intento, después de fallar en el primero. Antes de ponerse manos a la obra, ensayaron la acrobacia durante meses unas 100 veces en Empuriabrava (Gerona). Al parecer,  le dedicaron la machada a Patrick de Gayardon, un especialista de la disciplina y precursor en esto de subirse a un avión en pleno vuelo. Falleció el 11 de abril de 1998 en Hawaii mientras probaba un nuevo traje de alas, debido a que el paracaídas no se abrió. Pues este post va por el malogrado funambulista del cielo.  

Etiquetas: Aviones, Red Bull