¿Están bien colocados los radares?

Los radares que más multas ponen en Cataluña
El RACC dice que no

Pregunta a 100 conductores si están a favor o en contra de los radares en carretera y un porcentaje elevadísimo encenderá sus antorchas. Y no porque crean que son completamente inútiles, sino porque, aun teniendo su función, considerarán que donde están colocados y la forma en la que los utiliza el estado es claramente con afán recudatorio. ¿Tienen razón los defensores de esta postura? El RACC ha llevado a cabo un estudio sobre los radares en Cataluña y las conclusiones son que, en parte, si la tienen.

VÍDEO: Falsos mitos de los radares de carretera

El motivo del análisis es que el exceso de velocidad es el cuarto desencadenante de accidentes en la Comunidad Autónoma y, siendo los radares supuestamente un medio para ayudar en este aspecto, choca que la conclusión principal sea que el 40% de los mismos tengan una señalización deficiente. Esto impide que los conductores se percaten de su presencia, lo que les lleva a no ajustar su velocidad de manera más adecuada a la vía (aunque sea por el mero hecho de evitar la multa), así que de manera indirecta no se mejora la seguridad en el tramo en cuestión.

Otro dato que llama la atención es que el 58% de los radares se concentra en las carreteras catalanas de riesgo de accidente bajo o muy bajo (suponen el 45% de la red), mientras que el 18% que representa las vías con un riesgo de accidentalidad muy alto solo tiene el 3% de los radares. Esto lleva a preguntarse cuál es de verdad el cometido de estos instrumentos.

Para terminar, otras dos conclusiones que dan que pensar: el 32% de las señales de aviso de radar no indican a qué velocidad máxima se puede circular, y el 38% de las señales están bien muy lejos bien muy cerca del radar en sí, alejándose de lo que se considera la distancia óptima, que oscila entre los 500 y los 1.200 metros.