Prueba del Mini Cooper SE: el urbano eléctrico con más personalidad que puedes comprar

Prueba del Mini Cooper SE

Conducimos el nuevo Mini Cooper SE, la versión más capaz del Cooper eléctrico, con 218 CV y una autonomía de hasta 402 kilómetros. ¿Mantiene la esencia que le caracteriza o es un eléctrico más con una cara bonita?

El Mini Cooper SE que voy a probar viene para rebatir uno de los grandes mitos de los coches eléctricos: son coches que no tienen personalidad. Sí, hay modelos de baterías que pueden carecer de ese 'algo' especial que les haga atractivos, pero esto es algo que también se puede dar entre los coches térmicos. No, la personalidad no depende exclusivamente de la mecánica.

En este caso, hablamos de Mini, una marca que no necesita presentación. Además, se trata del Mini Cooper, su modelo más icónico, el cual se ha actualizado recientemente, pero sin dejar de lado el estilo que le ha caracterizado así durante años.

No cabe duda: es un Mini

Con un coche así, no te puedes arriesgar demasiado. El verdadero cambio radical en este modelo llegó a principios de los 2000, cuando se convirtió en un vehículo más grande y moderno, con una fórmula que ha evolucionado desde entonces, pero que no ha roto con aquel estilo lanzado hace más de 20 años. Es un estilo que funciona, por supuesto.

Otra cualidad de este coche desde que se reinventó es su tamaño. Mini ya no es 'mini' y esta nueva versión tampoco lo es: mide 3,85 m de largo, 1,75 m de ancho y 1,46 m de alto. Sin embargo, lo que más llama la atención de primeras no es esto, sino la simplicidad del diseño del Mini Cooper SE.

Si bien se han mantenido sus líneas características, esta nueva versión del modelo de origen británico apuesta por el minimalismo y esto se aprecia en unas superficies más lisas, con elementos como los tiradores de las puertas encastrados y los pasos de rueda más disimulados al estar pintados del color de la carrocería (están sin pintar en la versión térmica).

Bajo estos pasos de rueda encuentro esta vez unas llantas Night Flash Spoke de 18" (que cuestan 920 euros) envueltas en unas gomas Michelin 225/40 R18. Es el elemento más llamativo del lateral, donde sigue apreciándose el techo flotante en color de contraste y unos espejos también pintados de otro color y que se presentan más alargados.

Mientras tanto, el frontal también es más simple, pero muy reconocible. Destacan los faros LED circulares cuya firma lumínica diurna acentúa la forma de estos grupos ópticos. Por otro lado, la parrilla (aquí simulada) viene resaltada por un marco blanco.

Prueba del Mini Cooper SE

Finalmente, la zaga es lo que más sorprende. Con el ancho paragolpes, la apariencia es más musculosa y, aunque todo lo demás recuerda a pasadas generaciones de este compacto, no dejan de hacerse notar los pilotos de forma triangular, pero que mantienen el diseño de la bandera Union Jack británica. Siguen sin convencerme del todo, pero ya me van gustando más.

Con todo, este Mini Cooper SE muestra que este modelo ha cambiado de forma evidente, pero sigue siendo un Mini lo mires por donde lo mires. Simplemente, la fórmula habitual se ha simplificado y esto es algo que también se replica en el habitáculo.

Dentro, más simpleza y personalidad

Por dentro, el Cooper SE sigue la filosofía que también presentan otros modelos de la marca, con una idea minimalista que toma su inspiración (según la firma), del Mini original de 1959. Así, solo hay una pantalla en el salpicadero, la cual se coloca en el centro y aglutina las funciones de infoentretenimiento y del propio cuadro de instrumentos.

Salvo por el Head-Up Display, esta pantalla es el único elemento que muestra información y no se trata de un modelo convencional. Como ya vimos en el Countryman, se trata de un fino panel OLED de 24 cm de diámetro que puede mostrar diversos diseños y que presenta todo tipo de información. Se ve bien y funciona rápido, pero a veces hay demasiados elementos en ella.

Desde aquí manejaremos también sistemas como el de climatización, lo que no es la solución más cómoda. No obstante, sí hay algunos mandos físicos en el interior del Mini Cooper eléctrico. Están los botones del volante, pero también unos interruptores bajo la pantalla para el selector de marchas, los Experience Modes (te hablaré de ellos después), el arranque o el volumen.

Prueba del Mini Cooper SE

De esta manera, esta configuración minimalista ha permitido despejar mucho el habitáculo, que muestra una buena amplitud incluso en las plazas posteriores. No hay demasiado espacio, claro, pero dos adultos pueden viajar sin pasar penurias a bordo. Aun así, es en los asientos delanteros donde la sensación es especialmente agradable.

En esto juega un papel la mencionada amplitud, pero también el diseño, que sigue el estilo propio del Cooper y cuenta con toques interesantes. Por ejemplo, hay superficies textiles en el salpicadero o los paneles de las puertas que combinan de maravilla con la luz ambiental. Un toque innovador y atractivo, si bien hay demasiado plástico en aquellas zonas en las que no hay tapizado textil.

218 CV y una autonomía máxima de 402 km

El motor del Mini Cooper SE es un propulsor eléctrico colocado en la parte delantera que rinde 218 CV de potencia y 330 Nm de par. Se acompaña de una batería de 54,2 kWh (con 49,2 kWh) de capacidad útil y promete una autonomía máxima WLTP de hasta 402 km, aunque te moverás más en torno a los 300 km en un uso normal.

Por otro lado, entre sus prestaciones se anuncia un paso de 0 a 100 km/h en 6,7 segundos y una velocidad máxima limitada a 170 km/h. Más que suficiente para la circulación habitual y más aún para la ciudad, terreno en el que, por su autonomía y filosofía, se encontrará más cómodo este modelo.

¿Cómo se conduce el Mini Cooper SE?

Prueba del Mini Cooper SE

A pesar de ser un eléctrico, el Mini Cooper SE no llega a esconder su identidad con un enfoque y un comportamiento idénticos al de cualquier otro coche de baterías. Se trata de un coche reconocible en lo estético, sí, pero también por una puesta a punto muy característica de los modelos de la firma británica.

Por ejemplo, como sucede en modelos como el Countryman, la suspensión presenta un tarado firme que ayuda a contar con un buen comportamiento dinámico, pero no llega a ser incómoda en una conducción convencional. Además, la dirección ofrece un cierto punto de dureza y comunicación, especialmente en el modo más deportivo de conducción, lo que es de agradecer.

También es una dirección rápida, algo que viene especialmente bien en ciudad, donde más vas a conducir el Mini Cooper SE. Gracias a esto, moverse entre el tráfico no supone ninguna incomodidad y también es útil la respuesta del acelerador, inmediata (como en cualquier BEV), pero no tan brusca como te esperas en un coche de baterías.

Prueba del Mini Cooper SE

Además de esto, otro detalle que juega un papel importante en la circulación urbana es el modo 'B' de retención, que te permite circular sin pisar el pedal del freno. Así, en el entorno urbano es donde se conduce con más facilidad y comodidad el eléctrico de la firma británica, con comodidad y también mucho silencio, salvo que no quieras...

Más allá del equipo de sonido Harman Kardon que puedes montar, hay cuatro sonidos interiores simulados asociados al movimiento del coche. Algunos son característicos de uno de los siete Experience Modes, que no son modos de conducción como tal, sino que van más allá.

Como en otros Mini, son configuraciones que pueden cambiar aspectos de la conducción, el diseño de la pantalla, la luz ambiental, el sonido... Cada uno tiene su enfoque y algunos buscan modificarlo todo. Por ejemplo, el modo Timeless crea una instrumentación clásica con tonos sepia, mientras que el Go-Kart usa otra tipografía y colores como el negro, blanco y rojo.

Prueba del Mini Cooper SE

Además de esto, en el modo Timeless se añade un sonido creado a partir del de un Mini de 1959, aunque no esperes que te recuerde al tono de su motor, ya que es más bien un 'remix'. Por otro lado, el modo Go-Kart crea un sonido que parece de una nave espacial después de que escuches un grito que dice "¡Whoo-hoo!" al seleccionarlo.

Por supuesto, muchos de estos detalles no tienen una funcionalidad, pero son curiosos y llamativos. Se agradece contar con estéticas del sistema de infoentretenimiento diferentes, especialmente cuando se ven tan bien. Asimismo, los sonidos también son algo peculiar, pero te puedes cansar de ellos con el tiempo, sobre todo en el modo Go-Kart.

Sea como fuere, de lo que no te cansarás es del rendimiento con este último modo, que es el de enfoque más deportivo. Aquí, la respuesta del acelerador es más decidida, si bien seguirás pudiendo modularla bastante bien. Puedes incluso conducir sin control de tracción en esta configuración, lo que te hará salir patinando si pisas a fondo. 

Prueba del Mini Cooper SE

Así, los 218 CV del Mini Cooper SE lo mueven de maravilla y detalles como el mayor peso de la dirección en esta configuración hacen que la conducción en cualquier carretera revirada sea de lo más entretenida. La respuesta es rápida, la entrada en las curvas es decidida y el paso por ellas es estable. Aunque falte el sonido de un motor para completar la ecuación, no te vas a aburrir.

De esta manera, aunque ya no se trate de aquel coche ligero y pequeño que llegó al mercado a finales de la década de 1950, el nuevo Mini Cooper eléctrico no es un BEV más. Ofrece lo que se espera de un coche así, por supuesto, pero lo hace con la misma personalidad que siempre ha caracterizado a este modelo. 

En un terreno como el suyo, donde los coches son tan similares entre sí, esta será una de sus grandes fortalezas y una de las razones por las que se podrá justificar lo que cuesta. En la versión E de 184 CV, la factura comienza en 35.000 euros, pero la cifra puede subir considerablemente en otras versiones. 

Prueba del Mini Cooper SE

Por ejemplo, el precio del Mini Cooper SE arranca en 38.600 euros, pero sube a unos 45.000 euros si contamos con el acabado y extras de la unidad de la prueba. Ahora bien, ¿dónde se sitúan sus rivales? El Opel Corsa eléctrico arranca en 31.390 euros y el Peugeot E-208 parte de 33.300 euros.

Así, el Mini tiene su diversión al volante y su estilo inconfundible como principales fortalezas, pero tampoco lo tiene todo hecho. No olvidemos que llegarán eléctricos como el Renault 5 , que promete un precio de unos 25.000 euros y una gran dosis de nostalgia. Llegan momentos interesantes para los urbanos BEV, especialmente con coches como estos.

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Etiquetas: MotorCoches urbanos

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