Este Lamborghini Huracán de 1.200 CV es capaz de remolcar un Urus

Lamborghini Huracán de 1.200 CV remolcando un Urus

¿Para qué si no vas a usar un coche así?

Ponte en situación: tienes que remolcar un coche de un sitio a otro y debes elegir el modelo adecuado para ello. ¿Cuál eliges? Un Lamborghini Huracán, por supuesto. Al menos, eso es lo que ha pensado el youtuber Alex Choi, que ha remolcado un Lamborghini Urus con su Huracán de 1.200 CV.

Choi cuenta con un ejemplar de este deportivo italiano con todo tipo de modificaciones y eso es algo que salta a la vista. Su estética ya lo deja claro, con paneles que provienen de un Huracán GT3 de competición. Aun así, este sigue siendo un coche legal para circular por carretera, al menos en Estados Unidos.

Y esto es sorprendente, ya que la estética es lo que menos ha cambiado en este Lamborghini. Su motor V10 ha recibido novedades como dos nuevos turbos, lo que ha hecho que la potencia haya aumentado hasta unos increíbles 1.250 CV. Sin duda, una fuerza sorprendente que además se transmite a ambos ejes, ya que el coche también ha sido convertido a tracción total.

El resultado es un deportivo muy loco y capaz de hacer cualquier cosa, aunque ¿quién pensaría en remolcar algo con él? Lo más sensato habría sido entrar en un circuito a dar rienda suelta a sus prestaciones, pero eso habría sido demasiado fácil. Por ello, Alex Choi ha decidido colocar un gancho en la trasera y tratar de arrastrar un remolque. 

Esto tampoco ha sido sencillo, ya que la empresa de remolques no tiene registrado al Lamborghini Huracán como un modelo apto para este cometido -¿quién lo habría pensado?-. Así, la solución fue hacer que el remolque lo recogiera un amigo con un pick-up, para posteriormente hacer el cambio.

No entraremos a enumerar las normas que se han pasado por alto para llevar a cabo esta idea, pero es innegable que el resultado es sorprendente. Como se puede ver en el vídeo, el Huracán de 1.200 CV ha sido capaz de arrastrar el remolque con distintos vehículos sobre él, creando imágenes inauditas. Cada cual disfruta como quiere de su superdeportivo, suponemos…