Proyecto 356/930: la entrañable historia del 356 con motor de 911 Turbo de Walter Röhrl

Proyecto 356/930 Walter Röhrl

Una historia entrañable... 

La historia del Proyecto 356/930 de Walter Röhrl merece ser contada con entusiasmo… el mismo entusiasmo que tuvo Viktor Grahser, un gran aficionado de Porsche, cuando, después de 31 años en Australia, decidió coger su maleta y tres Porsche 356 y volver a su Austria natal. 

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Pero, ¿y esto que tiene que ver con Röhrl? Pronto lo descubrirás… En 1996, Grahser ya estaba de vuelta en Austria y un día, mentiras estaba sentado en un hostal de Klein-Neusiedl, el hijo de la propietaria, Rudolf Schmied, se acercó para hablar con él.

Schmied acababa de volver de unas vacaciones en Australia y encontró así un tema de conversación en común; a partir de entonces, cada día, Grahser ve pasar desde su casa a Schmied con su Volkswagen Escarabajo de color rojo y tras varios encuentros en el hostal, se da cuenta de que ambos tienen mucho en común.

Walter Röhrl posa con el Porsche 3000 RR (Proyecto 356/930 en sus orígenes)
Walter Röhrl posa con el Porsche 3000 RR (Proyecto 356/930 en sus orígenes)

Por eso, hablando un día de su relación con Porsche, Grahser decide invitar al joven, estudiante de fotografía, a su casa y le dice que se lleve su cámara, porque allí descubrirá algo inaudito. En el centro del salón de esa casa de apenas 20 metros cuadrados, hay un Porsche 356 Speedster sin asientos, sin suelo y con un solo faro. Al fondo de la habitación puede ver el motor. 

Aunque era obvio que el coche no se podía conducir, Grahser le pidió a Schmied que le fotografiara como si de verdad estuviera conduciendo por Australia y el joven decidió que la escena era tan entrañable que este proyecto se convertiría en su trabajo de fin de carrera, bajo el título ‘Una vida. Un mito”. Por cierto, con él consiguió mención honorífica.

Grahser guardaba más secretos

Además del coche que ocupa su salón, tiene dos coches más, aunque todos necesitan ser restaurados. En el altillo guarda un Porsche 356 A Coupé que ha sido transformado en un 356 Speedster con tecnología de 911 y motor de 2.7 litros con bomba mecánica de inyección. En la planta baja, su favorito: un Porsche 356 B Roadster de 1959 con un motor turbo de 3.0 litros del Porsche 911 (modelo 930) de 1977. 

Este último lo compró en 1981 cuando aún era un Porsche 356 B Roadster y solo un año después, ya había dado vida al Proyecto 356/930 con motor turbo

 

Un giro inesperado

Grahser murió en 2008, de manera inesperada y sin cumplir su sueño de restaurar sus coches y abrir un Museo Porsche, y el ya no tan joven Schmied decidió conservar su correspondencia para conocer un poco más a la gente que formaba parte de su entorno. 

Pero, ¿qué hacer con sus Porsche? En 2012 recibe una llamada de un tal Rafael Díez, que se interesa por ellos. Ha conocido de su existencia a través de un concesionario de Stephanskirchen. 

 

Compra los coches y decide ser el encargado de cumplir el sueño que Grahser siempre había querido: terminar sus 356. Pero para ello, necesitan unos ajustes. 

Cambia el volante al lado izquierdo (al ser australiano lo tenía a la derecha), suelda la carrocería, instala el motor y la caja de cambios y encaja el parabrisas delantero en el marco con una moldura cromada.

Porsche 356/930: el interés de Walter Röhrl

En 2018, hablando con Röhrl, Díez le cuenta esta historia y le pide que si, por favor, podría conducir el 356/930 de Grahser. El piloto y embajador de Porsche aceptó y entonces descubrió que aquello era muy especial. 

"Con el 356 B Roadster remodelado con tecnología turbo fui muy cauteloso, ya que saltaba a la vista que se habían modificado muchas cosas. Pero ya en la primera prueba quedé gratamente sorprendido por la sensación de perfecto equilibrio que transmitía el coche. El morro bajo en la parte delantera, el pesado motor detrás, 260 CV ... Una conducción tranquila, precisa y francamente divertida", explicó.

Proyecto 356/930 Walter Röhrl

Tan divertida que le llevó a comprar el coche al que Díez había bautizado como Porsche 356 3000 RR. 3.000 por el cubicaje y RR de Röhrl Roadster. Este reportaje además es fruto del encuentro del fotógrafo Rudolf Schmied con Walter Röhrl. Entrañable.