El Bentley Mulsanne 6.75 es el adiós al Bentley al Bentley Mulsanne a través de una edición especial que además, pone punto y final al uso y disfrute del legendario motor V8 de 6,75 litros de la compañía, que ha regalado infinitos momentos de felicidad a sus afortunados conductores desde 1959.

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Sí, muere un icono británico, desde luego, pero antes de eso podremos disfrutar de 30 unidades del Bentley Mulsanne ‘6.75 Edition by Mulliner’, que es como han llamado a esta edición especial y limitada basada en el Mulsanne Speed. 

Estará lleno de pequeños detalles que denoten sus particularidades; por ejemplo, los controles de la ventilación interior han sido reemplazado por versiones en miniatura de la tapa de aceite del motor, hay motivos de la Edición 6.75 cosidos en los asientos, y la placa cromada aparece en la mayoría de las superficies.

Los relojes presentan además dibujos que representan la silueta del motor V8, que es protagonista también de esta edición de despedida del Bentley Mulsanne; un bloque biturbo capaz de producir 537 CV de potencia y 1.100 Nm, suficiente para permitirle alcanzar los 100 km/h desde parado en tan solo 5,1 segundos. 

¿Quién querría decir adiós a esta berlina de lujo sin complejo frente a los coches deportivos? La producción del Bentley Mulsanne terminará en abril y entonces, será el Bentley Flying Spur el que se convierta en el buque insignia de Bentley. Y después, para 2023, tanto el Flying Spur como el Bentley Continental GT recibirán un sistema de propulsión híbrido…

Los tiempos cambian. Y las marcas de coches, independientemente de su segmento y categoría, nos demuestran que hay que adaptarse... o morir. Y esto último no parece una buena opción.