BMW Pickster: la olvidada pick-up que Bertone ideó en 1998

BMW Pickster de Bertone

En 1998 se presentó un peculiar concept basado en un BMW, pero que realmente fue creado por Bertone. Se trataba de la BMW Pickster.

A lo largo de los años se han presentado multitud de prototipos que han quedado algo olvidados con el paso de los años, pero este puede ser uno de los más peculiares. Se llama BMW Pickster y se trata de una pick-up basada en una berlina que contaba con una apariencia inconfundible.

Se presentó en el Salón de Ginebra de 1998 y, si bien está bautizada como BMW, no se podía encontrar el logo de la marca alemana en ningún lugar de la carrocería. La razón es que no fue la marca bávara la que fabricó este concept, sino Bertone -de hecho, también es conocido como Bertone Pickster-, aunque el punto de partida sí tuvo que ver con esta firma.

En la BMW Pickster solo podemos ver una modificada parrilla de los dos riñones como pista que recuerde al fabricante de Múnich. Sin embargo, debajo de esa interesante carrocería bicolor se encontraba un BMW 528i, el cual sirvió como base para este proyecto por las cualidades que ofrecía.

Gracias a cuestiones como su chasis, el espacio y la suspensión trasera, este era el lienzo perfecto para Bertone. Por ello, solo quedaba ponerse manos a la obra y después de tres meses resultó una pick-up que media unos 4,8 metros de largo, 1,96 metros de ancho y 1,35 metros de alto. 

En esencia, el concepto de este modelo era similar al de clásicos como la Chevrolet El Camino, aunque aquí se intentó dar un aire más deportivo que se podía comprobar con las líneas marcadas del lateral, los afilados pilotos, los paragolpes y elementos como las llantas de 21” envueltas en neumáticos Michelin PAV Run Flat, que se sellaban con un gel al pincharse.

Asimismo, el detalle que más llamaba la atención en el diseño de la BMW Pickster estaba detrás. Aquí había una caja con una capacidad razonable, si bien no era demasiado grande. Sin embargo, había un alerón que molestaría a la hora de utilizar esta zona. Por ello, en Bertone lo hicieron desmontable, de manera que se pudiese solucionar ese problema.

La BMW Pickster, en el museo de Bertone
La BMW Pickster, en el museo de Bertone

Más allá del sorprendente exterior, el interior tampoco se quedaba atrás, ya que nada hacía pensar que en origen este vehículo era un BMW Serie 5 de la época. Aquí se optó por una amplia presencia del color azul con acentos en amarillo, así como por una tapicería de piel y una instrumentación digital. De hecho, incluso se añadió un GPS, algo que era bastante novedoso en 1998.

Sin duda, este modelo pudo atraer muchas miradas entonces, pero no era una carcasa que no podía moverse por sus propios medios, como algunos prototipos. En realidad, este era un coche real y por ello también se trabajó en la mecánica. De hecho, no se dejó el bloque original y en su lugar se colocó uno proveniente de BMW Motorsport.

Con el motor del BMW M3 bajo el capó

Concretamente, el motor de la BMW Pickster era el seis cilindros en línea de 3,2 litros del BMW M3 E36, el cual producía unos 320 CV de potencia. Fue una elección interesante, aunque esta pick-up no fue a ninguna parte, ya que no pasó de ser una idea conceptual.

Las razones de esto pueden ser varias, pero no es algo sorprendente. Las pick-up no han tenido nunca demasiado tirón en Europa y este prototipo tampoco se presentaba como algo especialmente práctico. Además, BMW no se planteó en ningún momento producir este modelo, ya que fue realmente una idea de Bertone.

Hasta la fecha, la firma alemana solo ha creado dos vehículos de estas características: dos M3 pick-up pensados para transportar equipamiento en la fábrica de Garching, de los cuales os hablamos en las 10 cosas que no sabías del BMW Serie 3. Más allá de esto, no parece que vayamos a ver un BMW camioneta en las carreteras por ahora.

Por lo tanto, este proyecto sirvió principalmente como una muestra de lo que Bertone era capaz de hacer. La BMW Pickster no acabó en las carreteras, pero llamó la atención hace más de dos décadas y ha quedado como muestra de una época en la que no había miedo a desarrollar proyectos que se salían de la norma. Proyectos que, por otra parte, ahora son toda una rareza.